miércoles, 30 de octubre de 2024

LIBROS INEXISTENTES

 


  Libros inexistentes

  Resistencia pasiva impasiva invasionante

  Puede deshacerte la pasividad (?)

  En la espera la estepa indeterminable

  En esperas y estepas perdidas y diversas

  Fijados solamente a sí mismos

  Como hombres perdidos en las selvas

     de guerras hace largo tiempo

     concluidas

  Pero no para ellos

  En combate contra la inexistencia absoluta

      definitiva, irrevocable, perpetua

  Combates pequeños

       como una cabeza de fósforo

       que conserva aún su llama

  Animalitos del desierto

        pequeños escarabajos, negros o rojos, o verdes

        entre los granos innumerables

        ¿ya triunfantes?

        de la arena

  Fragmentos de noches cósmicas

         esperando un alba, SU alba

         cuya probabilidad matemática

         es una pariente tímida del cero

  Una piedra viva en el pedregal

         del derrumbe

         de los tiempos

         tal cual los desconocemos

  Unas cañitas voladoras 

          dispersas

          en una noche sin fecha

  Suspiros que nunca se apagaron

          y soplan en el viento

  Los leerán los mares

  Los transportarán los arroyos

  Los enterrarán los rayos

      si acaso

      los extensos pliegues

      de la desconocida tela del tiempo

      cayesen como un objeto atónito

      de pronto

      a la tierra




  NOTAS


  1) 

      nacieron irónicos

      devinieron sarcásticos

      demasiado tiempo en el frasco (las conservas)?

      AIRÓN icos

      SARCOS



       están desnudos, indefensos, y sin embargo

       burlándose de sus destinos

       casi jocosos 

       y de los acasos y ocasos


       naves de grandes quillas: cos-quillas

       enroscadas


       una tormenta, como se ha dicho,

       por grande que sea, 

       no puede desatar un nudo

       por pequeño que sea


       en cambio una frase

       puede desatar tanto una tormenta 

       como el mayor de los tormentos


       Eso!

       Son nudos 

       desnudos

       sin desatar



   2) ¿Nombres?

        Deben tener nombres

        ah, ¡eso sí!


       ¿Qué tal éstos?: "La sonrisa kenuga"; o "Blilkla 1: Idio-

mas olvidados"; o "Blilkla 2: Inútiles misterios"; o simple-

mente "Cuadernos"; o "Sangre en la nieve", o este otro: "La

gran mañana del mundo", o "El breve desmayo del columpio";

o hasta "Vehículos del sueño"...



 Cada uno de ellos, todos, en alguna parte, en letra muy peque-

ña tienen escrita esta frase de Julian Barnes (en "Nada que te-

mer"): "pero nunca he querido no seguir siendo yo y nunca he

deseado el olvido."


     

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