Attipat Krishnaswami Ramanujan, nacido en Mysore, In-
dia en 1929, hijo de un matemático y astrónomo, fue cria-
do en un ámbito familiar muy especial. En el primer piso
de su casa se hablaba en Tamil; escaleras arriba, se hablaba
sólo en Sánscrito y en Inglés; y finalmente desde la terraza
se escuchaba el lenguaje local, el Kannada. De manera que
Ramanujan hijo creció hablando a la perfección todas esas
lenguas. Y escribiendo poemas en ellas. Y traduciendo tex-
tos clásicos hindúes tanto del Tamil como del Kannada, al
inglés. Vivió algunos años en Estados Unidos, donde se doc-
toró en lingüística en 1963, para luego viajar a Sri Lanka,
donde acometió la tarea de convertirse en budista. Finalmen-
te regresó a Estados Unidos para enseñar lenguas y literatura
del sur de Asia en la Universidad de Chicago. Su contribución
al conocimiento en occidente de los textos canónicos de su
India natal ha sido extraordinaria. Murió en 1993.
Como todo gran traductor, tuvo que resignar una parte im-
portante de su prestigio como poeta, ya que su propia obra
es casi desconocida entre nosotros.
He aquí un leve intento de reparar esa carencia, mostrando
la sutileza y perspicacia de su poesía.
ALGUNA GENTE
Otros ven una corrida, un carnaval, un millón,
¿por qué él no ve nada, o peor, sólo uno:
un cuerpo singular, una cabeza familiar?
Tú también te preocuparías, ¿no es cierto, si
en el apiñamiento de una conferencia
acerca de la leche de Delhi y de la soja de China, entre todo
ese pelo humano, olores
nacionales y fragancias internacionales,
vieses a tu esposa de otra vida,
con quien te casaste y abandonaste en la infancia,
ahora muerta hace seis semanas, pero parada ahí
con su sari de seda cruda, vestida con sandalias?
PLACER
Un monje Jainista desnudo
devastado por la fiebre
primaveral, el vigor
del largo celibato
lujurioso ahora como nunca antes
por el hedor y la visión
del capullo de mango, ya apretado, ya
aflojándose en pétalos,
estambre y mariposa,
sus varias bocas
sedientas de pechos,
nalgas, olores de dedos,
pelo largo, pelo corto,
la humedad de lugares que nunca se secan.
la piel excitada aún por
látigos, sí mismo tocando a sí mismo,
toda la filosofía enfangada
en su propia saliva,
el fresco Ganges virando
sensual sobre él,
untado su propio privado
intocable cuerpo
Jaina con miel
espesa y lenta como brea,
y permaneciera contenido
por fin sobre un hormiguero
de rojas hormigas de fuego, gritando
su viejo grito predecible
a cada punzada,
"¡Placer, Placer,
Gran Placer!"-
ya no una fórmula
en el millón de bocas
de placer-en-el-dolor
mientras las hormigas trepan, tatuándo-
lo, miembro por miembro,
y cubren su cuerpo,
alguna vez desnudo, alguna vez incluso intangible.
EN EL ZOO
Un Tour con Comentarios
Y estos
estos son pájaros carroñeros
emblemas adecuados
para una ciudad como Calcuta
o como Madurai
apiñadas hasta el tope de sus puertas
Generalmente se los conoce
como cigüeñas asistentes
sí tienen una dignidad de largas-patas
que es ligeramente vulgar
Las cigüeñas asistentes vienen en tres tonos
un negro desteñido
como abogados de Madrás uno gris
un blanco sucio
como las cuajadas agusanadas de la abuela
Son más bien ruidosos y pesados
en su despegue
y se baten a sí mismos hacia el aire
como padre
hacia la lluvia, su abombado paraguas con tres costillas
rotas por sus hijos en una prueba de esgrima y tres
por los vientos del año pasado
Pero una vez levantado el vuelo
esta tía de patas de araña peludas
de pájaro
circunvuela
con alas inmóviles
llenando la transparencia del cielo
de lentos adormilados perfectos círculos
como la historia de padre de la Alfombra Mágica
ese alborotado día en que la tormenta se filtró
a través del techo
y madre estaba enferma
y él tuvo que limpiar en el piso
de la cocina el correteo de nuestros pies
FUENTE
J.D- McCLATCHY (Ed.). The Vintage Book of Contempo-
rary World Poetry. Vintage Books, 1996.
Un par de ediciones de las traducciones de A.K.R.
6 comentarios:
Son raros, sí, pero ¿son buenos?
Veamos un poco, Sandra.
El café, ¿es bueno?
¿Y la nieve?
Pero yendo más cerca, tu pregunta puede ser interesante, pero ¿es buena?
Si no te quema
ni te muerde al leerlo,
no es un poema.
O sea, la que te hace doler.
A mí me gustan la que me asombra, la que me conmueve, la que me inspira.
El éxtasis quema? A mi me han parecido muy bellos e intensos poemas. Un abrazo!
Hola Carmen. Me alegro de que te gustaran estos poemas de Ramanujan.
La siguiente entrada sera de versiones suyas del clásico tamil, el Kurintokai.
¡Saludos!
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