jueves, 29 de diciembre de 2011

CONDUCTORES 2: LAHORE

Relecturas: volví a tres libros de Marguerite Duras que ha-
bía leído entre el '92 y el '98. "La vida material", "Los ojos
verdes" y ""El mundo exterior". Los tres reúnen ensayos
más o menos breves, comentarios y disgresiones. En "Los
ojos verdes", aparece, como una notita colgada en la pared,
 'El libro. La película', un texto de media página donde dice:
"Esta mañana, me obligaba a confrontar el final de Vicecón-
sul con un texto que escribí hace muchos años y me pregun-
taba si lo había repetido al final del libro. Volví a leer, pues,
una parte de Vicecónsul. Cosa extraordinaria: me dí cuenta
de que había olvidado el libro." Por supuesto que eso me
llevó a releer El Vicecónsul del que sólo recordaba vagamen-
te algunas imágenes y que era uno de los libros de Duras que
más me había gustado.
El Vicecónsul es un personaje un tanto misterioso, que se
encuentra en 'espera' en Calcutta, ya que se habían producido
hechos graves durante su gestión en Lahore.
Al día siguiente de esta vuelta al libro de Duras, abro "Ca-
rrying Over", un libro de Carolyn Kizer que reúne páginas
de diario de viaje por Pakistán, junto a traducciones de varios
idiomas, como suele hacer esta políglota autora.
Suelo escribir cosas del momento en la última página de los
libros que voy leyendo:

FRIO
Leo desde adentro de la bufanda
un poema de Tu Fu
en el que se queja del calor
"¡si pudiese caminar sobre hielo, con mis pies descalzos!"
Cada vez que mi nariz exhala
el aire nubla y rubia levemente
mis anteojos de lectura
El pasado pasa
como ráfaga
velando el presente
(En el tren, 1° de julio, 2009)

Sigue así: "leo pág. 48: FLU EPIDEMIC RAGES IN LAHO-
RE". Precisamente, la bufanda cubriéndome la cara es preven-
ción y consecuencia de la epidemia de gripe porcina, que aso-
la Buenos Aires en estos días".

En ese libro, subtitulado"Poems from the Chinese, Urdu, Macedonian, Yiddisch, and French African",  Kizer traduce al inglés un poema de Faiz Ahmed Faiz, 'el mayor poeta Urdu
del subcontinente'. Faiz es un poeta pakistaní, (1911-1984).

El poema dice:

BANGLA DESH: III
RETOMADO DESPUÉS DEL HOLOCAUSTO, 1973

GHAZAL

¿Quiénes son los extranjeros ahora, después de nuestros años
                                                                        de fácil amistad;
Cuántas veces debemos reunirnos, antes de reencontrarnos?

¿Cómo podemos reclamar aquella vieja camaradería?
¿Cuándo volverá el ojo a ver esa primavera de impecable
                                                                                      verde?

¿Cuántos monzones se requieren
Para lavar las manchas de sangre?

Despiadado, despiadado fue el momento en que el amor
                                                                                terminó.
Crueles, crueles fueron las mañanas, después de las noches
                                                                              de ternura.

Mientras el dolor no daba respiro, el corazón añoraba
Discrepar con los amigos de nuevo, después de las plegarias
                                                                           por el perdón.

Pero la palabra que he venido a pronunciar,
Con el ofrecimiento de mi vida como sacrificio,

Esa palabra de reconciliación permaneció sin ser pronunciada
Después de que todo lo demás hubiese sido dicho.

Faiz Ahmed Faiz murió en Lahore en 1984.
El Lahore en el que Kizer leyó un panfleto, llamado "La
Constitución Islámica" publicado por el Khatib de una mez-
quita de la ciudad y firmada por diez ulemas : 'No se pasa-
rán películas en los cinematógrafos excepto aquellas que
tengan un elenco totalmente masculino'. Ordenaban, asi-
mismo la abolición de los bancos y de las aseguradoras y
la reinstauración de la esclavitud.
Y un pequeño agregado de Kizer (pág. 47) "la mezquita
de Bad Shahi, mi estructura favorita en el mundo - ésta, y
el Fuerte de Lahore y la tumba de Jahangir, dos millas afue-
ra de la ciudad, que hacen que el Taj Mahal parezca tallado
en piedra jabón, a mi gusto".

Estos casi intangibles senderos que apenas se cruzan y que
apenas se bifurcan, son trazados en el verano de Buenos Aires,
un 29 de diciembre, en el que un escritor(!) opinó en Clarín
Sociedad que es más que suficiente que los jóvenes argen-
tinos conozcan el significado de 240 palabras. Y puede ser,
¿no? Les alcanzan para nombrar los países que hay en el
mundo, por ejemplo. ¿Qué importancia tiene, después de
todo, esta gran estupidez que es el lenguaje? ¿Qué importan-
cia tiene que una vez nombrados los países del mundo ya no
les queden términos ni para decir "pan" o "caca"?
¿Para qué sirve el lenguaje? No sirve para pensar, pensarse,
sentir, nominar las cosas y los hechos del mundo, ni para sa-
ber, ni para referir la historia, ni para describir la naturaleza
de la naturaleza y/o la naturaleza humana.
Supongo que para este señor las múltiples lenguas existen
para complicarse al pepe la existencia.

[Holocausto de Bangladesh, 1971: Tres millones de civiles
asesinados por Pakistán Occidental en Blangladesh (o Pa-
kistán Oriental), por pretender éstos la independencia. Cual-
quier relación con el genocidio de Bosnia-Herzegovina -"Co-
mo si yo no estuviera"- , no es más que una asociación del
lector. Las violaciones masivas de las mujeres, el asesinato
de niños y las espantosas torturas aplicadas a los hombres jó-
venes, igual.]

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