Ezra Pound, saliendo de la Corte Federal en Washington, el 18 de abril de 1958,
luego de que el cargo de traición a la patria le fuese retirado. El Superintendente
del Hospital St. Elizabeth, declaró bajo juramento que "Ezra Pound sufre, y desde
diciembre de 1945 ha sufrido de un estado paranoide."
Richard Sieburth (Ed.) The Pisan Cantos. New Directions,
2003.
William Cookson. A Guide to the Cantos of Ezra Pound.
PerseaBooks, 2001.
Jean-Michel Rabaté. Language, Sexuality and Ideology in
Ezra pound's Cantos. Macmillan Press, 1988.
Peter Markin. Pound's Cantos. The John Hopkins Univ.
Press, 1992.
El 28 de abril de 1945 Benito Mussolini y Clara Patacci son
capturados cerca del lago di Como. Son llevados a la Piazzale
Loreto, en Milán, donde son fusilados y luego colgados de los
pies.
En 3 de mayo de 1945, mientras estaba sentado en su escrito-
rio traduciendo a Mencio en Sant' Ambrogio, en las colinas de
Rapallo, Ezra Pound es capturado por los partisanos. Ni su es-
posa Dorothy ni su amante Olga Rudge se encontraban en el
lugar.
Mientras se lo llevaban, logró escabullir una copia de los Clá-
sicos de Confucio y un pequeño diccionario chino en los bolsi-
llos. También se llevó una semilla de eucalipto.
Estuvo cerca de ser fusilado, pero tal vez por ser norteameri-
cano, lo llevaron a un puesto de comando en Zoagli, al sur de
Rapallo. Allí pudo alcanzarlo Olga Rudge. De ahí fue traslada-
do al comando partisano de Chiarvari. la visión de sangre en las
paredes le hizo pensar en su inmediato fusilamiento. Pero, en
cambio, fue autorizado a ir a Lavagna para entregarse a las au-
toridades militares estadounidenses. Tanto él como Olga fue-
ron transportados en un jeep al cuerpo de contrainteligencia
en Génova, donde debieron esperar la llegada del Mayor Am-
prim, el agente del FBI que había designado Hoover para lle-
var el caso de acusación de traición a la patria contra el poeta.
Allí estuvo detenido durante tres semanas. Olga fue llevada de
vuelta a Sant'Ambrogio el 7 de mayo. Más tarde ella describiría
(extrañamente) esos 4 días solos en Génova, con abundante co-
mida, "entre los más felices de mi vida". Razones de los aman-
tes. Entretanto Pound había preparado un escrito para leerlo por
radio, escrito especialmente para esta ocasión, titulado "Las ce-
nizas de Europa llamando..." ("Europe's ashes calling..."), que
por supuesto no le permitieron leer.
Fue interrogado durante las 48 horas siguientes, acerca de los
alrededor de 120 discursos de unos 15 minutos de duración ca-
da uno, por los cuales había recibido como paga unos 18 dls.
por pieza. Algunos de ellos eran tan incoherentes, que los ofi-
ciales italianos empezaron a sospechar que Pound podría muy
bien ser un doble agente, que se comunicaba con los aliados
en clave. Las siguientes dos semanas las pasó en Génova, en
"un estado de serenidad confuciana".
Entretanto, en Sant'Ambrogio, le incautaban su Everest, la
máquina de escribir con una "t" desalineada, sus lápices y su
lapicera Swan. Además de 7000 págs. de documentos: artícu-
los, guiones, cartas y demás. Dos días después fue conducido
-otra vez en un jeep militar- a Pisa, donde se encontraba la Cor-
te. El autor de los Cantos, mientras tanto, estaba convencido
de que lo trasladaban para entrevistar a Truman y a Stalin, y
que iba a ser utilizado para detener la guerra contra Japón.
Pero en lugar de ello lo llevan a Metato, un poco al norte de
Pisa, donde ya había 3600 prisioneros militares de toda laya:
desertores, violadores, desobedientes, asesinos... A un "Cen-
tro de Rehabilitación".
Las celdas-jaula para osos de Pisa.
Ezra era el único civil del campo. Lo confinaron a una de
las llamadas "celdas de la muerte" del campo: una jaula de
acero de 1,80 por 1,80 mts., abierta a los elementos, para evi-
tar su fuga.
Totalmente incomunicado. Y observado las 24 horas del día
por un guardia armado, con luces día y noche, sin cama, sin
contacto verbal alguno, con la excepción de sus conversacio-
nes diarias con el capellán católico.
Allí leyó a Confucio durante horas, observando el paisaje,
"haciendo sombra" de boxeo, imitando prácticas de esgrima
y de tenis. A la tercera semana, los médicos notaron su grahn
deterioro físico, y lo trasladaron a la que él bautizó "la jaula
de los gorilas". Allí fue examinado por dos psiquiatras del
ejercito ocupante: confusión, ansiedad, debilidad manifiestas".
Se indicó entonces su traslado a Estados Unidos. Mientras
tanto, Pound se recupera lo suficiente para retomar la escritu-
ra (!) Y escribe varios Cantos (del 74 al 84) que luego se de-
nominarán Los Cantos Pisanos, que significaron un giro fun-
damental en su escritura, que se tornó elegíaca y autobiográfi-
ca. En ellos prima el grito de dolor y el repaso de lo que ha si-
do sabido, lamentándose por lo perdido, y tratando de encon-
trar algún sentido que generase esperanza y una razón para se-
guir adelante. Al principio la escritura no estaba dividida en
Cantos, y Pound no parece consciente de que está en juego el
fin de todo para él.
"Morir inquebrantable
como si morir no fuese suficiente
esto es
energía Nórdica
y los vigorosos acumulan esa clase de energía"
"En los Cantos Pisanos", como dice Peter Makin, "una gran
parte del texto se ocupa de localizar la sensibilidad fina, y de
demostrarla."
'Amo ergo sum' (Amo por lo tanto existo) 'y solo en esa pro-
porción.', dice en ellos Pound.
Escribiendo los Cantos Pisanos en el complejo médico de Pisa. Ahí también escribió
cartas para otros reclusos,
Me parece necesario agregar este dato: a fines de 1941,
Pound estaba en una posición muy bizarra: un ciudadano
americano viviendo en un país que estaba en guerra con el
suyo. Después de Pearl Harbor, el autor de Lustra intenta re-
gresar a los Estados Unidos. Pero un oficial de la Embajada
Americana rechaza su pedido, por razones que siguen siendo
desconocidas. Por ende el poeta debe permanecer en Italia,
único sostén de la 'familia' y con ingresos mínimos provenien-
tes de sus disparatados discursos antisemitas por Radio Roma.
Las fotos que ilustran esta nota provienen del libro de Peter
Ackroyd, Ezra Pound and his World. Charles Scribner's Sons,
1980. (Con 111 ilustraciones).
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