sábado, 7 de octubre de 2023

OTROS 27 POEMAS DE IZUMI SHIKIBU

  En diciembre de 2010, publiqué una serie de poemas de la

-para mí- insuperable Izumi Shikibu. Algo que distingue su 

poesía por encima de casi todos los demás poetas (hombres y 

mujeres) es que no hace falta elegirlos: son todos bellísimos.

 No voy a repetir acá la historia de Izumi, una ferviente ena-

morada de los "hombres incorrectos". 

 Vivió entre 974 y, tal vez, ya que la fecha de su muerte es

incierta, 1027.



1

Esta noche

mientras cae el granizo

sobre las hojas de bambú

crujiendo, susurrando,

no quiero dormir sola


2

El rocío blanco, un sueño,

esta vida, una ilusión:

todos ellos,

por comparación

duran realmente mucho


3

No existe ningún color

llamado amor

en este mundo,

¡y sin embargo cuan consumadamente

ha teñido mi corazón!


4

Si fuera a olvidarte

a causa de esta infelicidad,

no podría considerar

a este corazón

como propio


(A Izumi del Príncipe Atsumichi)


Si yo hablo de amor

pensarás que soy como todos los demás,

pero mi corazón

esta mañana

es incomparable


6

Un cuerpo

pero el corazón deshecho en mil pedazos

muchas

muchas cosas

me afligen


7

Claramente lo notarías:

en mis ojos,

nublados por lágrimas,

la luna del crepúsculo


8

(Dedicado a Naishi, su hija muerta)


¿Por qué te disolviste

en un cielo vacío?

Aún la frágil nieve,

cuando cae,

 cae en este mundo


9

Me consolaría verte-

aunque fuera entre relumbres

de relámpagos

en el crepúsculo,

visto, no visto


10

Sin sueños

 a lo largo de la noche,

y rompe el día-

entonces los anhelos van

tan lejos como pueden ir los anhelos


11


(Tres personas que pasan a caballo, observando

flores silvestres)


Retenemos las flores

en el pensamiento

mientras pasamos,

abandonándonos

a nuestros impasibles caballos


12


(El protector de Shikibu en la corte era Fujiwara no Michi-

nagam padre de la emperatriz a cuyo servicio estaba Izumi,

y el hombre más poderoso de Japón. Lord Michinaga, vien-

do uno de los abanicos de Shikibu en manos de uno de sus

muchos amantes, lo tomó y escribió sobre él: "Abanico de

una Mujer Flotante". Cuando Shikibu se enteró de esto, a pe-

sar de depender de este despiadado e impredictible destructor 

de carreras, le envió, sutilmente, este poema:


Algunos atraviesan en paso del Amor,

algunos no.

A menos que tú seas el vigía aquí,

no es tu derecho

lanzar reprobación


13

¿Realmente 

dejaré de ser,

o recordaré

más allá del mundo, 

nuestro último encuentro?


14

En una noche

en que la luna brilla

tan intensamente,

los pensamientos impronunciables

del más discreto de los corazones

se hacen visibles


15

En mi soledad

rompo y quemo

pequeñas ramas, chasqueando fuego-

en esta aldea invernal de las montañas,

deseando que aunque sea el humo no parta


16

¿De qué color es

este viento de otoño

que puede teñir

mi cuerpo

con su roce?


17

Si aquel a quien he estado esperando

viniese ahora, ¿qué debo hacer?

El jardín de esta mañana repleto de nieve

es demasiado bello

para que unas pisadas lo estropeen


18

Mirando a la luna

al atardecer,

solitaria, en el medio del cielo,

me conocí completamente,

sin partes olvidadas


19

Amándote

mi corazón puede estallar

en mil pedazos

pero ni uno de ellos

se perderá


20

Te fuiste,

la niebla demorada en el cerco,

y sí,

no podía hacer otra cosa

que quedarme mirando el cielo


21

No hay reposo 

para aquel que piensa

en flores jóvenes,

aunque en el corazón

no sople el viento


22

Perdida en mis pensamientos-

hasta la luciérnaga del pantano

parece brotar de mi cuerpo,

como mi alma


23

Usé este cuerpo

añorando

a aquel que no viene.

Es un profundo valle, ahora,

lo que otrora fuera mi corazón.


24

Aunque el viento 

sopla terriblemente aquí,

la luz de la luna también se cuela

entre las tablas de madera

de esta casa en ruinas


25

Vivimos en una ensenada

barrida por la marea,

flotando, arrojados.

En tal especie de mundo,

¿por qué aferrarme a colecciones de poemas?


26

¿Habré de dejar esta casa en llamas

de incesante pensamiento

y saborear la única verdad

de la lluvia pura

cayendo sobre mi piel?*


27


(Su último poema)


Salgo de la oscuridad

hacia un camino de oscuridad

iluminada tan sólo por la remota

luna sobre el borde de la montaña




*El poema 26 hace resonar en mí el final de la magnífica 

novela de Jean Rhys, Ancho Mar de los Sargazos.


FUENTES

La bibliografía completa figura en la publicación de 2010.

El texto principal del cual proviene la gran mayoría de los

poemas traducidos en esta página es:

Jane Hirshfield/Mariko Aratani. The Ink Dark Moon. Love 

Poems by Ono no Komachi and Izumi Shikibu, Women of the 

Ancient Court of Japan. Vintage Books, 1990.

Versiones del inglés al castellano: R.R. (c)





3 comentarios:

Carmen Troncoso Baeza dijo...

su profunda sensibilidad nos invade, fresca poesia, gracias Robert

Robert Rivas dijo...

Gracias a vos, Carmen.

Anónimo dijo...

Hermosos!