Tal vez haya más poetas de un solo poema de los que
parece. Sin duda debería haber muchos más poetas de
un solo poema de los que existen. Alguien que estaba
ahí, viendo, sintiendo, pensando o recordando algo y
decidió escribirlo en un pedazo de papel que tenía a ma-
no. ¿Estarán por fuera de la literatura? ¿Y eso, qué im-
portancia tendría?
(Tengo claro que hay unas cuantas personas cuyo único
poema es su vida. Tal vez no hablo de esas personas. Tal
vez hablo nada más que de esas personas.)
No figuran en ninguna antología. No participaron de los
concursos.
Acá rescato uno. Lamentablemente carece de firma. Debe
de haber sido escrito en un arrebato. En el que estaban de
sobra los nombres. Supongo que ambos sabrían y que eso
bastaba. ¿Se acordará de haberlo escrito? ¿Lo habrá leído
la persona a la que estaba dirigido? De nuevo: ¿no será eso
la poesía, y estos los verdaderos poetas?
Alejandra (al Pizarnik habría que ponerlo siempre entre pa-
réntesis, por tener en cuenta a los incautos), dice: "Aprisiona-
da. deja que se cante como se pueda y se quiera."
Y, en otra parte: "El cuerpo se acuerda de un amor como
encender una lámpara."
(SIN TÍTULO)
Eras de ventanas abiertas
y olías a mar y a cielo
Eras de tierra mojada
y de húmedos silencios
Eras de lágrimas rodando
y de sonrisas al viento
Eras de flores silvestres
y terrón de sentimientos
Eras con quien me encontraba
en mis más ardientes sueños
Eras el agua que brilla
mientras va corriendo
Eras la que fuiste siempre
y siempre seguiste siendo
Eras la vida en el aire
y eras el cuerpo del tiempo
Eras tus palmas abiertas
y tu corazón sediento.
Es muy posible que para escribir poesía haya que sen-
tir que se es un poeta. Y que eso solo inhibe a unos cuan-
tos. Y que esté permitida la ingenuidad. La ingenuidad
del inicio, y la ingenuidad a la que se llega después de una
vida de trabajo.
Es probable que al leer lo que ha escrito sienta que
no ha logrado transmitir lo que sentía.
Que solo se ha estado cerca. Tal vez también "solo he-
mos estado cerca" de aquellos que más hemos amado.
A veces se han encontrado poemas escritos en libretas
en los bolsillos de jóvenes soldados muertos (como Mi-
klós Radnóti).
En cajas abandonadas en altillos que se salvaron del in-
cendio de la casa.
Y muchos otros, es probable, nunca fueron ni nunca serán
encontrados. "La vida huye y la muerte está quieta", y en-
tonces se agarra cualquier pedazo de papel y se escribe al-
go.
3 comentarios:
Cuando le operaron de una hernia, el hombre de letras tuvo que compartir la habitación del hospital con otro enfermo. Era un anciano desahuciado, del que no se separaba nunca su mujer.
Al entrar el anciano en fase terminal, los enfermeros colocaron una cortina divisoria entre ambos pacientes, para preservar mínimamente la intimidad del moribundo y evitar que el compañero de habitación tuviera que presenciar la agonía.
Con la cortina en medio no se podía ver lo que pasaba al otro lado, pero sí oír.
Entonces, desde su cama, el hombre de letras oyó a la mujer del anciano decir:
-Me agarro a tus manos para ir donde tú vayas.
-No te pierdo. Nunca se pierde a aquél a quien se quiere.
Y el hombre de letras tomó un bolígrafo y se apresuró a anotar esas palabras: frases poéticas cazadas al vuelo, sublimes poemas espontáneos de aquella mujer que, poco antes, le había referido ser analfabeta.
(SAIZ DE MARCO)
¡Muy pertinente! Anda mucha poesía suelta. Y no abunda la poesía verdadera en los libros de poesía.
Quizá las paginas las apisonan, y de ese sentir poco queda
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