En los vastos andenes de Álgona
-a veces multitudes,
otras tres o cuatro solitarios dispersos-
crecen algunos yuyos,
vuela la hola de algún viejo diario.
Cambiantes posibles pasajeros
sentados en el gastado banco del medio
o caminando en ligero zigzag,
deliberando
interminablemente
en sus laberintos privados
si tomar o no
el próximo tren a la Luna
1 comentario:
Me preguntaba porque en Algona? , claro que hablamos de Centauros del espacio y en los prados de Iowa fue donde John Wayne aprendió a montar a caballo , posiblemente no eligió los andenes de Algona por esa razón, pero tiene sentido que así sea.
Me ha gustado el poema , los hijos del Quijote somos surrealistas.
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