ARROYO EN NEW HAMPSHIRE
¡Santo Cielo! helechos en el arroyo Ofelia
uno piensa en ella
ya que hay
espíritus en el agua
así como hay
piedras brillantes
en la claridad de este arroyo.
¿Cuál Ofelia
es?
La luz del sol
sobre los guijarros
un temblor de
sombra esas pequeñas
contracorrientes
las cascadas también los más profundos
lugares
(uno podría bañarse acá
hacer de este un arroyo para
vivir
no para morir en él)
(COMIENZO)
Comienzo a amar la belleza
de los viejos más que la belleza de
los jóvenes - la anciana mujer escudando
su rostro del ardiente sol con un abanico
de encaje negro y el exquisito
anciano con la barba blanca y el viejo que empuja
el coche de un hombre joven que está muriendo
de distrofia y la
mujer entrada en años que sostiene la mano de un niño
pequeño con un guardapolvo damasco
POR SAFO
Ni la miel ni
la abeja, dijo ella,
tampoco la miel...
y yo vago con ella acá en estos peñascos de roca,
laderas de colinas rocosas como los peñascos de Lesbos,
si fuese en su nombre, Faon,
que ella se arrojara en el océano
púrpura, por falta de su amor, por falta de él, se lanzara
[de cabeza
en el agua oscureciente, yo en tu nombre viviría siempre
aún en el borde de estos senderos de roca,
desplumando el seco romero, la adelfa silvestre,
consciente del súbito abismo y gateando
ligeramente sobre él.
Espero no partir nunca del país
de tu voz.
Puedo vivir acá sobre los mínimos
pastos, los medio húmedos
guijarros, puedo florecer acá
y crecer más fuerte,
como esta
salamandra que emerge
al sol por un momento y se hace
la muerta si pasa un extraño, pareciendo
escabullirse en busca de refugio entre el
suelo recién volteado y las simples
caras de la roca
(AHÍ ESTÁ EL CAMELLO)
Ahí está el camello
cuya cara no había notado
antes
pensando en
una manera delicada
sin ninguna
auto-compasión
con una real
paciencia
Sus pensamientos se refieren a
el espesor del aire
a su alrededor sea en
sequía o lluvia
una expansión de
la luz
(AHÍ ESTÁ EL CAMELLO)
Ahí está el camello
cuya cara no había notado
antes
pensando en
una manera delicada
sin ninguna
auto-compasión
con una real
paciencia
Sus pensamientos se refieren a
el espesor del aire
a su alrededor sea en
sequía o lluvia
una expansión de
la luz
Hilda Morley nació como Hilda Auerbach en Nueva York,
el 19 de setiembre de 1916, de padres rusos, Rachmiel y So-
nia. Fue un raro caso de precocidad literaria -llegó a cartear-
se con Yeats-, ya que salvo Rimbaud y algunas otras excep-
ciones, como dice Steiner muy atinadamente, la precocidad
genial sólo se da en tres disciplinas: el ajedrez, la música y
las matemáticas. Las tres muy relacionadas entre sí.
Se mudó con su familia a Palestina a los 15 y luego a Lon-
dres, para ingresar a la Universidad (a los 18). Allí se casó:
un matrimonio que no duró mucho. En el año 1940 se tras-
lada a Estados Unidos, por los bombardeos alemanes sobre
Gran Bretaña. Se casa con Eugene Morley, un pintor relati-
vamente conocido y se vincula con Pollock, Kline, etc.
Años después, viviendo otra vez en Londres, se casa con
el compositor alemán Stefan Wolfe, que poco después dic-
tará clases en la renovadora Universidad Black Mountain,
situada en Carolina del Norte. Recién a los 60 años de edad
publica su primer libro de poemas. Desde entonces ha obte-
nido un enorme reconocimiento, entre otros de Robert Cre-
eley. Dijo de sí misma: "He escrito poesía desde los 9 años
(un tiempo largo, que)... Mis poemas aparecieron en algu-
nas publicaciones. Me encanta leer en voz alta y hacer ami-
gos (fans) de esa manera. Estuve casada con el ya fallecido
Stefan Wolpe y tal vez he sido influida por él; esto es, para
continuar trabajando a pesar del dolor y salvarse una misma
de este modo".
FUENTE
New Directions. An International Anthology of Prose&
Poetry. # 27. New Directions, 1973.
Versiones del inglés: Robert R. Rivas (c)
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