Samuel Ha-Nagid es considerado uno de los mayores poe-
tas de toda la literatura hebrea. Nació en Córdoba, en 993.
Su nombre completo es Samuel ha-Levi ben Joseph ibn Na-
grela. Tanto él como Ibn Gabirol, otro de los mayores poe-
tas hebreos, fueron hombres polifacéticos, aunque Ha-Na-
gid lo superó en ese terreno: fue, al mismo tiempo, rabino,
hombre de estado, general de ejército y poeta. Su capacidad
en la elucidación de los textos bíblicos y rabínicos es amplia-
mente reconocida. Luego de la invasión de Córdoba por los
bereberes en 1013, debió partir, estableciéndose en Málaga,
que en ese tiempo era parte de la provincia de Granada. A-
llí, gracias a su extrema habilidad como caligrafista en ára-
be, se convirtió en secretario privado del Visir y, más tarde,
el rey de Granada lo proclamó a él mismo Visir y comandan-
te de los ejércitos del rey. Entre 1038 y 1056 (año de su muerte,
y exceptuando un lapso de dos años) estuvo involucrado en
diversas acciones bélicas.
CHUPARÍA AMARGO VENENO DE LA BOCA
DE UNA SERPIENTE
DE UNA SERPIENTE
Chuparía amargo veneno de la boca de una serpiente
y viviría en el agujero del basilisco para siempre,
antes que sufrir a través de las tardes a los vulgares
peleándose por migas de su mesa.
PODRÍAN LOS REYES ENDEREZAR A LA GENTE
QUE ESTÁ ERRADA
QUE ESTÁ ERRADA
¿Podrían los reyes enderezar a la gente que está errada,
mientras ellos mismos están torcidos?
¿Cómo, en los bosques, podrían las sombras que se doblan
ser rectas cuando los árboles son torcidos?
UNA INVITACION
Dime, mi amigo,
¿Cuándo he de servirte tu vino?
El canto del gallo me ha despertado,
Y el sueño ha desertado mis ojos.
Sal y mira la luz de la mañana
Como un cordel escarlata en el Este.
Date prisa, sírveme una copa,
Antes de que el alba ascienda,
De jugo de granada aromática
De la perfumada mano de una muchacha,
Que cantará canciones. Mi alma
Revive y luego muere.
LA GUERRA
La guerra al principio es como una joven muchacha
Con la cual todo hombre desea flirtear.
Y al final es una mujer vieja.
Todos los que se la encuentran se sienten
afligidos y lastimados.
LEONES HERIDOS
En tiempos de dolor, fortalezcan sus corazones,
Aún si se hallaran ante las puertas de la muerte.
La lámpara sigue teniendo luz antes de apagarse.
Los leones heridos saben cómo rugir.
LA HORA
Ella dijo: "Sé feliz de que Dios te haya ayudado
[a alcanzar
la edad de 50 en este mundo", sin saber
que para mí no hay diferencia entre mi vida
pasada y la de Noé de quien apenas he oído
Para mí sólo existe la hora en la que estoy presente
[en este mundo;
Permanece un momento y luego, como una nube,
[se aleja.
LA TIERRA PARA EL HOMBRE
La tierra para el hombre
es una prisión perpetua.
Estas pequeñas ayudas, entonces,
para tontos:
Corre adonde quieras.
El cielo te rodea.
Sal si puedes.
LOS MÚLTIPLES PROBLEMAS DEL HOMBRE
¿Los múltiples problemas del hombre,
hermano mío, como las injurias y el dolor,
te asombran? Considera al corazón
que los retiene a todos
en la extrañeza, y no se rompe.
BIBLIOGRAFIA
David Goldstein. The Jewish Poets of Spain. 900-
1250. Penguin, 1971.
Peter Cole. Selected Poems of Shmuel HaNaguid.
Princeton Univ. Press, 1996.
Leon Weinberger. Jewish Prince in Moslem Spain:
Selected Poems of Samuel ibn Nagrela. Univ. of A-
labama Press, 1997.
T. Carmi. The Penguin Book of Hebrew Verse. Pen-
guin, 1981.