el goce viene a ser lo contrario de un valor
viene a quitarle el valor a todas las cosas
a usarlas en su beneficio
ondulantes hondonadas en sus pensamientos
Gradiva siempre tenía un pie en el aire
¿Olores? ¿Texturas? ¿Forma de los dedos? ¿Colores,
tonos? ¿Húmedo/seco? ¿Talones? ¿Valles y promontorios?
son poemas de estudio
en movimiento
se desenrollan, desenvuelven
y son poemas sagaces
se mueve como una serpiente sobre el hielo
patinaban las palabras sobre su belleza
ninguna hacía pie
le causaba un poco de gracia
era una poderosa acumuladora
de gracia
como tocar los ojos de una musa
de una música
el pincel como un arma
batiéndose con la realidad
no podía ni podría develar el sistema
es el sistema el que me maneja
yo me antojo ciego
y en cierta locura
se desenvuelve de sus bridas
como desnudarse una bestia
un caballo loco y ciego
NOTA
Múltiples cuadernos guardaron lo que fui dejando en
su custodia. Tal vez están aburridos, tal vez resignados.
Es muy pero muy probable que nadie llegue a leerlos.
En realidad, solía creer que atesoraba material para fu-
turas obras. El material tanto tiempo guardado y quieto,
suele herrumbrarse. Los proyectos, las ideas del futuro,
las ilusiones suelen correr suertes tan diversas que po-
dría decirse que fueron creadas para correr suertes anó-
malas, que escapaban desde el origen a cualquier cosa
que yo me propusiera.
Es una pena, en el cajón grande de las penas.
Muchos (Brodsky, Bowles) asocian el misterio mayor
de la existencia no tanto a la muerte, como a lo que hace
el paso del tiempo en un ser humano.
Entonces, pasado el tiempo, mirando desde la "otra pun-
ta", la pregunta es siempre: "¿Valió la pena?"
Y en este caso: "¿habremos salvado una?"