Ellos, los presuntos Tazul, ya partieron
Se exclamaría: ¡qué gran llanura descampada!
¿Aquí había bosques o montañas?
Se diría: como una cama revuelta
como una tumba vacía
La ausencia Tazul hiende el espacio
Ah, la inmensidad del silencio
chocando contra el silencio de la inmensidad
Lacónico paisaje
han dejado detrás suyo los presuntos Tazul
Merodeamos por ahí largo tiempo,
traídos y llevados por fuerzas recónditas
y por la frescura intacta de su ausencia
Una ausencia que aspira de un soplo todo el vacío
toda la nada que nos engendra y rodea
Una ausencia voraz y veraz, la ausencia Tazul
Una ausencia de volver vertiginosamente externa
cualquier exsistencia
El mundo se reúne en un instante
y el invisible cristal que nos mantiene a salvo
de la interrupción del mundo
y de su fulminante acabado
tiene la quietud precisa
de aquello que está a punto de estallar
NOTA
Tanto este texto como "El Enipnion", provienen de uno
de los seis libros que no he publicado a partir de la publi-
cación de La sonrisa Kenuga (2000). Me abstengo de las
inútiles explicaciones. Un libro no publicado es una forma
particular de espera. Ambos textos se encuentran en
Blilkla 1. Idiomas olvidados.
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