martes, 26 de octubre de 2021

CUATRO POEMAS DE STEPHEN SPENDER

  



 ABUELOS


 Miramos a la criatura de Matthew, nuestra nieta,

 A través de la pantalla de vidrio donde ocho bebés

 Brillaban como velas rojas sobre una mesa.

 Su carita y sus manos arrugadas eran como

 Crisálidas y helechos desplegándose.

 '¿Es nuestra bebé un genio?' le preguntó a una monja.

 Fuimos a los Uffizi y él miró a los

 Primitivos italianos, y halló

 Feos a todos sus bambini.

 Empezó a dibujar a Maro y su hija

 Nueve horas después de que naciera Saskia.


                                      (Florencia, 1971)



 AUDEN EN MILWAUKEE


 Cené con Auden. Él había estado tres días

 En Milwaukee, hablándoles a los estudiantes.

 'Me amaron. Estaban fascinados.'

 Su rostro encendía la escena.

 Vi la foto de él, embutido en

 ropas de tapicería y pantuflas al tono

 Sólo su cara estaba viva encima de ellas.

 Debe haberse introducido a sí mismo en el salón

 Como un objeto, un premio, un regalo que conoce su valor,

 Midiendo su valía para ellos en balanzas,

 Palabra pesada por palabra, absorto en su propia voz.

 Él sabe que ellos son jóvenes y, mejor, qué él es viejo.

 Comparte su distancia con ellos como un chiste.

 Lo aman por eso. Esto, porque sienten

 Que él no le pertenece a nadie, y sin embargo te lo da todo.

 Lo ven como un objeto, artefacto, que el tiempo

 Ha arado entrelazado con todas esas líneas

 Y sin embargo tiene un núcleo que simplemente arde.


               (28 de febrero 1970, Nueva York)



 HIELO

 (Viena)


                      Para Muriel


 Ella entró desde el aire nevado

 Donde la arquitectura de carámbanos colgantes

 Tendía vellones blancos alrededor de la plaza barroca.

 Vi a su rostro helarse entre sus pieles,

 Desde el rincón de la chimenea en el cuarto

 Donde había esperado en mi sillón.

 Corrí hacia ella con el fuego de mis labios

 Y besé esa calidez contra su piel

 Y sentí cómo el rojo hacía florecer el blanco

 Cuando, a mi cuidado, sus sonrientes ojos

 Brillaron con el resplandor del hielo

 De afuera, cuyo deslumbramiento habían traído consigo.

   Ese día, hasta ahora, lo olvidé.

 ¿Cómo es que ahora recuerdo

 Yo, que cuando ella entró, no vi

 La pasión de su blanco diciembre?


          (Recordando)



  PALABRA


 La palabra muerde como un pez.

 ¿Volveré a arrojarla, libre

 Como flecha hacia ese mar

 Donde los pensamientos son látigo de cola y aleta?

 ¿O he de ponerla

 a rimar sobre un plato?



 Stephen Spender (1909-1995) fue uno de los mayores poetas

de la generación llamada del '30. Se formó en Oxford, y formó

parte de los intelectuales que adhirieron a la causa de la Repú-

blica en España, durante la Guerra Civil Española. Fue, ade-

más de poeta un importante crítico literario. 



 FUENTE


 Stephen Spender. Collected Poems 1928-1985. faber and

faber, 1990.




 Versiones del inglés: Robert R. Rivas (c)

  En castellano, Losada publicó en 1967 "Poemas"

1928-1953, con traducciones de William Shand y Alberto

Girri. 


 

 

 

 

 

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