lunes, 30 de enero de 2017

LA POESIA DE LA HOLANDESA ANNA ENQUIST



 Anna Enquist es su nombre literario. Nació Christa Widlund-
Broer, en Amsterdam, el 19 de julio de 1945, en los últimos
días de la guerra, con los nazis huyendo de Holanda. Justa-
mente en estos días estoy leyendo una novela acerca de ese 
lugar y esa época, escrita por un autor rescatado del olvido,
Willem Frederik Hermans, titulada El cuarto oscuro de Da-
mocles.  
 Además de poeta, Anna es psicoanalista y se ha dedicado tam-
bién a la música. Aparte de varios libros de poesía, el primero 
de los cuales apareció causando bastante suceso en 1991, Anna
ha escrito también algunas novelas. 



 ESTACIONES

 Después de yacer poseída por el arado
 la tierra yace doblada, huesuda.
 Lo que está muy hondo ha surgido sin resistencia.
 Ninguna piel áspera ha recibido arcilla, huir
 está impedido para quien se abre de esa manera.

 La tierra gime bajo el pasto,
 llorando su añoranza del acero
 -ven el próximo año, regresa-. El tardío sol
 calienta la tierra pólder que sueña aparentemente
 con ser hendida dividida quemada.



 SILENCIADA

 Arraigada más sólidamente que nunca
 en la realidad- Diciembre, en mi bici,
 tormenta alrededor de mi cabeza- compro
 un libro que dice
 cómo el tiempo pierde su dominio.
 Durante meses tomo de la vida
 no más de lo que me pertenece. El autor
 está paralizado y enfermo. Él no puede hablar.
 Oh, nubes cabalgando el viento, oh canto, oh amor.



 SEGURIDAD

 Dondequiera durmiésemos ese verano,
 cada noche la lechuza gritaba
 su boscoso llamado. ¿El mismo?
 ¿Lechuza? - Así es como suena una lechuza
 había dicho alguien, y nosotros
 creímos y recordamos.



 DE REPENTE

 De repente perdí
 el poder de retener
 calor. Ahora que los chicos
 han dejado la casa, resoplé
 ¡sí! Repté bajo 
 aún más frazadas. La estufa
 rugía. El más calentito de nosotros dos
 ya no podía 
 darme calor. Tirité
 y temblé como si estuviese
 cara a cara con la muerte.

 Que era el caso, en realidad. La muerte
 y yo estábamos en un terraplén.
 Entre nosotros no había nada sino
 una considerable distancia.



 JULIO

 Es verano ahora; el jardín
 está lleno de gente muerta de calor; los perros
 están jadeando y las frambuesas
 están grandes como cabezas de duendes.

 La humedad rodea nuestros vidrios:
 se conversa acerca del precio de las bicicletas
 y los pasajes aéreos, y todo el rato
 un campo interminable de hielo se estira dentro mío.



 ESCAPE

 En la jaula del día y de la noche,
 la jaula de los mandados,
 latas de cerveza, el mejor trabajo.

 En la jaula del álbum de fotos,
 del amor. En la jaula del arte,
 en la jaula de saber:

 Levantate, aferrá las barras,
 tomá el máximo de aire y
 rompete el corazón en pedazos.



 ENCOGIMIENTO

 Cómo los días se me escapan, siempre
 uno nuevo sopla contra la ventana.

 Un chico sombrío en la cocina ya no
 come de mis platos. Escasa

 es la vieja vida que se siente como siempre.

 Entretanto mis horas se vuelan; son
 las verdaderas. Lo que golpea contra mi ventana

 es la vida genuina, el presente
 que come, que come de mí.



 INVASIÓN

 En el desnudo rechazo, viento en mi pelo,
 estamos parados y vos mirás. Con todas tus fuerzas
 me mirás, imagen de amor.

 Y yo, entro gateando a través
 de tus ojos llenos de lágrimas, me deslizo por los senderos
                                                                    [de tus nervios,
 salto sobre láminas de mielina, el susurro
 de las sinapsis, el ARN fuerza a las proteínas
 a alinearse en mi imagen:

 soy tallada, cincelada, en tu cerebro
 hasta que mueras, hasta que te mueras.



 FUENTE

 Modern Poetry in Translation. New Series. N° 12. Winter
1997. Dutch and Flemish Issue.

Versiones del inglés: Robert R. Rivas (c)

jueves, 19 de enero de 2017

INSUFICIENTEMENTE RECORDADA: HILDA MORLEY




                                
 


 ARROYO EN NEW HAMPSHIRE


 ¡Santo Cielo! helechos en el arroyo     Ofelia
 uno piensa en ella
                              ya que hay 
 espíritus en el agua
                              así como hay
 piedras brillantes
 en la claridad de este arroyo.
                             ¿Cuál Ofelia
 es?
      La luz del sol
 sobre los guijarros
           un temblor de
 sombra      esas pequeñas
 contracorrientes
 las cascadas también     los más profundos 
 lugares
             (uno podría bañarse acá
 hacer de este un arroyo para
 vivir
       no para morir en él)



 (COMIENZO)

 Comienzo a amar la belleza 
 de los viejos más que la belleza de
 los jóvenes - la anciana mujer escudando 
 su rostro del ardiente sol con un abanico
 de encaje negro y el exquisito
 anciano con la barba blanca y el viejo que empuja
 el coche de un hombre joven que está muriendo
 de distrofia y la
 mujer entrada en años que sostiene la mano de un niño
 pequeño con un guardapolvo damasco



  POR SAFO

                               Ni la miel ni
 la abeja, dijo ella,
                               tampoco la miel...
 y yo vago con ella acá en estos peñascos de roca,
 laderas de colinas rocosas como los peñascos de Lesbos,     
                                 si fuese en su nombre, Faon,
 que ella se arrojara en el océano
 púrpura, por falta de su amor, por falta de él, se lanzara
                                                                       [de cabeza
 en el agua oscureciente, yo en tu nombre viviría siempre
 aún en el borde de estos senderos de roca,
 desplumando el seco romero, la adelfa silvestre,
 consciente del súbito abismo y gateando
 ligeramente sobre él.
             Espero no partir nunca del país
 de tu voz.
      Puedo vivir acá sobre los mínimos 
 pastos, los  medio húmedos 
 guijarros, puedo florecer acá
 y crecer más fuerte,
                         como esta
 salamandra que emerge
 al sol por un momento y se hace
 la muerta si pasa un extraño, pareciendo
 escabullirse en busca de refugio entre el
 suelo recién volteado y las simples
 caras de la roca



 (AHÍ ESTÁ EL CAMELLO)

 Ahí está el camello
 cuya cara no había notado 
 antes
      pensando en
 una manera delicada
       sin ninguna
 auto-compasión
          con una real
 paciencia
        Sus pensamientos se refieren a
 el espesor del aire
 a su alrededor     sea en
 sequía o lluvia
          una expansión de
 la luz




 Hilda Morley nació como Hilda Auerbach en Nueva York,
el 19 de setiembre de 1916, de padres rusos, Rachmiel y So-
nia. Fue un raro caso de precocidad literaria -llegó a cartear-
se con Yeats-, ya que salvo Rimbaud y algunas otras excep-
ciones, como dice Steiner muy atinadamente, la precocidad
genial sólo se da en tres disciplinas: el ajedrez, la música y
las matemáticas. Las tres muy relacionadas entre sí.
 Se mudó con su familia a Palestina a los 15 y luego a Lon-
dres, para ingresar a la Universidad (a los 18). Allí se casó:
un matrimonio que no duró mucho. En el año 1940 se tras-
lada a Estados Unidos, por los bombardeos alemanes sobre
Gran Bretaña. Se casa con Eugene Morley, un pintor relati-
vamente conocido y se vincula con Pollock, Kline, etc.
 Años después, viviendo otra vez en Londres, se casa con
el compositor alemán Stefan Wolfe, que poco después dic-
tará clases en la renovadora Universidad Black Mountain, 
situada en Carolina del Norte. Recién a los 60 años de edad
publica su primer libro de poemas. Desde entonces ha obte-
nido un enorme reconocimiento, entre otros de Robert Cre-
eley. Dijo de sí misma: "He escrito poesía desde los 9 años
(un tiempo largo, que)... Mis poemas aparecieron en algu-
nas publicaciones. Me encanta leer en voz alta y hacer ami-
gos (fans) de esa manera. Estuve casada con el ya fallecido
Stefan Wolpe y tal vez he sido influida por él; esto es, para
continuar trabajando a pesar del dolor y salvarse una misma
de este modo".


FUENTE

 New Directions. An International Anthology of Prose& 
Poetry. # 27. New Directions, 1973.

Versiones del inglés: Robert R. Rivas (c)


      

martes, 10 de enero de 2017

LOS POEMAS DE DER VON KÜRENBERG





 Poco se sabe de este hombre, salvo que vivió en el área del
Danubio a mediados del siglo XII. Es, por otra parte, el pri-
mer poeta lírico en alemán de quien se tenga algún nombre.
 La mayoría de sus poemas consiste de una estrofa, en algu-
nos casos, dos. Las estrofas de cuatro versos son rimadas, 
con una pausa entre los dos primeros y los dos últimos ver-
sos.
 Como esta es también la estructura del Cantar de los Nibe-
lungos, hay quien ha especulado con que von Küremberg
podría ser su autor. Pero esta hipótesis resulta insostenible.
 En estos poemas el autor no habla de su propia experien-
cia, ni se dirige al auditorio como sucederá en la poesía lí-
rica posterior.
 Von Küremberg logra un efecto muy interesante con el úl-
timo verso de sus poemas, que suele transformar el efecto
que generaban los anteriores.
 A este tipo de poesía se lo llama Minnesang, refiriéndose
a la poesía escrita en la Alta Edad Media en lengua alema-
na -ya que hasta entonces se escribía poesía en latín- por
caballeros de la corte.
 Por eso es que en los poemas que van a leer (los que deci-
dan hacerlo), se refieren a caballeros y cortesanas, con todas
las reglas de conducta vigentes. Los poemas de los Minne-
singer, tienen por tema casi excluyente las relaciones en-
tre hombres y mujeres, en plena vigencia del amor cortés.

NOTA. El género no es definido tanto en alemán como en
inglés. Al traducir los pronombres y los sustantivos con gé-
nero, se debe elegir entre una versión u otra, algo que afecta
profundamente la naturaleza del texto. En un sólo caso he
optado por la ambivalencia de género, al hablar del o de la
mensajero/a. En otros casos me he visto obligado a seguir
la versión inglesa, que por su semejanza con el alemán dis-
tingue mejor la diferencia y que conduce a versiones en las
que el género del objeto amado no siempre es el mismo.
También he leído la versión de Bernd Dietz: Antología del
Minnesang. Hiperión, 1981.



                                       1.

 La mala fortuna trae dolor, la buena suerte alegría.
 Una vez llegué a conocer a un hombre noble:
 los entrometidos y su envidia lo alejaron de mí.
 A causa de eso mi corazón no volverá a alegrarse.



                                         2.

 Tarde en la noche yo estaba en una alamena:
 entonces oí a un caballero cantando bien
 una melodía de Küremberg entre la multitud.
 Que se vaya lejos de mi tierra, o que sea mío.

 Ahora tráeme mi caballo y armadura, rápido,
 ya que debo alejarme de la tierra de mi señora:
 ella quiere que seamos señora y vasallo.
 Tendrá que acostumbrarse a vivir sin mi amor.



                                           3.

 Cuando estoy de pie sola ante mi reja
 y pienso, noble caballero, en vos,
 mi color florece como la rosa bajo el rocío,*
 y mi corazón acumula penas.



* La expresión als der rôse in touwe tuot, significa literal-
mente 'como la rosa bajo el rocío', pero también se la tra-
duce 'como la rosa en la espina'.


                                             4.

 Ha menudo le ha causado gran pena a mi corazón
 haber ansiado algo que no he podido tener
 y que nunca obtendré. Eso duele.
 No me refería al oro o la plata: este objeto se parece 
                                                               a las personas.



                                               5.

 Entrené a un halcón durante más de un año.
 Cuando lo hube domesticado de la forma que quería
 y puse oro entre sus plumas
 él se alzó a lo alto y voló a su estado salvaje.

 Desde entonces he visto al halcón en noble vuelo:
 en sus patas llevaba bandas de seda,
 y oro y rojo en su plumaje.
 Dios: reúne a las personas que quieren ser amantes.



                                                 6.

 La estrella de la mañana se esconde.
 Los nacidos bellos y nobles, hagan lo mismo cuando me 
                                                                               [vean
 y dejen que sus ojos se fijen en otro.
 Nadie puede adivinar lo que hay entre nosotros.



                                                 7.

 La dicha de todas las mujeres aún se conserva doncella.
 Cuando le envié a mi querido/a mensajero/a,
 Con gusto se la llevaría yo mismo, si eso no la injuriase.*
 No sé cómo le gusta a ella: ninguna mujer fue tan amada
                                                                              [antes.


* Quiere decir, que si lo viesen cortejándola, eso podría
afectar la reputación de la dama. 

                                                   8.

 Mujeres y halcones- son fácilmente domesticados.
 Si un hombre sabe cómo atraerlos bien, vienen volando.
 Aún así, tratando de ganarse a una espléndida dama, un 
                                 bello caballero parte,
 Mi espíritu se alza cuando pienso en ello.


FUENTE

Frederick Goldin. German and Italian Lyrics of the Middle
Ages. Anchor Books, 1973.

Versiones del inglés: Robert R. Rivas (c)

lunes, 9 de enero de 2017

UN TEXTO DE UN LIBRO OLVIDADO: LA CAZA DE LA MANZANA

                          


                     LA CAZA DE LA MANZANA

 Hay muchos cuartos. Varios son dedicados a la preparación.
 En algunos se siente algo parecido a la elevación del piso por
medios mecánicos. En otras palabras, rigen secretos a paladas.
Debajo de sus suelos guardan uniformes parecidos a disfraces,
alimañas-cebo, armas de corte, de ahorque y de fusilancia.
 En cuartos cercanos se oye un zumbido que atraviesa las pa-
redes de hormigón y de caucho. Es lo que queda en el aire
cuando desgarran canciones. También hay habitaciones de pa-
redes tan mullidas que se podría dormir contra ellas. Los ca-
sos de necesidad están en sus múltiples e interminables ma-
nuales, sólo que convertidos en ilustraciones borrosas, en relámpagos de tinta sobre papeles arenosos. No hay lugar a-
quí para las debilidades. Todo grupo tiene un enemigo. El de 
estos cazadores es la debilidad. Son encarnizados con ella, 
cosa que no sólo no les cuesta nada, sino que la utilizan para esmerilar su valorado encarnizamiento. Su presa, una de sus 
presas favoritas. En la sala mayor hay buena concurrencia. Se preparan gestos, se ensayan posturas para situaciones críticas. Tirones suaves, medidos, de los puños de los sacos. Alisa-
mientos de zonas del cabello o del cráneo rasurado. Apre-
samiento, secuestro y liberación del aire colectivos. Muca-
mos que se deslizan sobre pequeñas plataformas de madera
montadas sobre un riel de largas y acentuadas curvas, que re-
corren el salón en todas las direcciones. Armarios enormes
sobre las paredes. ¿Qué guardan? Utensilios, cuerpos momifi-
cados. Sus medidas de protección, sus invisibles familias le-
janas. El ordenado bullicio del salón abre un hueco como en
el humo, para que aparezca al fin el orador. Este ha sido traído 
de las lejanas tierras de los padres del mundo. Tiene una
voz que sólo puede haber sido extraída del grito. El grito de
mando, el grito de las víctimas. Su voz recorre la sala, los bi-
gotes, el resbaladizo licor de las miradas, las escaleras, los 
pasillos, los entrepisos, los botones acaramelados de sus cha-
quetas de caza, y el alcantarillado, relatando las peripecias de 
la próxima caza: la de la manzana. Recorre esas manos asidas 
a las pecheras, los bordes de las copas recién sorbidas, los pasamanos sudados, los techos de los altillos donde sueñan y tiemblan las presas, el jardín; finalmente, su voz sale al jardín, 
el jardín por donde discurren, aún no cazados, el terciopelo del
inicio de la noche, el pequeño pequeñísimo niño del día sigui-
ente...


LA POESIA DE LOS MITOS DE LOS ORÍGENES




 No era su intención y por eso lo han logrado.
 Decía Michaux: "basta tener la intención de crear un poema
para matarlo".
 En estos casos, en cambio, se cuenta lo que los sabios de 
esos pueblos transmitieron para darle un orden al mundo.
 La palabra 'orden' puede generar confusiones.
 El escritor ante el ordenador, por ejemplo. Ahora ha salido
al mercado una suerte de máquina de escribir que disimula
el ordenador que tiene dentro. Es para que el escritor no sien-
ta que la máquina ordena las palabras por él, o que la máquina
le ordena qué escribir, y qué no.
 Un esquimal (ellos se denominan Inuit) llamado Igjugarjuk
dice lo siguiente acerca de los chamanes, que son los provee-
dores de sabiduría de su pueblo: "La verdadera sabiduría só-
lo puede hallarse lejos de la gente, allá afuera, en la gran
soledad, y no se la encuentra en el juego, sino sólo a través
del sufrimiento. La soledad y el sufrimiento abren la mente
humana, y por lo tanto un chamán debe buscar su sabiduría
allí."
 Los mitos de los orígenes intentan fijar algún punto de parti-
da. Un marco que lo abarca todo en su explicación. 
 El mito maya de la Creación comienza diciendo: "Es de lo
más necesario creer esto. Estas son las piedras preciosas que
nuestro Señor, el Padre, ha abandonado..."
 Ciertamente, cada pueblo tiene que tener algo de elegido.
 No es nada casual que el origen etimológico de una gran 
cantidad de nombres de los pueblos signifique "los humanos".
 Ese algo de elegido es una identidad. E idéntico, realmente
idéntico, no hay nada. Pero cada pueblo -y cada niño, si las
cosas van bien- tiene que distinguirse de los demás -de Lo
demás, de Lo otro- para adquirir una existencia que podría-
mos llamar 'propia'.



 MITO GUARAO DE LOS ORÍGENES
 Los Guarao son indios de Surinam, en América Central.

 Al principio de los tiempos no existía la noche, era todo un
perpetuo día. La oscuridad la tenía metida un indio en su pe-
taca o baulito envuelta en una especie de paño y nadie lo sa-
bía.

 Ahora se escuchó el trueno, se vio el relámpago en las nu-
bes, se deslizaba como culebra de candela.

 El rayo es piedra de la lluvia; el rayo es el resplandor de la
lluvia en el mar de arriba [el cielo].

 Desde lejos se veían el Arco Iris, la corona de plumas de la
culebra. Estaba desplegada en el aire secando sus plumas a
la luz del Sol.

 De Fray Cesáreo de Armellada, reconstrucción de RR.
 "Los waraos (o guaraos) que mueren sin ser bautizados se
transforman en mariposas con alas de pluma."


 LA CREACIÓN DEL MUNDO HUMANO
 Según los Guayakí de Paraguay

 Los primeros ancestros de la gente vivían en una honda
                                                        tierra tenebrosa.
 Los primeros ancestros de la gente partieron de la honda
                                                         tierra tenebrosa.
 Todos emergieron.
 Los sobacos de los primeros ancestros de la gente olían mal.
 Su piel era amarga, su piel era muy oscura.
 Por un camino de agua bellísima los primeros ancestros de
                       la gente partieron de la honda tierra tenebrosa.
 Emergieron todos.
 Como armadillos, los primeros ancestros de la gente escar-
                                         baron sus salidas con las uñas.
 Los primeros ancestros de la gente tenían las manos vacías,
                            sin arcos, sin flechas, sin tapones labiales.
 Todas las mujeres tenían las manos vacías.


 De John Bierhorst. The Mythology of the South American
                            Indians.


CÓMO LA HUMANIDAD RECIBIÓ EL FUEGO
 Los indios Taulipang, de Guiana, América Central.

 En los tiempos antiguos cuando la humanidad aún no tenía
el fuego, vivía allí una mujer llamada Polinosamóng. Ella 
cargaba con un montón de leña hacia su casa y la puso en
la chimenea (hogar). Entonces se inclinó y el fuego surgió
de su panza y de su traste y encendió la madera. Cocinó 
toda una pila de tortas de mandioca mientras que el resto
de la humanidad todavía hacía lo que podía, cocinándolas
en el sol.
 Un día una muchacha vio cómo la anciana mujer hacía
fuego y se lo contó a todos los demás. Fueron a la vieja mu-
jer y le rogaron un poco de fuego, pero Polinosamóng, la
vieja sapo, no quería darles ni un poco y dijo que no tenía
ni para ella. Pero la gente no se iba a tragar las mentiras de
la vieja mujer y la agarraron y le ataron los brazos y piernas
y juntaron una enorme pila de leña, pusieron a la anciana
encima, y empujaron su panza: el fuego se disparó desde
su trasero.
 El fuego se convirtió en piedra de fuego [pedernal], y aún
hoy la gente puede obtener fuego del pedernal, golpeándolo.

 De Hugh Fox, First Fire. Central and South American Indian
Poetry. Muchas veces Prometeo, el habitual proveedor del
fuego, es representado como serpiente, sapo, etc. Es necesa-
rio recordar que Eva (la Madre Tierra) y la Serpiente (Padre
Serpiente/ Prometeo) constituyen el par mítico primordial.



 MITO DE LA CREACIÓN
 Indios Uitoto de Colombia

 1.
 Un fantasma, nada más existía en el comienzo; el Padre
tocó una ilusión, aferró algo misterioso. Nada existía. A
través de la acción de un sueño nuestro Padre Naimuena
[el que es o tiene un fantasma] guardó la imagen en su
cuerpo y ponderó largamente y pensó con profundidad.

 2.
 Nada existía, ni siquiera un palo para sostener la visión:
nuestro Padre ató la ilusión al hilo de un sueño y lo conser-
vó con el auxilio de su aliento. Pareció que él alcanzaba el
fondo de la aparición, pero allí no había nada. Nada existía
en verdad.

 3.
 Entonces el Padre volvió a investigar el fondo del misterio.
 Ató la ilusión vacía al hilo del sueño y empujó la substancia
mágica sobre ello. Así con la ayuda de su sueño lo sostuvo
como un mechón de algodón crudo.

 4.
 Entonces él sujetó el fondo del espejismo y golpeó repetida-
mente sobre él, sentándose por fin encima de su soñada tierra.


 5.
 El fantasma-tierra ahora era suyo, y él escupió saliva repetida-
mente para que los bosques pudiesen crecer. Entonces se acos-
tó sobre su tierra y la cubrió con el techo del cielo. Como era
el dueño de la tierra ubicó sobre ella el cielo azul y el blanco.

 6.
 Desde entonces, Rafuema, "el hombre que tiene las narracio-
nes," sentado al pie de los cielos, reflexionó, y creó esta his-
toria para que pudiésemos escucharla aquí sobre la tierra.


 [Los Uitoto de Colombia son, en todas sus acciones, pensa-
mientos, y sueños, guiados por los misteriosos procesos lu-
nares de crecimiento, Decrecimiento (luna menguante), y
re-crecimiento. El ser divino que reverencian más profunda-
mente es una representación no de lo inmodificable absoluto,
sino de los procesos de conversión, muerte y resurrección.
La tierra es una creación de la luna.]
K.T. Preus. La Religión y la Mitología de los Uitoto.

 De Margot Astrov. American Indian Prose and Poetry.
Uno de los libros más bellos que he conocido. Y que tuve
la suerte de adquirir a los 25 años. En otras palabras, que
me ha acompañado mucho tiempo...


 Un Canto de los Akán de Ghana.

 EL CREADOR

 El sendero cruza el río;
 el río cruza el sendero.
 ¿Cuál es el más más viejo?
 Nosotros hicimos el sendero y encontramos el río;
 el río es de hace mucho,
 del creador del universo.

 El Akán es una lengua hermosa que incluye un número de
dialectos, como el Twi o el Fante, que se hablaba en el anti-
guo reino de Ashanti. Su Dios Supremo es Onyame o Nya-
me, el que ayuda a todos aquellos que no pueden ayudarse
a sí mismos, y Su sabiduría derrota a todos los problemas
humanos. De Jan Knappert. African Mythology.


 El pequeño poema es de: Ulli Beier. African Poetry.


 LA CREACIÓN
 Los Fulani, de Nigeria.

 En el inicio había una inmensa gota de leche.
 Entonces Doondari vino y creó la piedra:
 Entonces la piedra creó el hierro,
 Y el hierro creó el fuego,
 Y el fuego creó el agua, 
 Y el agua creó el aire.
 Entonces Doondari descendió por segunda vez,
 Y tomó los cinco elementos
 Y les dio forma humana.
 Pero el hombre era orgulloso:
 Entonces Doondari creó la ceguera, y la ceguera derrotó al
                                                                    [hombre.
 Pero cuando la ceguera se tornó muy orgullosa,
 Doondari creó el dormir, y el dormir venció a la ceguera;
 Pero cuando el sueño se volvió demasiado orgulloso,
 Doondari creó la preocupación, y la preocupación derrotó
                                                        [al sueño (dormir);
 Pero cuando la preocupación se volvió demasiado orgullosa,
 Doondari creó la muerte, y la muerte venció a la preocupación;
 Pero entonces la muerte se tornó muy orgullosa:
 Doondari descendió por tercera vez,
 Y vino como Gueno, el eterno:
 Y Gueno derrotó a la muerte.

 De Jack Mapanje y Landeg White: Oral Poetry from Africa.


Versiones del inglés: Robert R. Rivas (c)






sábado, 7 de enero de 2017

LA CONTESTACION DE LAS CORTESANAS, DE SHAZEA QURAISHI



                               

No hace mucho tiempo, Manomohan Ghosh tradujo del sáns-
crito las cuatro obras de teatro monologadas llamadas Catur-
bbani, escritas alrededor del 300 A.C., que se refiere a la vida 
de las cortesanas en la India.
 Shazea Quraishi es una escritora y traductora de origen pa-
quistaní que ha vivido en Canadá y en Madrid, antes de ins-
talarse en Londres. 
 En las piezas originales, un narrador camina a través de las
habitaciones de las cortesanas, comentando cosas acerca de
las mujeres que va encontrando. A Quraishi esta escena le
sugirió la idea de darle voz a esas mujeres, en el estilo de
"no, no fue de esa manera, fue de esta otra."
 Parte de estos poemas se inspiró, por lo tanto, en la estupen-
da prosa de M. Ghosh, pero los dos primeros textos surgieron
de la lectura del Caturbbani mismo.


 LAS SESENTA Y CUATRO ARTES

 Y así, una cortesana de amable disposición,
 hermosa y en todo sentido atractiva,
 maestra de sesenta y cuatro artes que incluyen
 la música, la danza, la actuación, el canto,
 la composición de poesía,
 arreglos florales y confección de guirnaldas,
 la preparación de perfumes y cosméticos,
 confección de vestidos y bordado,
 prestidigitación y destreza manual,
 lógica, cocina, hechicería,
 esgrima con espada y vara, arquería,
 gimnasia, carpintería,
 arquitectura, química
 y minerología,
 la composición de acertijos,
 trabalenguas y otras adivinanzas,
 jardinería, escribir en código,
 lenguas, hacer flores artificiales
 y modelar la arcilla,
 entrenar gallos de riña, perdices
 y carneros, y enseñar a hablar a loros y estorninos...
 tal cortesana debería ser honrada por el Rey, alabada
 por los doctos, y todos buscarán sus favores
 y la tratarán con consideración.


 LOS DÍAS DE CHANDRAGUPTA MAURYA

 se dividieron en dieciséis horas 
 de noventa minutos cada una.

 En la primera,
 él se presentó
 y se preparó meditando;
 en la segunda
 él estudió los informes de sus agentes
 y formuló instrucciones secretas;
 en la tercera, 
 él se reunió con sus consejeros;
 en la cuarta,
 él atendió las finanzas del estado y la defensa nacional;
 en la quinta,
 él escuchó las peticiones y juicios de sus súbditos
 y en la sexta,
 se bañó y cenó y leyó literatura religiosa.
 Recibió impuestos y tributos
 e hizo citas oficiales en la hora séptima.
 En la octava, 
 él volvió a reunirse con su consejo y escuchó
 los informes de sus espías y cortesanas.
 La novena hora fue consagrada a la relajación
 y a la oración,
 mientras que la décima y la undécima hora fueron dedicadas
 a asuntos militares
 y la duodécima a informes secretos.
 En la decimotercera hora,
 el Rey consintió en un baño nocturno y una comida,
 y durante las siguientes tres horas él durmió
 -pero nunca dos veces en la misma cama.


 [Chandragupta Maurya gobernó durante 24 años. Gastado
por las constantes revueltas y las tensiones y cargas de un
gobernante, además del temor a ser asesinado, abdicó del 
trono para convertirse en un monje jainista hasta que ayunó
hasta morir.]


 TAMBULASENA

 Al principio
 todo mi cuerpo esta cubierto de piel
 dura como piedra. Entonces él vino

 y su boca era un río
 corriendo sobre mí, fresco y veloz
 con pequeños peces plateados.

 Noche tras noche
 me dio forma
 y me ablandó

 hasta
 mis huesos
 de terciopelo.

 *

 Ahora, me baño mientras él mira,
 siento sus ojos,
 luciérnagas sobre mi piel.

 Me inclino, 
 mi pelo, una cortina de agua
 entre nosotros.

 Lo dejo secarme,
 sus movimientos suaves al inicio, luego enérgicos,
 como un paño lustrando una lámpara.

 El agua chorrea
 por mi espalda. Él toma la soga
 de mi pelo y trepa.


 SONDASI

 Cuando él se para delante mío
 yo sonrío lento como la miel,

 le ofrezco
 mis pechos espolvoreados de polen.
 Presiono mi nariz sobre su piel,
 huelo Varunika en él.
           Espera

 la palabra una caricia,
 lo desvisto
 -es la primera vez que hago esto.

 **

 Al día siguiente regresa
 y ella no está con él.

 Lo siento en la silla verde, bajita,
 me muevo en su regazo
 pongo mi boca en su oído:
       Dime lo que haces con ella

 Me dice 
 y yo le muestro
 la llama encendida en mi interior.

 **

 Varunika,
 reina de los bosques.

 Las marcas de sus dientes en sus labios
       las marcas de sus uñas en su espalda,
              su nota de amor para mí.

 **

 La flor rosa oscuro que cayó
 de su pelo mientras ella pasaba
 -la guardo cuidadosamente en mi mano: cinco pétalos,
 uno regado con pequeñas, oscuras marcas,
          ¿Hay marcas en el cuerpo de ella?

 Abriéndola, rompí el terciopelo
 interior, once estambres se alzan
 sus protuberancias tocadas de polen
 sobre la punta de mi lengua.

 Los pétalos penden
 bajo el calor de mi mirada,
 sus bordes arrugándose suavemente.


 RADIKA

 Regresa
 a mí, amado,
 y llévame en tu regazo.

 Toma mi cara
 entre tus manos,
 desátame la trenza, dura

 como cuerno de búfalo
 y atraviesa mi pelo
 con tus dedos.

 Desata mi cinturón, abre
 la tela de seda
 que cubre mi cintura,

 Deja que mis aceitados miembros, mi
 perfumada piel
 te envuelvan

 como la rosa
 se traga
 a la abeja.


 FUENTE

Modern Poetry in Translation. Third Series- Number Twelve.
Freed Speech. London, 2009.

Versiones del inglés: Robert R. Rivas (c)

jueves, 5 de enero de 2017

DE LA ANTIGUA CAMBODIA, DOS POEMAS


                                       Reina arrodillada
                                                           Período Angkor. S. XI.
                                                           Metropolitan Museum, NY  
 Los KHMER

 DEL CÓDIGO DE CONDUCTA DE LOS JÓVENES
 (Angkor, siglo XII, en pleno esplendor de la Cambodia an-
tigua)

 Se dice que el fuego es brillante,
 Pero sin duda el sol brilla más.
 Se dice que el brillo del sol
 -tan brillante, tan claro en el cielo.
 seguramente no brilla tanto
 como el divino Dharma
 del Buda.

 El fuego brillante pierde deseo,
 El fuego brillante termina su tiempo,
 Se pierde, extingue, extinto.
 El sol brillante navega alto
 En el cielo y con la misma seguridad se hunde
 Y mientras se pone se torna opaco,
 Sus rayos empalidecen.

 Pero piensa en el precioso Dharma:
 Brillante y más que brillante
 En este mundo y no menos brillante
 En el próximo mundo al que atraviesa:
 Brilla en la distancia inmensa, su
 Virtud es ejemplar, inextinguible
 Su gloria.




 CANTO

 ¡Tristeza al atardecer!
 Ahora, a lo largo de los arroyos
 Bandadas de martín pescadores emperchan.
 ¡Tristeza al atardecer!
 Ahora bandadas de mirlos 
 Se han instalado en lo alto de los árboles- sdok.
 Pero mi enamorada y yo
 Nunca nos miramos a la cara:
 Vemos tan sólo qué distantes están
 Su país y el mío.
 Al atardecer me quito el turbante
 Y camino a lo largo del borde de la selva.
 Camino, camino, y mis ojos la buscan,
 Camino a lo largo de la selva, 
 ¡Y ahí está ella, sacando agua!
 Pero es la estrella de la mañana,
 Que viene a sacar agua
 Ahí, del brumoso cielo.


FUENTES
El primer texto proviene de Keith Bosley. Poetry of Asia.
Five Millenniums of Verse from Thirty three Languages.
Weatherhill, 1979.
El segundo texto proviene de Willard Trask. The Unwritten 
Song. Poetry of the Primitive and Traditional Peoples of the
World. Volume II. The Macmillan Company, 1967.

Versiones del inglés: Robert R. Rivas (c)


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