miércoles, 21 de julio de 2021

POETAS DE UN SOLO POEMA

  Tal vez haya más poetas de un solo poema de los que

parece. Sin duda debería haber muchos más poetas de

un solo poema de los que existen. Alguien que estaba

ahí, viendo, sintiendo, pensando o recordando algo y

decidió escribirlo en un pedazo de papel que tenía a ma-

no. ¿Estarán por fuera de la literatura? ¿Y eso, qué im-

portancia tendría? 

 (Tengo claro que hay unas cuantas personas cuyo único

poema es su vida. Tal vez no hablo de esas personas. Tal

vez hablo nada más que de esas personas.)

 No figuran en ninguna antología. No participaron de los

concursos. 

 Acá rescato uno. Lamentablemente carece de firma. Debe

de haber sido escrito en un arrebato. En el que estaban de

sobra los nombres. Supongo que ambos sabrían y que eso

bastaba. ¿Se acordará de haberlo escrito? ¿Lo habrá leído

la persona a la que estaba dirigido? De nuevo: ¿no será eso

la poesía, y estos los verdaderos poetas?

Alejandra (al Pizarnik habría que ponerlo siempre entre pa-

réntesis, por tener en cuenta a los incautos), dice: "Aprisiona-

da. deja que se cante como se pueda y se quiera."

Y, en otra parte: "El cuerpo se acuerda de un amor como

encender una lámpara."


 (SIN TÍTULO)

 

 Eras de ventanas abiertas

 y olías a mar y a cielo

 Eras de tierra mojada

 y de húmedos silencios

 Eras de lágrimas rodando

 y de sonrisas al viento

 Eras de flores silvestres

 y terrón de sentimientos

 Eras con quien me encontraba

 en mis más ardientes sueños

 Eras el agua que brilla

 mientras va corriendo

 Eras la que fuiste siempre

 y siempre seguiste siendo

 Eras la vida en el aire

 y eras el cuerpo del tiempo

 Eras tus palmas abiertas

 y tu corazón sediento.



  Es muy posible que para escribir poesía haya que sen-

tir que se es un poeta. Y que eso solo inhibe a unos cuan-

tos. Y que esté permitida la ingenuidad. La ingenuidad 

del inicio, y la ingenuidad a la que se llega después de una

vida de trabajo.

 Es probable que al leer lo que ha escrito sienta que 

no ha logrado transmitir lo que sentía.

 Que solo se ha estado cerca. Tal vez también "solo he-

mos estado cerca" de aquellos que más hemos amado. 


 A veces se han encontrado poemas escritos en libretas

en los bolsillos de jóvenes soldados muertos (como Mi-

klós Radnóti).

 En cajas abandonadas en altillos que se salvaron del in-

cendio de la casa.

 Y muchos otros, es probable, nunca fueron ni nunca serán

encontrados. "La vida huye y la muerte está quieta", y en-

tonces se agarra cualquier pedazo de papel y se escribe al-

go.

 


3 comentarios:

Sandra Gavrilich dijo...

Cuando le operaron de una hernia, el hombre de letras tuvo que compartir la habitación del hospital con otro enfermo. Era un anciano desahuciado, del que no se separaba nunca su mujer.

Al entrar el anciano en fase terminal, los enfermeros colocaron una cortina divisoria entre ambos pacientes, para preservar mínimamente la intimidad del moribundo y evitar que el compañero de habitación tuviera que presenciar la agonía.

Con la cortina en medio no se podía ver lo que pasaba al otro lado, pero sí oír.

Entonces, desde su cama, el hombre de letras oyó a la mujer del anciano decir:

-Me agarro a tus manos para ir donde tú vayas.

-No te pierdo. Nunca se pierde a aquél a quien se quiere.

Y el hombre de letras tomó un bolígrafo y se apresuró a anotar esas palabras: frases poéticas cazadas al vuelo, sublimes poemas espontáneos de aquella mujer que, poco antes, le había referido ser analfabeta.

(SAIZ DE MARCO)

Robert Rivas dijo...

¡Muy pertinente! Anda mucha poesía suelta. Y no abunda la poesía verdadera en los libros de poesía.

Carmen Troncoso Baeza dijo...

Quizá las paginas las apisonan, y de ese sentir poco queda