En Munphila, transportadores de sufrimientos
También, por supuesto hay traficantes, vendedores,
contrabandistas, permutadores- pero los que se dedi-
can al transporte son, por lejos, los más buscados.
Sin ellos, no hay viaje posible.
Son alquilados entre los Chesnitsas
ya que aparentemente estos no sufren de nada.
Cargan con los padeceres de los pueblos dolientes
sin esfuerzo ni gracia.
Pero ya surge una dificultad, como era de esperarse:
los dueños de los sufrimientos
si bien necesitan que se los transporten
de ningún modo quieren
que dejen de pertenecerles.
"¡No están en venta!", suelen rugir,
destemplados.
Es verdad que la mayoría de los sufrientes
se destempla fácilmente.
¡Además de la vigilancia permanente
ante la posibilidad de improbables robos!
No todos, se dirá, sin embargo,
con razón y razones
ya que es grande la variedad
de la fauna humana.
Hay especies que conviven
pacíficamente con sus padecimientos,
mientras otros andan por ahí
en plena agitación
y no menor arrebato.
Como si los sufrimientos fuesen
ejércitos calientes de insectos
que hoy toman una colina del cuerpo,
mañana muelen a papilla los árboles
pasado asolan los campos.
Los transportadores son inmunes:
no saben siquiera qué es lo que están cargando.
No tendría sentido robar los sufrimientos ajenos,
a los que no podrían darles la menor utilidad.
Para ellos es un empleo como cualquier otro.
Pero eso sí: lo que realmente les retuerce las coyunturas
les infla los venas
y les hace chocar los dientes,
es que se atrasen los pagos.
1 comentario:
Tan humanos sentimientos!
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