jueves, 7 de octubre de 2021

LAS 20 DE ANTONIN ARTAUD




 "Las 20" es una serie que se inició hace unos cuantos

años en inútilesmisterios. La primera apareció en noviem-

bre de 2012 y estuvo dedicada a Paul Bowles. Después si-

guieron "Las 20 de los diarios de Musil", "Las 20 entradas

a Gombrowicz", "Hemingway" y alguna otra.

 Retomar una serie es retobarse contra la terminación de las

cosas. 

 Artaud es el representante casi único de el loco con obra,

ya que constituye un paradigma que la locura y la obra

son alternativas, pero no van juntas. Algo muy fuerte se de-

lata en esa brecha. Una cierta definición (en el doble sentido)

de la literatura. Como cuando es dice "eso es literatura", como

lo contrario de la vida, la pura realidad, etc. Se me ocurre que

no hay mayor discusión en cuanto a agregar a Jacobo Fijman

a esta categoría de "loco con obra". Y a Dino Campana. Y a

Leonora Carrington. Janet Frame es otra cosa, porque su 

'diagnóstico' probó ser un grave error. Unica Zürn, sí. Esta

escritora y pintora alemana refirió en dos de sus libros de ma-

nera muy cruda el padecimiento de su enfermedad.

 Pero Antonin Artaud (o Antoine Marie Joseph Paul Artaud),

que vivió entre 1896 y 1948, es sin duda el más grande... ¡en

ambos sentidos! Este es entonces, un pequeño homenaje a

su grandeza. Tengo que decir que durante unos cuantos años,

Artaud representó para mí la quintaesencia del artista, el que

iba hasta el hueso. El que era artista a partir justamente de la

fuente inagotable de su locura. Como sentenciara Foucault: 

"La locura... esa prodigiosa reserva de sentido."


  1

 No sé nada o más bien sé, y quizá sea muy peligroso decirlo,

que no es el sentido quien crea las palabras, sino estas a aquel.


 2

 No me parece que lo más urgente sea defender una cultura cu-

ya existencia nunca ha liberado a un hombre de la preocupa-

ción de vivir mejor y de tener hambre, sino extraer de aquello

que se llama cultura ideas cuya fuerza viviente es idéntica a la

del hambre.


 3

 La poesía es una inervación magnética del corazón.


 4

 ¿Qué es la locura? Un trasplante fuera de la esencia, pero

dentro de los abismos, de lo interior exterior. ¿Qué es la esen-

cia? ¿Un agujero o un cuerpo?


 5

 Pues toda humanidad quiere vivir, pero no quiere pagar el

precio, y este es el precio del miedo.





 6

 Necesito poesía para vivir, y quiero verla alrededor de mí. 

Y no admito que el poeta que soy haya sido encerrado en un

asilo de alienados solo porque quería realizar al natural su

poesía.


 7

 Para los indios la vida es un hogar susurrante, es decir un

fuego que resuena, y la resonancia de vivir alcanza todos los

grados del diapasón. De ahí que los sermones del los Evange-

listas de Marx les causen risa. Curad primero la vida, dicen

ellos, y así renacerá el Estado Social con sus cuadros que su-

surran; en el murmullo del fuego trama la vida sus fuerzas.


 8

 A no ser que haya una luz superior y milagrosa, no puedo

ver el mundo con un aspecto que no sea el de la desesperación.


 9

 Esto ocurre porque hay dioses en el cielo; dioses, es decir, 

fuerzas que no esperan sino el momento de precipitarse.


 10

 Aquello que diferencia a los paganos de nosotros, es que en

el origen de todas sus creencias hay un terrible esfuerzo por

no pensar como hombres, para conservar el contacto con to-

da la creación, es decir con la divinidad.





 11

 Ahora yo considero que lo que necesitamos es saber, y que

lo único que necesitamos es saber.


 12

 Una cosa nombrada es una cosa muerta, y muerta porque 

está separada. [En otra parte: "El problema no consistía pa-

ra mí en saber lo que llegaría a insinuarse en los marcos del

lenguaje escrito, sino en la trama de mi alma viva."]


 13

 Vuelvo a los dioses, a esos dioses devastadores y que se co-

men mutuamente, como cangrejos en una cesta.


 14

 Se puede proclamar la buena salud mental de Van Gogh que

durante toda su vida sólo se hizo asar una de las manos y,

fuera de esto, no pasó de cortarse la oreja izquierda. [En

otro texto: "En lo que respecta a la mano asada, se trata de

heroísmo puro y simple;

 y en cuanto a la oreja cortada no se trata más que de lógica

directa,

 e insisto:

 a un mundo que tanto de día como de noche, y cada vez 

más, come lo incomible

 para dirigir su maléfica voluntad al logro de sus fines,

 sobre ese punto no le queda más remedio que enmudecer."]





 15

 Pero la realidad humana, Pierre Loeb, no es eso. 

 Somos 50 poemas

 El resto no somos nosotros,

 sino la nada que nos envuelve.


 16

 Si otros proponen obras yo no pretendo más que mostrar

mi espíritu.

 La vida es arderse con preguntas.

 Yo no concibo la obra como desligada de la vida.


 17

 Necesito a mi lado a una mujer simple y equilibrada, y cuya

alma inquieta y turbia no proporcionaría continuamente ali-

mento a mi desesperación. Estos últimos tiempos ya no te 

veía sin un sentimiento de temor y malestar. Sé muy bien que

es tu amor el que te produce tus inquietudes por mí, pero es

tu alma enferma y anormal como la mía la que exaspera esas 

inquietudes y te estropea la sangre. No quiero seguir viviendo

contigo bajo el temor.


 18

 Lo difícil es encontrar bien su lugar y establecer la comuni-

cación consigo mismo. El todo está en una cierta floculación

de las cosas, en el ensamble de toda esa pedrería mental alre-

dedor de un punto que es precisamente el que hay que hallar.

Y he aquí lo que yo pienso del pensamiento:

CIERTAMENTE LA INSPIRACIÓN EXISTE.


 19

 La bestia es el ser.

 Con los ojos cerrados, 

 por la mañana,

 iba rengueando en busca de la bestia del ser.


 20

 Yo he nacido de mi dolor.