La cara de la ventana, hoy, hablaba por sí misma
Le daba -por recónditas razones- la espalda al día
A veces la tristeza de eso que hemos convenido en llamar
desalmadamente "objetos"
Dice más cosas que las que estamos preparados
para escuchar
Elegimos su precioso, sacrificado silencio
Pedimos -sin decir nada- que no abran los ojos
Ventana: sabemos muy bien que lo tuyo se trata del porvenir
Esperemos que tu cara de hoy sea un mero estado de ánimo
Y no un mensaje que con muy valorable discreción te abste-
nés de pronunciar.
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