viernes, 18 de septiembre de 2020

CHARLES SIMIC, POEMAS JÓVENES

  



  LA CARNICERÍA


  A veces caminando tarde a la noche

  Me detengo frente a una carnicería cerrada.

  Hay una sola luz en el negocio

  Como la luz en la que un convicto cava su túnel.


  Un delantal cuelga de su gancho:

  La sangre está desparramada en un mapa

  De los grandes continentes de la sangre,

  Los grandes ríos y océanos de la sangre.


  Hay cuchillos que resplandecen como altares

  En una iglesia oscura

  Adonde traen a los lisiados y a los imbéciles

  Para ser curados.


  Hay un bloque de madera donde se rompen los huesos,

  Muy limpio - un río seco hasta el lecho

  Donde soy alimentado,

  Donde hondo en la noche escucho una voz.




  EL HOMBRE INTERIOR


  No es el cuerpo

  Que es un extraño.

  Es otro alguien.


  Le hincamos el mismo

  Feo tazón

  Al mundo.

  Cuando me rasco,

  Él se rasca también.


  Hay mujeres 

  que aseguran haberlo abrazado.

  Un perro me sigue por ahí.

  Puede que sea suyo.


  Si estoy callado, él está más callado.

  Así que me olvido de el.

  Así y todo, si me agacho

  Para atarme los cordones,

  Él se mantiene erguido.


  Arrojamos una única sombra.

  ¿La sombra de quién?


  Me gustaría decir:

  "Él estaba al principio

  y él estará al final."

  Pero uno no puede estar seguro.


  Por la noche

  Mientras me siento

  Mezclando las cartas de nuestro silencio,

  Le digo:


  "Aunque vos pronunciás

  Cada una de mis palabras,

  Sos un extraño.

  Es hora de que hables."




  MIEDO


  El miedo pasa de hombre a hombre

  Sin saber(lo).

  Como una hoja pasa su estremecimiento

  A otra.


  Todo el árbol está temblando al mismo tiempo

  Y no hay señal alguna del viento.



  POEMA


  Cada mañana me olvido de cómo es.

  Observo al humo montarse

  A grandes zancadas sobre la ciudad.

  No le pertenezco a nadie.


  Entonces, me acuerdo de mis zapatos,

  De cómo me los puse,

  Cómo al agacharme para atarlos

  miraré hacia la tierra.




  DESMANTELANDO EL SILENCIO


  Primero bajá las orejas,

  Con cuidado, para que no se derramen.

  Con un silbato afilado abrí de un corte su panza.

  Si hay cenizas en su interior, cerrá los ojos

  Y soplalas para el lado que está soplando el viento.


  Si hay agua, agua durmiente,

  Traé la raíz de una flor que no haya bebido por un mes.


  Cuando alcances los huesos,

  Y no tengas un perro con vos,

  Y no tengas un féretro de pino

  Y un carro tirado por bueyes para hacerlos repiquetear,

  Deslizalos rápido debajo de tu piel.

  La próxima vez que encorves tus hombros

  Los sentirás apretando contra los propios.


  Ahora está muy oscuro.

  Despacio y con paciencia

  Buscale el corazón. Vas a necesitar

  Reptar lejos dentro de los cielos vacíos

  Para sentir su latido.




  errata


  Donde dice nieve

  leé marcas de dientes de una virgen

  Donde dice cuchillo leé

  vos pasaste a través de mis huesos

  como un silbato de policía 

  Donde dice mesa leé caballo

  Donde dice caballo leé mi fardo de inmigrante

  Las manzanas deben permanecer como manzanas

  Cada vez que aparezca un sombrero

  pensá en Isaac Newton

  leyendo el Viejo Testamento

  Sacá todos los puntos

  Son cicatrices hechas por palabras

  que no logré decir

  Poné un dedo sobre cada amanecer

  sino te va a enceguecer

  Esa maldita hormiga todavía está dando vueltas

  Habrá tiempo para enlistar

  todos los errores para reemplazar

  todas las manos pistolas lechuzas platos

  todos los cigarros albercas bosques y alcanzar

  esa botella de cerveza mi mayor equivocación

  la palabra que permití que se escribiera

  cuando tendría que haber gritado

  su nombre




  EXPLORADORES


  Arriban al interior 

  Del objeto por la noche.

  No hay nadie para darles la bienvenida.


  Sus lámparas que cargan

  Lanzan sus sombras

  De vuelta al interior de sus propias mentes.


  Escriben en sus diarios:El cielo y la tierra 

  Son del mismo color impenetrable.

  Si hay ríos y lagos,

  Tienen que estar bajo tierra.

  De las maravillas que buscábamos, ni rastro.

  De las extrañas nuevas estrellas, nada.

  Ni siquiera hay viento o polvo,

  Así que debemos concluir que alguien 

  Ha pasado recientemente una escoba...


  Mientras escriben, un nuevo mundo

  Cose gradualmente 

  Su hilo negro dentro suyo.


  Eventualmente no queda nada

  Excepto un susurro sordo

  Que puede pertenecer

  Ya sea a uno de ellos

  O a alguien que vino antes.


  Dice: "Estoy contento

  Finalmente estamos todos aquí...


  Hagamos de este nuestro hogar."




  PASTORAL


  Llegué a un prado

  Donde el pasto era silencio

  Y las flores

  Palabras


  Vi que los capullos

  Eran de carne y sangre

  Y que tiemblan y temen

  Al viento como a un cuchillo


  Así que me senté yo entre la palabra verdad

  Y la palabra fábula

  Saqué mi bol vacío

  Y la cuchara


  Le pregunté a los dos acerca del amor

  En el silencio

  Con la noche cayendo

  La sentí decir mi nombre


  Escupí en las palmas de mis manos

  Para atrapar estrellas en ellas

  Como luciérnagas

  E iluminar el camino de ella hacia mí

  

FUENTE


Estos poemas provienen de uno de los primeros libros de

Simic, "Dismantling the Silence", publicado por primera

vez en 1971. Los he traducido de Selected Poems, 1963-

1983, buscando agregar versiones que probablemente no

fueran traducidas anteriormente de este extraordinario au-

tor.




  Versiones del inglés: Robert R. Rivas (c)



  

  

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