martes, 22 de junio de 2021

UNA ARQUEOLOGÍA PROPIA

Ruinas y riquezas enterradas


 raíces nerviosas de las palabras


 los nombres, acá, aparecen cortados a cuchillo


 bulbos


palabras huérfanas


 el pozo ciego de la memoria


 y también el abismo sin fondo de la memoria

 el ombligo que conecta la existencia -lo existente, donde

 puede haber memoria-, con lo antecedente, las ascenden-

 cias de las que descendemos como de los árboles

 los recuerdos son apenas insectos voladores, murciélagos,

 pájaros que pasan como ráfaga sobre ese abismo


 también el futuro porvenir caerá por ese

 agujero negro del lenguaje


 los nombres sólo evocarán una lejanía

 minúscula y espléndida


 ausentes en los registros de la reminiscencia,

serán el suelo de cualquier brote del recuerdo


 a veces

 se ha descubierto arrinconado

 en la infancia

 de otro


 se ha repartido entre muchas vidas


 los pensamientos corren como sombras

   sueltas de su origen

     por el fondo-luz de la conciencia

 inatrapables


estamos en la zona de los confines

de los recuerdos

y sentimos el roce de esas sombras

eso es lo que sentimos en lo más hondo

    y lo más lejano que tenemos

en la frontera, la orilla entre lo que tenemos

     y lo que no somos


 el arqueólogo con toda naturalidad preguntaría:

    '¿cuál era tu combustible?'


 'también nosotros escribimos para una humanidad

que ya no espera nada y de la cual nada esperamos'

 'por eso en ningún caso podemos faltar a nuestra 

cita con ella'.

 'para que eso que llamamos nuestra vida privada

 no sea totalmente privada -de sentido'



NOTA


Con algo de Agamben. Y de Adorno: "Si hasta el más libre

de los espíritus libres ya no escribía para una posteridad ima-

ginaria... sino sólo para el Dios muerto."

1 comentario:

Sandra Gavrilich dijo...

los pensamientos corren como sombras

sueltas de su origen

por el fondo-luz de la conciencia

inatrapables

(Esta parte me ha gustado mucho)