Desalojado de sí mismo, desde hacía años habitando
las islas de los sueños, para no hundirse-ahogarse, con
las ventanillas del vagón de soñar hartas de luz.
Se ha ido. Camina por las vías un laaargo trecho, pero
después sale campo traviesa y se pierde más y más
entre pastizales y bosques anegados, sin pensar, sin
pensar que no debió dejar el vagón que lo encerraba
del inundante mundo.
El vagón solitario... en una vía 'muerta'.
No, no habría que llamarla siempre así, puede ser una
vía abandonada, simplemente.
El vagón espera,
solitario,
en una vía abandonada.
Su vagón de soñar.
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