Tripulábamos icebergs
con sus derroteros sin mapas
O con mapas dibujados
por las corrientes marinas
por la gravitación de la tierra
y el desplazamiento de los astros
Icebergs que mientras navegan
viven en lucha con el sol
el desmenuzamiento
y la disolución
Icebergs rumbo a su muerte
Si no se aprende algo
algo bien profundo
algo bien inquietante
navegándolo
es que hay que desistir para siempre
del conocimiento
¡Viajes sin puerto!
Viajes en plena pérdida de sustancia
Montados en sus resbaladizas
casi inhabitables 'instalaciones'
nos transformamos en parte de la naturaleza misma
'Es la vida: no saber dónde termina'
Saber, eso sí, que ha empezado a terminar
desde el inicio
desde el desprendimiento
Ah qué crujidos inolvidables
que verdadero desgarro en la carne de los cuerpos
Verdaderas PARTIDAS
verdaderas particiones
Ningún grito de "¡A la mar!", por supuesto
Somos, de hecho, el mar
le pertenecemos
nos entregamos a él.
Nuestra 'embarcación' (¿embarcadura?)
no tiene por finalidad el dominio de nada
Ni de cierto recorrido ni de cierta llegada
Y desprecia a la vez que se somete
a las vulgares leyes de la física
En estas crestas
en las que el sol encuentra al fin
su máxima belleza posible
Con este casco negro que sondea
la profundidad del vacío marino
exigiéndole el uso de sus fuerzas
nuestro iceberg incita a que se muestren
los dioses de los océanos
No hemos conocido a ningún tripulante
de icebergs
que esté dispuesto a rebajarse
a 'viajar en barco'
Lo sentirían, me dicen,
como si aquel acostumbrado a caminar
y saltar sobre piernas vigorosas y ágiles
tuviese que aprender a andar
arrastrándose
Exageran un poco, ya lo sé,
se es exagerado
Es 'la embriaguez del iceberguiano'
Los sonidos, esos SONIDOS
La luz, las luces, las oscuridades,
las sombras blancas y las caricias heladas de la luna
Los estados del agua
como una inmensa gama de ánimos
El iceberg navegando entre icebergs
Y luego su navegación solitaria
Pájaros que se detienen
Faunas casuales
Vigilados por autoridades militares
Erguidos navegamos
Embargados por los sonidos del deslizamiento
Icebergs perdiéndose en la bruma
evitando las costas
buscando el horizonte perdido
bajo lluvias torrenciales
a veces de sol a veces de agua
sintiendo pasar mareas y contramareas
bajo su vientre de hielo
Hecho de la misma sustancia que las mareas
de la misma sustancia que el viento
que la noche estrellada
a la que atravesamos
en un grado de silencio
incomparable.
4 comentarios:
Que belleza el iceberg!
Su color y su sonido...
Que belleza tu escrito.....
Bellisimo!!!
Ser parte de esa nave iceberguiana, es un lujo leerte!
Muchas gracias, Carmen.
Graciaa también al Anónimo que comentó el poema.
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