domingo, 20 de diciembre de 2020

DORIS KAREVA, OTRA VEZ

 



1.


 El bisturí y el metrónomo

 sobre el piano de mi padre

 guardaban un silencio entre ellos

 cuando yo era una niña.


 Sólo ahora, pasado el tiempo,

 he comenzado a oír,

 a entender

 estos curiosos cuentos.


 Estos afinan el tiempo a una extraña delgadez.




 2.


 La lluvia de estrellas se vuelve aún más pesada.


 Una o dos quedan atrapadas en el pecho

 y llamean misteriosamente.


 El bote rueda sobre aguas inquietas.


 ¿Cuándo fue la última vez que atrajiste sobre arena mojada

 una palabra

 que viviera?



 3.


 Perros del desierto corren a través de mis sueños,

 ligeros, ágiles y silenciosos

 como los vientos de Dios;

 bellos y suntuosos, noche tras noche

 corren a toda velocidad.


 Olfateo, por supuesto olfateo

 que mi corazón es su presa.


 ¿Cómo podría conocer la realización

 si no me agoto a mí misma

 noche tras noche, corriendo, corriendo

 contra los distantes, espectrales

 perros del desierto.



 Hemos publicado anteriormente poemas de esta escritora

 nacida en Tallin, capital de Estonia en 1958. Pero sus poe-

mas siguen creciendo con el tiempo. Entonces me toca tra-

ducirlos.


 FUENTE


 Modern Poetry in Translation. Third Series -Number Five

Transgressions, 2oo6.

 

Versiones del inglés: Robert R. Rivas (c)

  

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