domingo, 23 de marzo de 2025

LOS CUATRO TEMAS: FEMENINO

  Estos son cuatro temas de esos cuatro relatos.

 Prescindiré del VIDZ (que lo une todo) y le daré alcance 

a las palabras, antes de que se vayan.

 Este mismo relato es parte de aquellos cuatro. ¿Orígenes

o variantes del destino? Aunque todo parezca de cablerío

muy flojo y, además, endeble.

 Son solamente sugeridos, sugestos, sugestibles.

 a) LELILíES: Los gritos o voceríos de las mujeres moris-

cas; 

  b) "Madre decía que los gatos son como la felicidad:

nunca están donde deberían estar." *

  c) Dos grandes marchas, en África, durante el siglo XIX.

Columnas de prisioneras Hakili, conducidas por sus futu- 

ros circuncidadores al norte de Nenba, se cruzan con la co-

lumna de prisioneras  Jasinthe, conducidas por sus dueños

(y vendedores) árabes. El encuentro es totalmente casual y

se produce en una zona subsahariana, al este de Mikanaha-

bbi, al atardecer. Ambas columnas portan teas y se producen 

rápidas y espontáneas escaramuzas entre las mujeres de los

dos grupos, para solaz de sus guardianes. Se atacan y se pro-

ducen ligeras quemaduras. Pero la situación: la llegada de

la noche africana, las Otras mujeres, los hombres-amos azu-

zándolas, el fuego creciente de las antorchas, las exalta y ele-

va a un "estado sobrehumano" -según cuentan las escasas 

crónicas orales confiables de Nenba. Se dice en ellas que los 

gritos de dolor y los gritos de goce desatado junto a los gritos

de fervor y de furia se fueron multiplicando a lo largo y ancho

de la noche. Al unirse, las prisioneras produjeron una nueva

caravana terrible de mujeres poseídas por la ferocidad, Dirá

un cronista portugués (Alvaro da Fonseca) que las viera pa-

sar por su pueblo, escondido y pertrechado detrás de persianas

metálicas: "No se las reconocía, sin duda. No eran tanto crueles

(los hombres sí lo hubiésemos sido, en su lugar), como salva-

jes: no aceptaban ningún límite a sus deseos. Lo que querían

lo hacían (y deshacían). No puedo saber si sus rostros conser-

vaban la belleza por la que habían sido escogidas. Uno aparta-

ba la mirada de sus rostros, intuitivamente. Parecían poder de-

tectar y rastrear con seguridad absoluta una mirada (aunque

fuese escondida como la mía) y yo no quise por nada del mun-

do que me viesen mirándolas. Pero los cuerpos sí: magnifica-

da su belleza por un grado de exaltación que yo nunca hubiese

creído posible, de pronto se envolvían en una nube de silencio,

o, sino, de esa exaltación brotaba un movimiento explosivo

que exponía a esas mujeres en su propio fuego y sombras, 

transidas, con el rostro acopiando todas las emociones posi-

bles, vertiginosamente, hasta producir una expresión de sere-

nidad completa, que hacía pensar enseguida en lo que se ha-

bía contado siempre de las mujeres santas..."

  d) "Estar sola con el libro no escrito es estar aún en el pri-

mer sueño de la humanidad..."**

 

sábado, 22 de marzo de 2025

DE UN FRAGMENTERIO

  

  Con cierta frecuencia encontramos, en los interminables 

páramos de NULDA: bárbaros rezagados, en sus preca-

rias torrecillas de vigías, hechas de telas blandas. Los bárba-

ros-vigías-en sus crisoles.


   *


   Todo su arte lo han desplegado y concentrado en las jacillas.

Esos son sus frágiles, evanescentes tesoros. Muchos se pasan

la vida en su custodia, porque abundan los merodeadores. 

    ¡Cuántos de custodia junto a su bella, fresquísima jacilla!


     *


   En el mar de Agtria, las famosas olas de viaje.

   Todas vacías, por ahora.

   En Zumicia, carreras de olas, nadando su única brazada.

   Hay lugares en los que por pura distracción dejan abierta

 la puerta del mar.

    Hemos visto en las noches, aterrados, cómo se sumergen 

grandes lunas salvajes, embisténdose, en el feroz silencio del 

mar de Chun.


    *


   Parques de Bálijáli: los faisanes despavoridos por la locura

que les producen sus propios gritos.


    *


    Su patria es el cuerpo. Ciertamente no el propio, que es

apenas ese fragmento de territorio que les permite situarse

como extranjeros. Su patria es el cuerpo de la mujer amada,

y ellos son y serán los desterrados.


   *


   Se puede imperfectamente vivir exiliado en el cuerpo.

   Se puede sentir que el fondo último del cuerpo son esos

huesos que se helaron en el lugar de la infancia.

    Puede 'el ser' anidar en un lugar que ya hace mucho tiempo

que no-ex-iste.

   

EL SUFRIMIENTO Y LAS PALABRAS QUE SUSCITA (UN FRAGMENTO)





  En una tarde en la que el sufrimiento y el vacío se vuelven

sumamente intercambiables, recuerdo a Komokwa, un dios

de los Kwakiutl -uno de los pueblos llamados "de la canoa" 

de los Indios Noroccidentales de Canadá y Estados Unidos.

En sus canoas recorren la antigua ruta marina de miles de ki-

lómetros de largo, que va del golfo de Puget hasta Alaska, cu-

yas aguas son tan turbulentas como ricas en remolinos y otros 

peligros. 

En el fondo de esa región de un mar helado, vive Komokwa,

reclinado en su canapé, ya que se trata de un inmenso dios in-

válido. Las focas son sus sirvientes y el pulpo está dedicado a 

la vigilancia. Trato de imaginar qué clase de palabras pueden

usarse para hablarle a un dios inválido.

¿Se le puede pedir auxilio? ¿O solamente consuelo?


En el siglo IX Sugavara Mijizame le habla a los árboles: le

pide a su ciruelo, desde el destierro, que le envíe su aroma

en primavera...

Y desde mucho antes de eso, las mujeres Kwakiutl le habla-

ban a los cedros, disculpándose por usar su corteza, a la que

llamaban su "vestido".


En el siglo XII, otra vez en Japón -la otra costa de ese mismo

Océano- la dama Junii Tameko sabía que la ira nos aparta de

una tristeza insoportable.


Y 150 años antes de Cristo, Lucilio hablaba de los días malos

como aquellos en los que se tiene a un dios en contra...


Y mucho después, pero el tiempo es apenas un fantasma de

sí mismo en este tema, Alejandra Pizarnik declararía que le

encantaba sufrir, porque de ese modo no se aburría (hay co-

sas peores que sufrir, insospechadas), y, además, el sufrimien-

to hacía que su vida adquiriese 'interés, emoción y aventura'...

Y es que ya no había Dioses a los que dirigir una súplica o una 

queja.


lunes, 17 de marzo de 2025

OTROS DOS POEMAS DE BRONISLAW MAJ

       




    REZA PARA QUE SEA DE ESTA MANERA


 Reza para que sea de esta manera: por última vez

 caes de rodillas y aún más bajo, la cara hacia la luciente,

 implacable nieve: un pañuelo de frío en tu frente y labios:

          sin desesperación

 ni temor miras las formas negras del convoy 

 en el que no habrás de caminar encogiéndose- tu cabeza

 apuntando a casa: detrás de los castaños del Parque Planty

 caminas entre casas que reflejan la calidez

 del día, y más allá, donde la Calle Kanonicza se convierte

 suavemente en la Rue Foyatier, y luego junto al Vístula,

          mientras rodeas la Colina de Wawel,

 y asciende hacia Montmartre, y más allá, más alto: desde

 arriba tuyo mira empequeñecerse la campana de la Capilla,

 la piedra brillosa de Sacré Couer junto al hilo del río: caminas-

 como si fuese la última vez, la última tarde de esta primavera o

 de este mundo - aún más alto, lentamente: entras

 en el inmortal, luminoso

 aire.




     PERMISO


 Tan generoso, tan fastuoso en existencia, permiso: que el aire

 corra a través de tu laringe y pulmones, la ciega

 luz para observar al mundo a través de tus ojos,

 encontrar albergues para

 un Dios

 desamparado.



 Versiones del polaco al inglés: Clare Cavanagh

 Versiones del inglés al castellano: Robert R. Rivas (C)



 FUENTE

 

 Poetry Magazine. February 2005.


 Bronislaw Maj es uno de mis poetas preferidos.

 Su extraordinaria finura, su sutil trazo recorriendo

el borde de lo imposible. Un verdadero metafísico en acción.

 Nació en Lódz, Polonia, en 1953.

 Es, además de poeta, traductor y ensayista. Lamentablemente

sus ensayos no han sido traducidos al castellano. 

Y su poesía, hasta donde yo sé, tampoco.

 Su primer poema es de 1970, y su primer libro fue editado en

Polonia en 1980: Wiersze (Poemas).

 He publicado sus poemas en más de una ocasión, construyendo

un pequeño intento de reparación a su ausencia en nuestra len-

gua.

 Se graduó en Filología Polaca en la Universidad Jagielloniana,

de Cracovia, y allí obtuvo también su licenciatura en humanida-

des.

 Vive y trabaja en esa ciudad.

 Su primer libro traducido al inglés, en 1986, se titula: La des-

trucción de la Ciudad Sagrada. Creo que es el único. Ha apa-

recido en varias antologías de poesía polaca en inglés. Yo lo

conocí a través de A Book of Luminous Things, una antología

muy hermosa de poesía internacional, reunida por Czeslaw

Milosz.

 


 

  

viernes, 7 de marzo de 2025

ALGUNOS CANTOS-POEMAS TRADICIONALES DE ÁFRICA




 CANTO PARA EL SOL DESAPARECIDO 
DETRÁS DE LAS NUBES DE LLUVIA

HOTENTOTES (Botswana, Namibia)

Los hotentotes eran en un tiempo un pueblo nómada. Se los 

conoce también como khoikhoi, que significa "hombres de los

hombres". Su lengua se caracteriza por tener consonantes

que se pronuncian con chasquidos. Están relacionados con

los bosquimanos, y son dos de los pueblos más antiguos de 

la Tierra. Su estatura promedio es de un metro cincuenta.


 El fuego se oscurece, el bosque se vuelve negro.

 La llama se extingue, desgracia sobre nosotros.

 Dios parte en busca del sol.

 El arco iris destella en su mano,

 el arco del cazador divino.

 Él ha oído los lamentos de su hijos.

 Él camino a lo largo de la vía láctea, recogiendo las

               estrellas.

 Con veloces brazos las apila en un canasto

  las apila con veloces brazos

 como una mujer que recoge lagartos

 y los apila en su olla, los apila

 y los apila en su olla, los apila

 hasta que la olla rebalsa de lagartos

 hasta que el canasto rebalsa de luces.




 EL HOMBRE POBRE 

 SWAHILI (TANZANIA, KENYA Y UGANDA)

 (El Swahili es una de las 10 lenguas más habladas

del mundo.)


 El hombre pobre no sabe cómo comer con el hombre rico.

 Cuando come pescado, se come la cabeza.

 

 Invita a un hombre pobre y él entra corriendo

 relamiéndose los labios y desordenando los platos.


 El hombre pobre no tiene modales, viene

 con la sangre de los piojos bajo sus uñas.


 El rostro del hombre pobre está forrado

 con el hambre y la sed de su vientre.


 La pobreza no es un estado para un hombre mortal.

 Lo convierte en una bestia que debe alimentarse a pasto.


 La pobreza es injusta. Si le sucede a un hombre,

 aunque haya nacido noble, no tiene ningún poder con Dios.




 CANTO DE LOS CARAVANEROS

 Sudeste de ETIOPÍA


 ¡En verano hasta hacen levantarse al polvo;

 En invierno hasta pisotean el barro!

 Si hablan con las mozas oscuras,

 Y sonríen con la moza roja,

 La pobreza nunca los dejará.

 La pobreza es una enfermedad terrible;

 Penetra los flancos,

 Dobla las vértebras,

 Lo viste a uno con trapos,

 Vuelve estúpida a la gente;

 Hace que todo deseo permanezca en el pecho;

 A aquellos que son largos, los acorta;

 A aquellos que son bajos los destruye por completo.

 ¡Ni siquiera la madre que ha dado a luz al hombre pobre 

      lo ama!

 ¡Ni siquiera el padre que lo ha engendrado sigue estimándolo!




  MAGIA DE LA LLUVIA

  Los YORUBA de NIGERIA


 Una brisa suave es el padre de la lluvia.

 Un viento suave es el padre de un aguacero.

 La lluvia no habrá de empaparme hoy;

 La lluvia envolverá sus pertenencias y se irá.

    El antílope está canturreando,

    el búfalo está rezongando,

    el cerdo gruñe en su panza.

 Las palabras han enojado al mono colorado,

 pero hoy le fueron dadas las palabras justas

 y su furia desaparecerá.




 CANTO

 Los DINKA, de SUDÁN.

 (Sudán, que vive desde hace mucho tiempo de una guerra civil 

a otra. La actual fue precedida por la llamada primera guerra ci-

vil sudanesa, que tuvo lugar entre 1955 y 1972; la segunda, 

igualmente cruenta, entre 1983 y 2005. El país se dividió en dos,

y está muy lejos de encontrar el final de esta lucha.)


 

 En el tiempo en el que Dendid creó todas las cosas,

 Él creó al sol.

 Y el sol nace, y muere, y regresa;

 Él creó a la luna,

 Y la luna nace, y muere, y regresa.

 Él creó las estrellas,

 Y las estrellas nacen, y mueren, y regresan;

 Él creó al hombre,

 Y el hombre nace, y muere, y nunca más regresa.



  El continente africano está integrado por 54 países y 

numerosísimas etnias. El siglo XIX, con la colonización

de gran parte de su territorio, tanto el norte sahariano, co-

mo el sur selvático, junto con la toma de esclavos enviados

tanto a Europa como a América, ha creado un abismo en su

nunca escrita historia, que no augura ni paz ni equilibrio en

países que luego de la independencia, entraron en luchas fe-

roces entre diversas etnias, aspirantes al poder.


 Estos cantos, por otra parte, revelan la belleza y sencillez

del alma africana tradicional. Esa que tal vez se perdió para

siempre en el abismo del sufrimiento.



    FUENTE


Denys Thompson (Ed.) Distant Voices. Poetry of the Preli-

terate. Heinemann, 1978.