Sí, este ser provisto de garras, tenazas
y otros secretos elementos
es nuestro miedo
No, no tiene alas.
O, si las tiene, nacieron pegadas
al cuerpo.
O, si se despegaran
no sirven para alzar ninguna clase de vuelo.
Envuelven: como brazos-tentáculos
se enlazan alrededor
en un abrazo que impide, amaga consolar, y abandona
al mismo tiempo.
El miedo lo rige todo
por presencia excesiva
o por ausencia inaudita
Cuando lo olvidamos
él también parece olvidarnos
En esos remansos de la memoria
es cuando creemos en nuestras fuerzas
Y nos burlamos con sorna
del destino
Y lanzamos arrogantes bravatas
al rapaz porvenir
También es con la brisa de la ingenuidad
También con la paciencia inesperada de los sentidos
También con las playas bañadas
por mares cálidos y amables
que supieron ser bestias destructivas
en los golfos del corazón.
Se lo llama "El combate"
y si estamos escribiendo
es porque, hasta ahora,
hemos salido airosos
Aunque esta misma noche el Miedo salga a hacer su ronda
recorriendo brutalmente los despachos vacíos,
pateando las puertas
requisando cajones
dejando atrás las luces encendidas como faros
las ventanas abiertas o arrancadas
y, junto a su olor inconfundible
un rugido de otro mundo
habitando largo rato
los pasillos
4 comentarios:
Muy potente poema
Gracias.
Magnífico poema, en el que nos reconocemos los que hemos habitado las lóbregas mansiones nocturnas del miedo,Robert y hemos encontrado en la literatura un remanso de paz, una ventana a cualquier lugar. Es verdad que esas congojas cuando llega la luz purificadora del día, si no se desvanecen del todo, sí se muestran menos acuciantes. Lo dicho, Robert, me gustó mucho el ritmo del poema y la temática. Un saludo.
Muchas gracias, Sergio, por tu empático comentario.
Como escribió en un poema Thomas Bernhard: "La noche no tiene decorado".
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