HÉLICE
La niebla se quema
a un suspiro del bronce.
Campos
son las densas, invertidas
facetas
de una estrella glauca.
¡Las pruebo
y las exhalo!
¡La piel del viento!
Donde el espacio,
dentro de su crisálida, se contrae.
Entre
sus respirantes minerales
reconozco
mi espejo.
Labio.
Labios,
¡y el brillante
temblor
del espinazo de la persiana!*
OJO
Una fría deriva a través de lo carente de imagen.
Una mano. Sus voces. Haciendo su vacío no tiene eco.
Cada uno de nosotros estamos en alguna parte
en la que no estamos;
son secuencias horadadas
de una nube inmutable. Espacio replicado.
Son el ojo que movemos a través que nunca nos ha visto.
HÉLICE
¡El amanecer
diamanta al viento!
¡Ah con vida!
¡Con vida,
y arriesgándonos
con alcanzar
lo Inevitable!
¡Muslos, rocas, relámpagos,
somos profundas vainas
de aliento
respirándonos a nosotros mismos
hacia la luz!
¡Mis dientes! ¡Tus hombros!
¡Oh carne,
en la agonía de su flor,
las praderas espiralando
nuestro resplandor
es lo que cantan los cristales-del-viento,
y la negra tierra
repite!
VEGETAL ALIENTO
Todos los verbos, verbos de desenredar.
Toda la luz
un oscurecimiento hacia la maduración; una maduración
sobre el alto transparente tallo.
Cristales deslizados,
y el cálido, sol picado de viento. Y los labios
de pronto blandos
mientras el largo cabello se difunde,
en húmedos brazaletes, sobre los brazos.
Gustaf Sobin nació en Boston en 1935 y se graduó en la
Universidad de Brown en 1958. Poco después se fue a vivir
a Francia donde pasó la mayor parte de su vida. Además de
escribir poesía, fue autor de libros para niños, escenógrafo
de cine y traductor del francés y del provenzal. Murió en Ca-
vaillon, Francia, en 2005.
No resulta fácil en absoluto traducir su poesía que suele
transformar sustantivos en verbos y jugar con un vocabula-
rio muy rico y vivo, en permanente transformación.
En el primero de los poemas llamados "Hélice" (no es fre-
cuente llamar a dos poemas distintos con el mismo nombre,
como él lo hace), utiliza el término blind, que he señalado
con un asterisco, dado que tanto puede significar "ciego"
como "persiana". He ahí la clase de desafío que plantea la
traducción de la sutil poesía de Sobin.
FUENTE
New Directions. An International Anthology of Prose &
Poetry. N° 32, 1976.
No hay comentarios:
Publicar un comentario