Santa Hildegard de Bingen es una de las más famosas
mujeres místicas de Occidente. Fue "dada" a Dios a los
8 años, cuando se la envió a vivir en la comunidad Bene-
dictina de una mujer que se consideraba sagrada, llamada
Jutta. Era la décima hija de sus padres. Desde muy tem-
prana edad experimentó tanto la clarividencia, como visio-
nes de despertar. A los 5 años predijo las señas de un ter-
nero que estaba por nacer. Pronto aprendió a ocultar sus
dones especiales, y recién a los 42 años, cinco después de
haberse convertido en la abadesa del convento en el que se
había convertido la comunidad de Jutta, una voz le ordenó
dar a conocer sus experiencias. En su vejez, Hildegard des-
cribió su campo visual como uno en el que siempre hubo
una luminosidad de fondo en la cual se proyectaban sus
visiones; fenómeno al que denominó "la sombra de la Luz
viviente."
Su primer libro fue las Scivias, escrito durante diez años,
tiempo en el cual sus visiones fueron refrendadas tanto por
Bernard de Clairvaux como por el Papa Eugenio III. Pronto
se hizo famosa más allá de Alemania, y su consejo era bus-
cado tanto por la gente común como por clérigos y potenta-
dos reinantes de Europa. A los 60, en una actividad sin pre-
cedentes en una mujer, comenzó el primero de cuatro viajes
de predicación, que llevó a cabo a pesar de sus enfermeda-
des durante el resto de su vida. Scivias es la abreviatura de
Scito vito Domini, "Conoce los caminos del Señor".
Asimismo fue una líder comunitaria y no dejó de partici-
par políticamente, como cuando reprendió al Sagrado Em-
perador Frederico I por respaldar a un falso papa.
Su obra contiene detalladas descripciones así como pintu-
ras de sus visiones, así como dos extensos tratados de cien-
cia natural, ética, medicina, y cosmología. Los poemas que
siguen provienen de la Sinfonía de la Armonía de las Reve-
laciones Celestiales. Fueron escritas en latín (su latín medie-
val no era completo y sus versiones debían ser corregidas por
dos ayudantes) como parte de la liturgia de las monjas, y eran cantadas con música escrita por la misma Hildegard. Ella se describió a sí misma como "La trompeta de Dios", un instru-
mento, una mensajera del Señor.
ANTÍFONA PARA LA SABIDURÍA DIVINA
¡Sofía!
tú la de las alas giratorias,
rodeando envolviendo
energía de Dios:
tú aceleras al mundo en tu abrazo.
Un ala se eleva al cielo
un ala barre la tierra
y la tercera vuela a nuestro alrededor.
¡Alabanzas a Sofía!
¡Que toda la tierra la alabe!
ANTÍFONA PARA LOS ÁNGELES
¡Luz animada! en el borde
de la Presencia tu anhelo
arde en la secreta oscuridad,
oh ángeles, insasiablemente
hacia la mirada de Dios.
La perversidad
no podría tocar vuestra belleza;
ustedes son alegría pura.
Pero vuestro perdido compañero,
ángel de las alas torcidas
- él buscó las cimas,
se hundió en las profundidades de Dios
y cayó en picada más allá de Adán-
que un espíritu formado de barro pueda elevarse.
VERSO DE ALELUYA POR LA VIRGEN
¡Aleluya! emergió
luz de tu intocado
útero como una flor
en el costado más lejano
de la muerte. El árbol-mundo
está floreciendo. Dos
reinos se convierten en uno.
CANTO AL CREADOR
Tú, la-que-todo-lo-consigue
Palabra del Padre,
eres la luz del alba
primordial sobre las esferas.
Tú, la que sabe de antemano
mente de la divinidad,
previste todos tus trabajos
como los predijiste,
tu presciencia escondida
en el corazón de tu poder,
tu poder como una rueda alrededor del mundo,
cuya circulación nunca comenzó
y nunca se desliza a un final.
ANTÍFONA PARA EL ESPÍRITU SANTO
El Espíritu de Dios
es una vida que confiere vida,
raíz del árbol-mundo
y viento en sus ramas.
Limpiando el pecado,
ella frota aceite en las heridas.
Ella es vida reluciente
atrayendo toda alabanza,
toda-despertar,
toda-resurrección.
(OTRA VERSIÓN DEL MISMO CANTO)
Espíritu Santo,
dándole vida a toda vida,
moviendo a todas las criaturas,
raíz de todas las cosas,
lavándolas limpias,
borrando sus equivocaciones,
curando sus heridas,
tú eres nuestra verdadera vida,
luminosa, maravillosa,
despertando al corazón
de su antiguo sueño.
FUENTES
Jane Hirshfield. Women in Praise of the Sacred. Harper Pe-
rennial, 1995. Las versiones en inglés son de Barbara New-
man.
Stephen Mitchell. The Enlightened Heart. An Anthology of
Sacred Poetry. HarperPerennial, 1989. (La versión alternati-
va del último poema).
Versiones del inglés: Robert R. Rivas (c)