Oxidado
todo el filo
que tenía que ver con la verdad
sacar los viejos manuales
de los armarios
y tirarlos
una pandilla de armadillos cruzando la ruta
que, como un filo, atravesaba la costra
impenetrable de
una patagonia
si mirabas al cielo no veías
más pájaros
que esas nubes que venían migrando
desde más allá del tiempo
oxidado
el filo de cortar
un tajo en la carne de la verdad
la sangre
si es que definitivamente
ibas a saber algo
antes de
o después de todo
el filo de la angustia
(sabe)
cuando hiende la carne
(sabe -otro "sabe")
ah patagonias
abandonadas
ya no ibas a escuchar rumores
opiniones
comentarios de rutina
informes insustanciales
pavadas a montones
los armadillos se dispersan
y encuentran uno a uno sus madrigueras
donde seguir esperando
este viento no arrulla, compañero
¡este viento aúlla y ahuyenta!
el cielo, por su parte, se estira
una vuelta más (una octava)
de la clavija
pero no estalla
no aún
no todavía
una tarde más se desliza a lo largo
de la ruta que va de una punta de la infinidad
a otra
como una sombra -¡qué prodigio!-
que vuela sin necesidad de alas
no se ven pájaros
y dentro de un rato
la noche revelará una nueva vez
que lo que parece un cielo
es otro y otro y otro
ocultamiento
más
jueves, 21 de febrero de 2019
miércoles, 20 de febrero de 2019
ALGUNOS POEMAS DE W.G. SEBALD
Durante algunos años la irrupción de la fantástica obra
literaria de W.G. Sebald conmocionó a innumerables lec-
tores. Sebald empezó a publicar tarde (también a escribir),
y murió en un accidente cuando se encontraba en su pico
creativo. Vértigo, su primer libro publicado (ya buscaba
ahí la forma literaria que acabó creando), no es por cierto
el mejor. Luego vinieron Los emigrados, Los anillos de
Saturno (que muchos consideran su mejor obra), y, final-
mente, Austerlitz. Por cierto que también publicó dos li-
bros de ensayos -casi excluyentemente acerca de la litera-
tura alemana- Campo Santo y Pútrida patria, y un ensayo
acerca de los bombardeos aliados sobre una Alemania ya
vencida (Historia natural de la destrucción), además de
un libro conteniendo tres poemas más o menos extensos:
Del natural. Desde su muerte han aparecido numerosos
estudios acerca de su obra, y se han esperado en vano nue-
vos textos inéditos suyos. Lo cual torna inexplicable -para
mí al menos*- que no se hayan traducido sus otros poemas,
editados por primera vez en Alemania en 2008, y luego en
Gran Bretaña -su país de nacimiento y su país de adopción-
en 2011. Supuse, porque los hechos me probaron equivoca-
do, que existía una verdadera avidez por recibir nuevos
textos de Sebald.
El libro se titula Across the Land and the Water. Selected
Poems, 1964-2001, y reúne todos los poemas de Sebald des-
de su época de estudiante hasta sus últimos días. Lo que sig-
nifica que este enorme escritor de prosa (en su estilo de ex-
trema lucidez, solía decir que su medio "era la prosa... y no
la novela") no establece una verdadera diferencia entre gé-
neros en su obra. Así deben ser leídos estos poemas: como
estrechamente vinculados a sus libros más famosos.
He publicado anteriormente algunos, y ahora vuelvo a ha-
cerlo, en la esperanza de ser leído por algún editor en bus-
ca de los textos mayores de la literatura del siglo XX.
*Debería decir "a menos"... a menos que lo relacione con
que se trata de un libro de poesía. De haber sido uno de
los textos en prosa de W.G.S., seguramente ya habría sido
traducido a varias lenguas, la nuestra entre ellas.
A TRAVÉS DE HOLANDA EN LA OSCURIDAD
Los pepinos
acechan en sus invernaderos
El oficial de aduanas
toma prestado mi diario de la tarde
Una mano mojada
no echa sombra
El Kaiser Willem
todavía fuma sus cigarros
No hay señal alguna
de la tierra reclamada
LA EMIGRACIÓN DE K.
Sus efectos personales
están listos para partir
Ingresado
con buena anticipación
el endoso caligráfico
una cifra alfabética
válida para un sólo viaje
Fotos enviadas
en ruta saludos
desde la Suiza Bohemia
y una foto grupal
delante de los Altos Tatras
No se sacaron
ustedes su
foto tomada
en Franzensbad también
RÁFAGA HELADA
Rodeada de madres
Alemanas e hijos
conscriptos en viaje a casa
en el Bundesbahn: la inclinada
torre de Landsberg
el asesinato en el Hotel Hahn
la fábrica de queso de Buchloe
los lunáticos de Kaufbeuren
las ventanas de la escuela de la abadía
el abismo de la infancia
Y en la oscuridad
alzando sus polleras
Santa Elizabeth
parándose con delicadeza
sobre refulgentes rejas de arado
AL BORDE
de su visión
el perro todavía ve
todo como era
al principio
QUÉ PLATEADAS
en aquella
mañana de enero
las torres
de Fráncfort
se elevaban
en el frío como el hielo
aire
INALTERADOS DURANTE AÑOS
ahora estas comidas
inter-
regionales
clichés el desayuno
buffet completo
el queso feteado
el jamón cocido
los huevos revueltos
el turrón de nueces
crème el guiso del
día el abundante
goulash el Bratwust
de Nuremberg la papa
salada la hamburguesa
con el pancito
la carne de res de la abuela
aceitunas tus favoritas
barra de chocolate el maní
salado De Beukelaer
galletitas rellenas-
de-chocolate Nordhäuser
Doppelkorn las antiguas
Asbach la fineza de
Gau Köngerheimer
Vogeslang &
el Rotkäppchen
seco.
[ Nordhäuser Doppelkorn es una bebida alcohólica de
alta graduación; Gau Köngernheimer Vogeslan es un vino
de la región de Rheinhessen; y Rotkäppchen -Caperucita
Roja- un vino espumante de Alemania Oriental. "Las anti-
guas Asbach", incluye un juego de palabras con el nombre
de un brandy alemán, el Asbach uralt, literalmente "El vie-
jo Asbach".]
UN REINO PACÍFICO
Como un geógrafo precoz
pinto un león o dos
o algún otro
animal salvaje
en los blancos campos
de mi memoria
Puercoespín, camaleón
lenguado y urogallo
chacal y unicornio
xanthos* y ratón
Afuera con los verdaderos
pájaros gritando en la oscuridad
prestan guardia
suponiendo con sus
pequeñas cabezas qué ha de
advenir todavía
antes de que el sol
se apague
Cocodrilo, mono
búfalo, liebre
dromedario, leopardo
tortuga del barro, oso
Es suficiente
para ser dominado
por el sentimiento
ante unas pocas palabras
del primario
de nuestros niños
Son estos los emblemas
de nuestro amor
[Xanthus o Xanthos es un mitológico caballo inmortal de
la Antigua Grecia]
(En estos dos últimos versos Sebald deja latente la am-
bigüedad del sentido. Pueden leerse como una afirmación
o como una pregunta.
"Are these the emblems
of our love"
Son estos los emblemas
de nuestro amor
o bien
¿Son estos los emblemas
de nuestro amor?
Por otra parte, el traductor nos señala que estos versos
están escritos en inglés en el original -que es por cierto
el alemán.
El texto entero tiene por semi-oculta referencia al artista
naive Edward Hikes (1780-1849), que pintara una serie
de obras conocidas como "El reino pacífico", basadas en
un versículo de Isaías: "El lobo cohabitará con la oveja,
y el leopardo yacerá con el cabrito; y el ternero y el joven
león y el juntos; y un pequeño niño los guiará". Los cua-
dros presentan una cierta reminiscencia de "Paisaje Para-
disíaco, de Jan Brueghel.]
OLA DE CALOR DE OCTUBRE
Desde el paso elevado
que desciende hacia
el Túnel
Holanda vi
el disco rojo
del sol
alzándose sobre
la ciudad prometida.
Temprano
a la tarde el
termómetro
alcanzaba los ochenta-
y cinco y una neblina
azul acerado
colgaba entre las
resplandecientes torres
mientras que en la Conferencia
sobre Clima
de la Casa Blanca el
Presidente escuchaba
a los expertos hablando
acerca de convertir
las algas verdes en
combustible limpio y yo yazgo
en mi ensombrecido
cuarto de hotel cerca de
Gramercy Park
soñando a través
del rugido de Manhattan
con un gran río
que se abalanza
hacia una catarata.
Por la noche
en una recepción
me paré junto a una ventana
Francesa abierta
y me compadecí del
lisiado árbol
que crecía en una cuba
en el patio.
Prácticamente defo-
liado era
de una especie
incierta, su tronco
y sus ramas
envueltas con
hilos de pequeñas
lámparas eléctricas.
Una mujer joven
se me acercó
y dijo que aun-
que de vacaciones
se había pasado
todo el día en
la oficina
la que a diferencia
de su departamento tenía
aire acondicionado y
era frío como la
morgue. Ahí,
dijo ella, estoy
feliz como una
ostra abierta
en un lecho de hielo.
[85° Fahrenheit, equivalen a unos 30°Celsius]
EN EL VERANO DE 1836
dijo el guía
Friedrich Chopin
se quedó acá en la Posada
del Cisne Blanco. Le había
llevado nueve
días desde París en carruaje,
para encontrarse con su amada,
Marie Wodzinska. Él
le daba frecuentes recitales
en el piano a un pequeño
círculo que se reunía por
las noche. Los picos
de las azules montañas
de Bohemia se tornaban
aún más oscuras a través
de las ventanas. El frío
húmedo clima pesa
en su pecho el doctor
murmura algo acerca de
tuberculosis incipiente. Al
inicio de noviembre
su compromiso se deshace
el padre de ella en Dresde ha
sido determinante.
Trece años más tarde
un paquete de pálidas
cartas es hallado en la casa
del fallecido
pianista. Atado con
lazo lleva la
inscripción: Moja
Bieda- Mi desdicha.
[Chopin se enamoró de la joven Maria Wodzinska cuando
ella tenía 16 años. En 1836 (él tenía 26), le propuso matri-
monio en la Posada del Cisne Blanco, en Marienbad, don-
de estaba residiendo la familia de ella. La madre participó
del secreto, pero poco después la familia de Maria regresó
a Polonia, y los planes matrimoniales nunca pudieron lle-
varse a cabo. El amor sólo salió a la luz cuando murió Cho-
pin, y fue a raíz de encontrarse las mencionadas cartas.]
NOTA
Finalmente, algo que he notado (¿que es notable?, ¿que
hay que anotarlo?). ¿Podemos atribuirlo a la intuición de
Sebald?
Uno de los poemas no traducidos aquí se llama "Some-
thing in my ear". Es un texto que tiene que ver con una
sensación: la de percibir algo confuso, perturbador, que
produce cierto anonadamiento. Y uno de los párrafos,
porque Sebald escribe poesía por párrafos, diría yo, dice:
As I awake Mientras despierto
sudden cardiac súbitas ondas cardíacas
death waves de muerte
from the other side desde el otro lado
of the abyss del abismo
En otro de los poemas -que tampoco traduje todavía- es
aún más explícito:
During the journey home
fantasies of a fatal accident.
(Durante el viaje de regreso a casa
fantasías de un accidente fatal)
El 14 de diciembre de 2001, en Norfolk, cerca de su casa
en Norwich, East Anglia, Sebald sufre un ataque cardíaco
mientras manejaba llevando a su hija Anna a su casa. Per-
dió el control del auto, seguramente por una pérdida de
conciencia, y el auto chocó de frente con el tráfico que
venía en sentido contrario. Sebald murió (o tal vez ya es-
taba muerto) en ese accidente. Su hija Anna sufrió graves
heridas.
Escribir esto me recordó que Henri Michaux publicó a los
27 años un texto llamado "Utilidad del fuego", en su tono
irónico-lúdico-transgresor, que dice lo siguiente:
¿Realmente es por el calor o la luz que los hombres se in-
teresaron por el fuego y se sirvieron de él?
Tal vez hizo falta, para que el fuego pareciera algo bueno,
que Ndwa empujase a su mujer al fuego, por causa del pla-
cer que le daba ver desaparecer los largos cabellos.
Tal vez hizo falta que la forzara a quedarse ahí hasta el mo-
mento en que se rostizó excesivamente, se carbonizó y le mo-
lestó para respirar; que luego la retirara del fuego, la co-
miera y encontrara mejores al gusto los pedazos de su mu-
jer cocidos que los pedazos no expuestos aún al fuego.
Este texto apareció en Qui je fus (El que fui), un libro que
luego el autor no quiso que se reeditara, ya que le parecía
que estos escritos eran demasiado inmaduros, una suerte de
ensayos previos a su escritura propiamente dicha.
Michaux contrajo matrimonio con Marie-Louise Termet,
a quien él llamaba Lou - a quien había conocido 10 años
atrás- en 1943. El matrimonio se interrumpió 5 años des-
pués: Marie-Lou murió por las quemaduras producidas por
un incendio en su casa. El poeta estaba de viaje en Bruse-
las. Los días finales de su amada están reflejados en el be-
llísimo poema "Nosotros dos aún", el más dramático y per-
sonal de todos los escritos de Henri Michaux.
FUENTES
W.G. Sebald. Across the Land and the Water. Selected
Poems, 1964-2001. Hamish Hamilton (Penguin Books),
2011.
El libro cuenta con la destacada traducción del alemán al
inglés de Iain Galbraith, premiado por sus traducciones
literarias en 2004.
La foto de W.G.S. fue tomada por Christian Scholz, en
1997. Publicada en: Searching for Sebald. Photography
after W.G. Sebald. Edited by Lise Patt (with Christel Dill-
bohner). The Institute of Cultural Inquiry. Los Angeles,
2007.
Versiones del inglés: Robert R. Rivas (c)
sábado, 16 de febrero de 2019
POEMAS DE LA EXTINCIÓN. LOS AHTNA ATHABASKANOS
Fueron los últimos indios en ser descubiertos en América
del Norte. Es necesario expresarse así, porque en la Ama-
zonia pueden existir pequeñas tribus que se han refugiado
tan bien del hombre blanco, que aún no han sido descubier-
tos. En el caso de los Ahtna (se pronuncia ot-naw), buena
parte de lo poco que les resta de existencia cuenta con un
notable representante: John E. Smelcer es descendiente de
esa comunidad aislada de Alaska. Su abuela era de pura
sangre indígena, la última de la familia. Hoy en día exis-
ten unos mil miembros de esa tribu, pero sólo unos 40 ha-
blan la lengua original. Él mismo es la única persona que
puede tanto leer como escribir en ese idioma condenado a
la desaparición.
Sólo hay un puñado de poemas-canciones remanentes de
esa cultura que, como la de todos los indios americanos,
está muy ligada a la naturaleza.
EL PROFETA
¿Puedes entender mi idioma?
Casi nadie puede.
Casi nadie se acuerda.
Estoy solo y enfermo
y débil de tanto llorar.
BAUTIZANDO AL ÚLTIMO CHAMÁN
El día que nació este niño
en Batzulnetas
un sacerdote llegó trayendo
agua de la fuente en
una tetera.
Cuando lo bautizó
al chico le empezó a sangrar la nariz.
CANTO DE DUELO
PARA EL ÚLTIMO INDIO
Cuando el Pueblo Indio ya no sea
los árboles cantarán y llorarán
las montañas temblarán
los lobos aullarán
y los lagos y ríos habrán de secarse.
Cuando el Pueblo Indio ya no sea
una luna roja se alzará para siempre.
LA DANZA DE LA VIUDA
En enero, el mes de las adivinanzas,
bajo una aurora roja -
'el fuego en el cielo que quema el frío',
un marido danzó sobre el hielo
junto a la mecha ardiente de una lámpara de aceite
hecha de piedra.
Él bailó la danza del duelo
hasta que la luz del alba llegó
y se lloró hasta dormirse*.
*[Llorarse como cantarse, sería:
"and he cried himself to sleep"]
MI CONVERSACIÓN CON UN ZORRO
Cuando el atribulado zorro
emergió de su espeso bosque
me arrodillé en una luz color cuervo
gimiendo como una liebre herida
hasta que se acercó
nervioso y reticente
para interrogar mi paciente mano
abierta como una rosa de la tundra.
FELICIDAD
La felicidad para el zorzal
y para el lobo
es existir.
Para los Indios,
es conocer la existencia
y maravillarse en ella.
FUENTE
John E. Smelcer. Ahtna Athabaskan Poems. En Looking
Eastward. Modern Poetry in Translation N° 21. 2003.
La extraordinaria contribución que realiza esta publicación
periódica británica es invaluable. Sus textos, recogidos a lo
ancho del planeta, se cruzan con grandes traductores.
Hoy leí que en Estados Unidos sólo el 3% de las publicacio-
nes son traducciones, un dato relevante.
del Norte. Es necesario expresarse así, porque en la Ama-
zonia pueden existir pequeñas tribus que se han refugiado
tan bien del hombre blanco, que aún no han sido descubier-
tos. En el caso de los Ahtna (se pronuncia ot-naw), buena
parte de lo poco que les resta de existencia cuenta con un
notable representante: John E. Smelcer es descendiente de
esa comunidad aislada de Alaska. Su abuela era de pura
sangre indígena, la última de la familia. Hoy en día exis-
ten unos mil miembros de esa tribu, pero sólo unos 40 ha-
blan la lengua original. Él mismo es la única persona que
puede tanto leer como escribir en ese idioma condenado a
la desaparición.
Sólo hay un puñado de poemas-canciones remanentes de
esa cultura que, como la de todos los indios americanos,
está muy ligada a la naturaleza.
EL PROFETA
¿Puedes entender mi idioma?
Casi nadie puede.
Casi nadie se acuerda.
Estoy solo y enfermo
y débil de tanto llorar.
BAUTIZANDO AL ÚLTIMO CHAMÁN
El día que nació este niño
en Batzulnetas
un sacerdote llegó trayendo
agua de la fuente en
una tetera.
Cuando lo bautizó
al chico le empezó a sangrar la nariz.
CANTO DE DUELO
PARA EL ÚLTIMO INDIO
Cuando el Pueblo Indio ya no sea
los árboles cantarán y llorarán
las montañas temblarán
los lobos aullarán
y los lagos y ríos habrán de secarse.
Cuando el Pueblo Indio ya no sea
una luna roja se alzará para siempre.
LA DANZA DE LA VIUDA
En enero, el mes de las adivinanzas,
bajo una aurora roja -
'el fuego en el cielo que quema el frío',
un marido danzó sobre el hielo
junto a la mecha ardiente de una lámpara de aceite
hecha de piedra.
Él bailó la danza del duelo
hasta que la luz del alba llegó
y se lloró hasta dormirse*.
*[Llorarse como cantarse, sería:
"and he cried himself to sleep"]
MI CONVERSACIÓN CON UN ZORRO
Cuando el atribulado zorro
emergió de su espeso bosque
me arrodillé en una luz color cuervo
gimiendo como una liebre herida
hasta que se acercó
nervioso y reticente
para interrogar mi paciente mano
abierta como una rosa de la tundra.
FELICIDAD
La felicidad para el zorzal
y para el lobo
es existir.
Para los Indios,
es conocer la existencia
y maravillarse en ella.
FUENTE
John E. Smelcer. Ahtna Athabaskan Poems. En Looking
Eastward. Modern Poetry in Translation N° 21. 2003.
La extraordinaria contribución que realiza esta publicación
periódica británica es invaluable. Sus textos, recogidos a lo
ancho del planeta, se cruzan con grandes traductores.
Hoy leí que en Estados Unidos sólo el 3% de las publicacio-
nes son traducciones, un dato relevante.
Versiones del inglés: Robert R. Rivas (c)
Otros textos vinculados:
martes, 5 de febrero de 2019
OTRO DE "EL LIBRO DE ABAJO"
OTRO VIAJE
Nos recordó, a los que quedábamos,
ese otro viaje, esa vez sobre la planchada
de un barco bananero
Un verdadero deleite cuando el trópico
cocina cuerpos y almas sobre el acero oxidado
de la planchada
-que aparte de la pequeña cabina del capitán y su hijo
es el único lugar 'habitable'-
Otro deleite, no menor, es para los amantes de las arañas
el surgimiento de cientos de ejemplares
por las ranuras innumerables del barco
Como si algunas bananas se hubiesen transformado
en monstruos de ocho patas del tamaño de una horda
de ratas grandes
¿Y adónde van a ir?
Ya lo dijimos: hay un sólo lugar habitable
más allá de la ahora cerrada a doble llave
cabina del capitán y su secuaz
Que sonríe con una sonrisa
que creemos haber visto en fotos de las trincheras
del 14
más a menudo en los muertos
entre las alambradas
Cada uno munido de una caña de alrededor de un metro
empujando a las inocentes criaturas
al río
para que se refresquen
o para que reanuden su guerra a muerte
con las pirañas
Guerras arcaicas
anteriores a la aparición de cualquier humano
sobre el planeta
Ahora vemos acercarse los troncos montados
simulando un muelle
y un delgadísimo indio haciéndonos señas
Es probable que podamos renovar nuestra provisión
de alcoholes
comer peixe frito
en un aceite que parece extraído de los motores del barco
mientras el aroma del aceite hirviendo
se entremezcla con el ácido olor del río
que se entremezcla con el olor de nuestros sudores
el de las victorias amazónicas, las superbas, las numerosas
chinches, las ranas, los renacuajos, las salamandras, las
anacondas, los escarabajos
y el pequeño baño de cañas
el Desmayador de Gigantes
el Atroz, que anestesia flores a cien metros de distancia
el Estrangulador
la Bestia
el Pozo Real de la Muerte
el Inexorable
que muchos años después rememoraremos
en un lugar muy pero muy distante
fumando
esa niebla de la nostalgia
que crea cualquier belleza con el horror
Nos recordó, a los que quedábamos,
ese otro viaje, esa vez sobre la planchada
de un barco bananero
Un verdadero deleite cuando el trópico
cocina cuerpos y almas sobre el acero oxidado
de la planchada
-que aparte de la pequeña cabina del capitán y su hijo
es el único lugar 'habitable'-
Otro deleite, no menor, es para los amantes de las arañas
el surgimiento de cientos de ejemplares
por las ranuras innumerables del barco
Como si algunas bananas se hubiesen transformado
en monstruos de ocho patas del tamaño de una horda
de ratas grandes
¿Y adónde van a ir?
Ya lo dijimos: hay un sólo lugar habitable
más allá de la ahora cerrada a doble llave
cabina del capitán y su secuaz
Que sonríe con una sonrisa
que creemos haber visto en fotos de las trincheras
del 14
más a menudo en los muertos
entre las alambradas
Cada uno munido de una caña de alrededor de un metro
empujando a las inocentes criaturas
al río
para que se refresquen
o para que reanuden su guerra a muerte
con las pirañas
Guerras arcaicas
anteriores a la aparición de cualquier humano
sobre el planeta
Ahora vemos acercarse los troncos montados
simulando un muelle
y un delgadísimo indio haciéndonos señas
Es probable que podamos renovar nuestra provisión
de alcoholes
comer peixe frito
en un aceite que parece extraído de los motores del barco
mientras el aroma del aceite hirviendo
se entremezcla con el ácido olor del río
que se entremezcla con el olor de nuestros sudores
el de las victorias amazónicas, las superbas, las numerosas
chinches, las ranas, los renacuajos, las salamandras, las
anacondas, los escarabajos
y el pequeño baño de cañas
el Desmayador de Gigantes
el Atroz, que anestesia flores a cien metros de distancia
el Estrangulador
la Bestia
el Pozo Real de la Muerte
el Inexorable
que muchos años después rememoraremos
en un lugar muy pero muy distante
fumando
esa niebla de la nostalgia
que crea cualquier belleza con el horror
DEL "LIBRO MUERTO"
BALDES
Sacan los baldes con el agua Pulva, muy codiciada y,
lógicamente, difícil de hallar
Han intentado con muchas clases de recipientes, pero
sólo un balde tradicional junta la cantidad necesaria de
agua Pulva
Los ubican en lugares justos (algunos están marcados
en esos patios tan numerosos que resisten desde hace
siglos el asedio de sediciosas enredaderas bárbaras)
Para recibir diversas cantidades e incidencias de la luz
lunar
Cada noche, muchos, muchos baldes
(Son muy ricos, algunos; otros tienen uno solo, o bien
uno entre varios)
A la mañana, los resultados
En cada balde el agua Pulva se ha transformado en una
luna
Si el agua es pura y reciente, la luna resulta absoluta-
mente esférica y de un color blanco transparente
Si el agua era más vieja, la luna puede tener una forma
irregular
Y la coloración tiende a la de los ojos de sus mujeres
(Tanto a ellos como a ellas, pero por razones comple-
tamente diversas, les gustan esos irónicos mensajes)
El tamaño de cada luna depende, en cambio, no del
agua, sino de la cantidad de luz lunar que ha absorbido
y desde qué ángulo
Si el agua era mucha, puede resultar imposible extraer
la luna del balde sin quebrarla
Si, por otro lado, la cantidad de luz, debido al grado de
inclinación, a la relación con otros astros, y a la fuerza
de la gravedad de esa noche (las variaciones pueden pa-
recer pequeñas, hasta insignificantes, pero los efectos
son notables), ha sido escasa, se obtiene una luna del
tamaño de una ciruela pulposa y cuya piel es una luz
que tiembla
De más está decir que se las comen de inmediato
Pero las otras lunas, obviamente no son comestibles
Las acumulan en toda clase de contenedores
El pueblo está literalmente plagado de lunas
Han intentado venderlas, pero no hubo ningún interés en
los pueblos vecinos, ni en comunidades remotas tampoco
Muchos puestos abandonados, abarrotados de mercadería
lunar
Pero seguir 'pescándolas', por así decir, es una tenta-
ción inquebrantable para esta gente
Las muelen, pero no reducen con eso la cantidad pura
También las entierran, y las arrojan en los fosos de piedra,
que proliferan en esa zona, pero nada alcanza
Se han ido formando colinas nuevas, que nadie diría que
son de sustancia lunar, porque las hiedras salvajes las recu-
bren de inmediato
Lo cierto que el tamaño de la luna no es el mismo
La verdad es que las mareas ya se han mareado, que las cose-
chas tienen confusa la noción del tiempo, y que la duración
de los días está prácticamente desquiciada
Ante estos acontecimientos, las autoridades del pueblo han recurrido a culpar al agua Pulva
Eso ha convertido su extracción, traslado y uso en clandes-
tinos
Han comenzado diciendo que ciertos párrafos de sus tex-
tos sagrados se referían desde los orígenes a la evidente
relación del agua con Los Males
Han realizado muchas reuniones, han creado templos para
difundir esta verdad revelada
Y lo cierto es que han logrado que cada vez haya menos po-
bladores que sigan creyendo en la inocencia del agua (pero
sin dejar por ello de colocar sus baldes por las noches)
A éstos ya han comenzado a llamarlos apóstatas, y no pasará
mucho tiempo antes de que se les prohíba poner en duda la
versión oficial
Con lo cual toda esta cuestión, seguramente, quedará resuel-
ta y zanjada
sábado, 2 de febrero de 2019
DE "EL LIBRO DE ABAJO"
EN BARCO
olor a mandioca y a río espeso
el barco colea un poco
como en el barro
dos tipos hablando en guaraní fuerte
(sólo entendimos "turbia" y "desgracia", en su idioma)
una noche reventada sobre el río
el barco y las orillas
cargadas de plantas carnívoras dormidas
y de árboles con caimanes entre las raíces mojadas
un velorio en un pueblo
carpa abierta a los costados
un toldo, bah, pero blanco
y cuatro postes
y un puñado de personas
luz de neón y velas
una hostil combinación
para que el muerto repose
cuando todavía no se acomodó
a estar muerto
entre la fricción de los insectos
su tremular, sus siseos circulares,
ah aguafuerte tomamos
vidriosas las miradas
a la costa
al cielo que es tan grande
-cuando el barco ataca el río abierto-
que es una burla
se ríen de nosotros los últimos
pájaros despiertos
los últimos monos
sonámbulos
'somos una selva en viaje'
dice uno como si cantase al aire
que no esperaba el canto
nos hubiese gustado oír la bocina
del barco
en ese instante
partiendo en dos el tiempo
para siempre
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