jueves, 8 de octubre de 2020

LAMENTACIONES, UN POEMA DE LOUISE GLÜCK

   



  LAMENTACIONES


 1. El Logos


 Ambos estaban quietos,

 la mujer apenada, el hombre

 ramificándose dentro del cuerpo de ella.


 Pero dios estaba mirando.

 Ellos sintieron su ojo de oro

 proyectando flores en el paisaje.


 ¿Quién supo lo que él quería?

 Él era dios, y un monstruo.

 Así que esperaron. Y el mundo

 lleno con su fulgor,

 como si quisiera ser entendido.


 Lejos, en el vacío al que él le había dado forma,

 él acudió a sus ángeles.


 

 2. Nocturno


 Un bosque surgió de la tierra.

 Oh lamentable, tan necesitado

 el furioso amor de Dios-


 Juntos eran bestias.

 Yacen en el inalterable 

 crepúsculo de su negligencia;

 desde las colinas, vinieron lobos, mecánicamente

 atraídos a su calor humano.

 su pánico.


 Entonces los ángeles vieron

 cómo Él los dividió:

 el hombre, la mujer, y el cuerpo de la mujer.

 Sobre los juncos mezclados, las hojas sueltan

 un lento gemido de plata.


 3. El pacto


 Fuera del miedo, construyeron un lugar para vivir.

 Pero un niño creció entre ellos

 mientras dormían, mientras intentaban 

 alimentarse.

 

 Lo pusieron sobre una pila de hojas,

 el pequeño cuerpo descartado

 envuelto en la limpia piel

 de un animal. Contra el cielo negro

 vieron el masivo argumento de la luz.


 A veces se despertaba. Mientras estiraba sus manos

 ellos entendieron que eran la madre y el padre

 no había ninguna autoridad por encima de ellos.



 4. El Claro


 Gradualmente, a través de muchos años,

 el pelaje desapareció de sus cuerpos

 hasta que estuvieron parados en la brillante luz

 extraños el uno para el otro.

 Nada era como antes.

 Sus manos temblaban, buscando

 lo conocido.


 Tampoco podían apartar sus ojos

 de la blanca piel

 en la que las heridas podían mostrarse claramente

 como palabras sobre una página.


 Y de los insignificantes marrones y verdes

 por fin surgió Dios. Su gran sombra

 oscureciendo los cuerpos durmientes de Sus hijos,

 y saltó al cielo.


 Qué hermosa debe haber sido,

 la tierra, esa primera vez

 vista desde el aire.



 5. Canto nocturno


  Mira la luz del farol.

 ¿No lo ves? La calma de la oscuridad

 es el horror del Cielo.


 Hemos estado separados tanto tiempo, tan dolorosamente

                         separados.

 ¿Cómo puedes soportar soñar,

 dejar de mirarse? Creo que debes estar soñando,

 tu cara está llena de suave expectación.


 Necesito despertarte, recordarte que hay un futuro.

 Por eso somos libres. Y ahora alguna debilidad en mí

 ha sido curada para siempre, así que no soy forzada/o

 a cerrar mis ojos, a regresar, a rectificar-



 La playa está quieta; el mar, purificado de su vida superflua,

 opaco, como pétreo. En montículos, en racimos vegetales,

 aves marinas duermen en el muelle. Charranes, asesinos-


 Estás cansado, puedo ver eso.

 Ambos estamos cansados, hemos actuado un gran drama.

 Hasta nuestras manos están frías, que eran como leña.

 Nuestras ropas están desparramadas en la arena; lo raro

 es que nunca se convirtieron en cenizas.


 Tengo que decirte lo que he aprendido, lo que sé ahora

 lo que les pasa a los que sueñan.

 No se dan cuenta cuando cambian. Un día

 se despiertan, se visten, son viejos.


 Esta noche no tengo miedo

 de sentir las revoluciones. ¿Cómo puedes querer dormir

 cuando la pasión te da esa paz?

 Eres como yo esta noche, uno de los afortunados.

 Obtendrás lo que quieres. Obtendrás tu olvido.



Louise Glück nació en la ciudad de Nueva York en 1943.

Ha enseñado en la Universidad de Virginia, en la de Carolina

del Norte, y en el Goodard College. Vivió varios años en 

Plainfield, Vermont. Actualmente trabaja en el Williams Co-

llege de Williamstown, Massachusetts.

Ah, hoy le otorgaron el premio Nobel de Literatura.


FUENTE


Este poema apareció en The New Republic, en junio de 1978.


 Versión del inglés: Robert R. Rivas (c)

 

3 comentarios:

Carmen Troncoso Baeza dijo...

Me gusto su poesía. Estoy contenta de que le hayan dado el premio.

Sergio Munari dijo...

Me encanta su página, que es un pequeño pero sutil, elegante fogonazo para una arrumbada poesía(pequeño porque es un blog frente al océano de páginas dedicados a otros asuntos) . De la poetisa ganadora del Nobel no he leído nada,por lo que me guardaré mi opinión hasta hacerlo. Un saludo, vate.

Robert Rivas dijo...

Hola Sergio. ¡Qué lindo comentario! Gracias. Es, también, pequeño, pero vale mucho. Un abrazo.