hace de primer amarre del resto?
Unas pocas notas, transformadas
por el infante en un rulito de música
sin darse cuenta, desde luego,
que queda hundido en eso que ahora
es hondo por el mero paso del tiempo,
pero que al principio era casi nada
un poquito, una pelusa de música
ovillada por los dedos pequeñísimos
de la criatura distraída al dormirse
arrullada, sí, criatura
por el misterio impensable
de una madre.
Venía diciendo algo acerca del sentido
de los cinco sentidos
pero las palabras siguieron hablando sin tinta
las palabras ahora hablaban en silencio
el silencio del cuerpo
uh ese silencio blanco
ese silencio negro sobre negro
"no eran solamente palabras",
hubiese dicho
el guardia nocturno ha despertado
no debía dormirse
y ha despertado
a la conciencia de haberse dormido
y de que no debió tal vez
despertarse
es tan real esta imaginación...
que no hay otra cosa
y no esperaba encontrarme
ni mucho menos disfrutar en este momento agrio
con dos versos ajenos:
"¡Tanto tenemos que confiar para poder vivir
nuestro día cotidiano sin hundirnos en la tierra!"
¿habrá alguien que encuentre un pasamanos semejante
alguna vez en mis palabras?
en el pasamanos ciego de la noche
en el que las manos tantean
un afuera del terror
hay el calor de otras manos
que pasaron por acá
un poco antes
o simplemente en algún momento
tus manos dejando señales
para no perderme en la perdición
había una dirección del tiempo
en otro tiempo:
estaba viniendo hacia acá
acá es este momento
que mira desde qué lejos
(y también qué cerca) hemos venido
y no, no hubiéramos creído
que esos se perdieron por el camino;
y sí, no podíamos evitar saber
que el camino era ahora mucho más breve
tal vez el bendito 'jubileo'
consista solamente en recordar
haber sido jóvenes
ese súbito 'venir-en-sí'
el despertar del centinela que no debió dormirse
que es tanto darse cuenta de estar vivo
como morir
el rulito de música amasado por los dedos
del niño incipiente
un leve canturreo casi inaudible
"el centinela despierta"
significando
'he salido de una masa espesa de sueños,
la que cada noche se urde en mi interior desconocido
con la sensación,
¡clarita, eh!
de que si no salía
por esa rendija
que de repente se ofreció
por si sola
a último momento,
no salía.'
en el pequeño fragilísimo cuerpo:
el sonido el olor la mirada el tacto
y esa casi imperceptible voz del deseo
que inicia
la música de la vida hecha de placer y llanto
¡centinela!
del sueño trajiste una rata viva en la mano:
y ninguno de los dos se sobresaltaba
sí, había creído que era el cuerpo
pero puede ser que fuese la tierra sobre la que andaba
que era más elástica
y ahora es una corteza, en cambio,
dura de roer
la habitación de sí mismo
es más estrecha
y, a la vez, está cada vez
más cerca
de ser el campo
de nubes y siembra de estrellas
poblado de rocío
y liebres desconocidas
y fugaces;
de vientos que se callan de repente
o se duermen
entre los árboles
que velan
una luna entre ligeras 'nubes
clandestinas'
me siento tentado de decir
y también preguntarme
si todo esto significa que alguien mira
en lo desolado
o ese es el secreto que nos tenían guardado:
nadie en absoluto
[Los dos versos son de Tomas Tranströmer, en Deshielo
a mediodía.]
NOTA
Dedicada a la sensación que queda de que lo escrito no dice
lo que queríamos decir, la contestación que ya expresó hace
varios siglos Su Tung-po: "Si un poema se escribe/ como de-
be ser escrito/ Puedo asegurarte que ése no es un poeta." No
resuelve lo incierto, pero 'contesta'. En cuanto al cómo po-
dría ser la cosa, Su Tung-po (1036-1101), ha dicho: "Cuando
mi pincel toca el papel va tan ligero como el viento. Mi espí-
ritu se lo lleva todo por delante, antes que el pincel llegue a
su destino." (Viento, espíritu, 'inspiración' -como término
respiratorio...)
Agrego ahora lo que Gombrowicz escribió al respecto en su
'Diario argentino': "¿Quién decidió que se debe escribir sólo
cuando se tiene algo que decir? El arte consiste precisamente
en no escribir lo que se tiene que decir sino algo completamen-
te imprevisto." ("El arte consiste precisamente"... ¿diríamos
que es afortunado el convencido?)
¿Quién sueña los sueños? ¿Qué o quién?
Hay que escribir acercándose de a poco a la ventana
y, hasta donde sea posible,
sin uno mismo.
1 comentario:
Creo que la genialidad de un poema, es que nos toca o nos deja indiferente, entonces nuestra cabeza trata de compensar, ese espacio falto y vacío
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