viernes, 30 de octubre de 2015

SIN OLVIDO: LA POESÍA TRANSPARENTE DE PHILIPPE SOUPAULT

 
 

Philippe Soupault nació en Chaville, una ciudad próxima
a París, el 2 de agosto de 1897. Familia de clase media. Su
padre era médico, y al parecer un hombre muy agradable,
pero murió cuando Philippe tenía sólo 7 años. Una tía ma-
terna se casó con Louis Renault, quien creara la fábrica que
hoy es mundialmente famosa. Al parecer era un pésimo em-
pleador, una suerte de tirano, por lo que nuestro poeta lo
satiriza en una novela llamada El Gran Hombre publicada
en 1929. Eso quiere decir que Soupault no sólo escribía poe-
sía, sino también ensayos, y ficción. A los 17 años le envía
un poema -'Depart'- a Apollinaire y poco después éste le
presenta a André Breton. Antes de eso, en 1913, pasa sus
veranos en Cabourg, lugar en el que Proust escribía desde
el Grand Hotel, en el que había reservado cinco habitacio-
nes para garantizarse el silencio a su alrededor. Al año si-
guiente Soupault viaja a Londres, "donde la visión de las
barcazas sobre el Támesis, llenaron su imaginación de imá-
genes poéticas".
 Comenzó a estudiar abogacía, pero fue reclutado a causa
del desencadenamiento de la Primera Guerra Mundial y
enviado a la artillería. Estando allí fue utilizado para pro-
bar una vacuna anti-tifoidea, de resultas de lo cual tuvo que
ser hospitalizado. En el 18 conoce a André Breton y se con-
vierten en amigos. Al año siguiente se casa con "Vic" Ver-
neuil. Ese mismo año comienza a editar con Breton y con
Aragon la revista Littérature, y en el número de octubre pu-
blican en colaboración, él y Breton, el famoso texto Los
campos magnéticos. Fue Soupault el que más firmemente
sostuvo la posición de que los textos escritos 'automática-
mente' no fuesen retocados, como quería Breton.
 Un par de años más tarde se une al grupo Tristán Tzará.
 En 1926, Soupault es expulsado del movimiento surrea-
lista, junto a nada menos que Desnos y Artaud, acusados
de perseguir "la estúpida aventura de la literatura".
 Siempre aparecen los 'dueños' de los movimientos, los
'purismos', las acusaciones de desviacionismo, etc. En ese
momento se agregaba un factor poderoso: el movimiento
presidido por Breton, Aragon, Eluard y Péret, se afilia al
comunismo, exigiendo lo mismo de todos los integrantes
del grupo.
 Separado del grupo, Soupault sigue siendo un escritor
prolífico. Y comienza a viajar. Visitó Estados Unidos, y
enseñó literatura francesa en la Universidad de Pennsyl-
vania. En 1930 viajó a la Unión Soviética. Regreso a Es-
tados Unidos. Escribía novelas, poesía, crónicas periodís-
ticas sobre literatura, música y pintura. Viajó por todo el
mundo: España, Austria, Italia, Noruega, Checoslovaquia,
Alemania, Dinamarca, Inglaterra. En 1938 viaja a Túnez
para organizar los servicios de radiodifusión. En marzo
de 1942 es detenido por orden del gobierno títere de Pétain,
por difundir propaganda anti-fascista. Fue torturado en pri-
sión, aplicándosele incluso el electroshock como método de
tortura. Seis meses después huye a Argelia y, al finalizar
la Segunda Guerra, retoma sus viajes: Egipto, Jordania,
Turquía, Líbano, Irak, Chipre, Israel, Arabia, Camerún,
Etiopía, Sudán, Congo, Somalía, Angola, Mozambique,
Madagascar. Luego Grecia, Yugoslavia, Méjico y Centro-
América. Sus curiosidades exceden ampliamente el campo
de la literatura: le interesan el teatro, el jazz, los coros ne-
gros, Isadora Duncan, Chaplin y el music-hall, entre muchas
otras cosas. 
 Su poesía conserva una gran claridad, en medio del lengua-
je disparatado, onírico o absurdo del surrealismo. Su tono
es suave, destituye los procedimientos de la poesía clásica,
como la rima y ciertos ritmos silábicos, jugando en cambio
con combinaciones sonoras, aliteraciones y asonancias.
 Posee la rara virtud de generar sorpresa con mucha facili-
dad. Es alguien que ha conservado siempre un gran entusias-
mo por la vida y sus maravillas.
 Trabajó para la Unesco, en la radio, en el periodismo y en
el cine. Su poesía espontánea, fresca y delicada permanece
absolutamente vigente.
 En 1974 obtuvo el reconocimiento del Gran Premio de
Poesía de la Academia Francesa.
 Murió en París el 11 de marzo de 1990.






  RUTA

 La voz de ella se posa en mi memoria.
 Mi cuerpo hamaca mis pensamientos para dormir.
 Los hilos del telégrafo se esfuman en la distancia.

 Piedritas que chocan, su sonido el golpe del medioía.


 DOMINGO

 El biplano se traslada a través de los hilos del telégrafo.
 La fuente canta la misma viaja canción.
 En el bar del taxista, los tragos son anaranjados,
 pero los ojos de los que manejan las máquinas son blancos.
 La dama ha perdido su sonrisa en los bosques.


 MEDALLA SALVADORA

 Mi nariz corta el aire,
 mis ojos colorados de reírme.
 A la noche, junto leche y luz de luna
 y corro sin mirar atrás.
 Si los árboles detrás mío se asustan,
 me importa un comino.
 Es grandioso estar indiferente
 en el medio de la noche
 adonde va toda esta gente,
 el orgullo de las ciudades,
 los músicos de los pueblos.
 La multitud está bailando, con furia,
 y yo soy sólo ese anónimo transeúnte
 o algún otro cuyo nombre no logro recordar.


 ELEMENTOS DEPORTIVOS

 Valiente como un sello postal, siguió su camino,
 contando sus pasos con suaves golpes de sus manos.
 Su corazón, rojo como un jabalí salvaje,
 seguía latiendo, latiendo
 como una mariposa, rosa y verde.
 De vez en vez
 plantaba una pequeña bandera de raso.
 Cuando hubo caminado un largo trecho,
 se sentó a descansar
 y se quedó dormido.
 Desde ese día
 hay montones de nubes en el cielo,
 montones de pájaros en las ramas,
 montones de sal en el mar.
 Y hay montones de otras cosas, también.


 EL SEÑOR ESPEJO

 1
 El señor Espejo, vendedor de ropa,
 está muerto desde anoche en París
 es de noche
 está oscuro
 es noche oscura en París.

 2
 Nieve nieve permanece en Noruega
 Sólo hasta que yo aprenda solfeo

 3
 Toma tu más bello caballo blanco
 y tu fusta y tus guantes
 corre a la ciudad cuanto antes
 y mira el bello castillo
 El bello castillo en el bosque
 que pierde sus hojas sin pesar
 al galope al galope amigo mío
 que no todo es rosa en la vida.





 INDIFERENCIA

 POEMA CINEMATOGRÁFICO

 Escalo por una ruta vertical. En la cima se extiende una
llanura donde sopla un viento violento. Delante mío, unas
rocas se inflan y devienen enormes. Agacho la cabeza y pa-
so a través de ellas. Arribo a un jardín con flores y con unas
hierbas monstruosamente grandes. Me siento en un banco.
Aparece bruscamente a mi lado un hombre que se transforma
en mujer, después en un viejo. En ese momento aparece otro
viejo que se transforma en un niño y luego en mujer. Más tar-
de, poco a poco, una multitud despareja de hombres, de muje-
res, etc., gesticula, mientras que yo permanezco inmóvil. Me
levanto y todos desaparecen, me instalo en la terraza de un
café, pero todos los objetos, las sillas, las mesas, los arbustos
en los maceteros, se agrupan en torno a mí y me molestan,
mientras el mozo gira alrededor del grupo con una rapidez uniformemente acelerada; los árboles agachan sus ramas,
los tranvías y los autos pasan a toda velocidad; yo me lanzo
y salto por encima de las casas. Estoy sobre un tejado enfren-
te de un reloj que se agranda, se agranda, mientras sus agujas
giran más y más rápido. Me arrojo del tejado y en la vereda
enciendo un cigarrillo.


 ANTEDECIR *

 Inclínate
 y perfora la lisa superficie

 Naranjas
 azules
 grises
 bermellones
 deslizan y nadan
 mis poemas

 En todo el derredor de mi pensamiento
 giran
 los peces verdes


* Avant-dire es un neologismo de Mallarmé, que lo utiliza
en lugar de "Prefacio".


 CINE-PALACIO

 El viento acaricia los afiches
 Nada
 el cajero es de porcelana

                                       la Pantalla

 el director automático de orquesta conduce la pianola
 hay tiros de revolver
        aplausos
 el auto robado desaparece entre las nubes
 y el amante timorato compra un collar falso
 
   Pero pronto la puertas se cierran
   Hoy muy elegante
   Se ha puesto su sombrero de copa
   Y no se ha olvidado de los guantes

 Todos los viernes hay cambio de programa


 A LA UNA *

 Aquí están los cerebros aquí los corazones
 aquí los sangrientos paquetes
 y las lágrimas y llantos vanos
 de manos dadas vuelta
 Aquí está todo el resto en desorden
 Todo lo que la agonía de la muerte llora
 El viento puede muy bien soplar salvaje
 gesticulando
 o silbar bajito como un animal astuto
 y el tiempo colapsa
 como un gran pájaro is
 en esta loma en la que nacen las burbujas
 Nada permanece después de todo
 sino esta ceniza sobre los labios
 este sabor de ceniza en la boca
 para siempre

 * Este poema pertenece a la serie escrita desde la cárcel.






 POEMAS DESDE LA CÁRCEL DE SAN PELAGIA


   I

  Miércoles en una barcaza
  y tú sábado como una bandera
 los días tienen coronas
 como reyes u hombres muertos
 flexible como un beso mi mano
 descansa sobre frentes encadenadas
 Una niña llora por su muñeca
 y tendremos que empezar todo de nuevo
 Lunes y martes a sangre fría
 cuatro jueves fuera del trabajo


   II

 Un hilo se desenreda
 una sombra cae
 una mariposa estalla
 crisálida o luciérnaga


   III

 Quien monta
 la tormenta
 un globo
 luna de miel o de plata
 Cuatro por cuatro
 Busquemos a los niños
 los padres de los niños
 los niños de los niños
 las campanas de primavera
 los comienzos del verano
 las arrepentimientos de otoño
 el silencio del invierno
 un elefante en esta bañadera
 y los tres niños durmientes
 cuento singular singular
 cuento del sol poniente

 
 DOS COMENTARIOS DE SOUPAULT ACERCA DE
SU CONCEPCIÓN DE LA POESÍA


 a) "Lo insólito no es solamente, como pretenden los diccio-
narios, aquello que es contrario al uso, a las reglas, a los há-
vitos. Para mí es lo único verdadero en este mundo en que
todo es falso, convencional, aceptado, "como debe ser", exi-
gido e impuesto por el vulgo, porque teme. ¿A qué? A todo,
pero sobre todo a él mismo, a su rostro en el espejo, a su
mezquindad automática, a su vértigo semanal, a su sexo, a
su existencia misma... Mi ambición es ser el explorador de
lo insólito. Estoy todavía en el sueño del dominio descono-
cido. para mí sólo existen esos pocos días al mes en los que
me siento de acuerdo con el universo que prefiero."

 b) "No sé qué hubiese sido de no haber conocido la poesía;
he dedicado mi vida a la poesía. Sé que es una liberación, que
gracias a ella me purifico, me evado, encuentro un yo que es-
toy seguro, es sincero, natural, sin dobleces, cuando puedo,
sin circunstancias atenuantes, encontrar la poesía. Esta pala-
bra que para algunos no es más que un pretexto de burla u
ocasión para malentendidos, para mí representa un mundo a
través del cual puedo comprender por qué he nacido. Una pa-
labra, un fulgor, un sonido, bastan, no ya para hundirme, sino
para alzarme en un universo que me pertenece y al cual yo
pertenezco, y con el que, si se me permite expresarme así,
formo cuerpo."

 Estas notas acerca de su poética fueron tomadas de la obra
de Manuel Alvarez Ortega, "Poesía Francesa Contemporánea.
(1915-1965)", que editara Taurus en 1967.

Philippe Soupault no ha sido editado en castellano, que yo
sepa, salvo en su obra a cuatro manos con André Breton,
Los campos magnéticos, que publicara Tusquets en 1976.
Del resto de su extensa obra sólo hay publicados algunos
poemas sueltos.
Llamé "trasparente" a su poesía, pero también se podría des-
cribirla como "transaparente".
El problema es que este mundo no sólo corre, sino que, ade-
más, acelera. No hay mucho tiempespacio para mirar atrás.
Ese atrás en el que van quedando poetas como Soupault.



 
 FUENTES

Louis Simpson. Modern Poets of France. A Bilingual Antho-
logy. Story Line Press, 1997.
Paul Auster. The Random House Book of 20th Century
French Poetry. Vintage, 1984.
Mary Ann Caws. The Yale Anthology of Twentieth-Centu-
ry French Poetry. Yale Univ. Press, 2008.
Carolyn Forché. Against Forgetting. Twentieth-Century Poe-
try of Witness. (Los poemas desde la cárcel). W. W. Norton
& Company, 1991.

Versiones del inglés: Robert R. Rivas (c)




 
 
 




martes, 20 de octubre de 2015

20 POETAS SUECOS

 



 En alguna ocasión he dicho que si puedo elegir un 'regreso',
me gustaría ser sueco. Pero, si fuese posible, teniendo algún
pequeño cuarto con vista al gran canal en Venecia. Dicha esta
pavada, paso a hablar brevemente de la poesía sueca.
 La más temprana poesía sueca no ha dejado muchos re-
gistros. Hay inscripciones rúnicas y se sabe que estaba muy
difundida la poesía oral. Puede haber trazas de poesía sueca
en el Beowulf así como en el Ynglingatal.
 Ya en los siglos XIII y XIV, las baladas folclóricas son muy
ricas, comparables a las escocesas, tanto en su estructura co-
mo en su espíritu.
 Salto al siglo XX. Uno de sus poetas más importantes es
Pär Lagerkvist (1891-1975) que al final de la Primera Guerra
Mundial, estaba imbuido, como sus pares, de un profundo pe-
simismo, así como un cuestionamiento religioso. También
Erik Blomberg (1894-1965) encabeza el movimiento moder-
nista sueco. Ambos influyen en las nuevas generaciones. En
1929 aparece la decisiva antología Cinco jóvenes poetas, en-
tre los cuales se hallan Harry Martinson y Artur Lundkvist,
inspirados tanto en las ideas freudianas como en cierto pri-
mitivismo poético, como el de D.H. Lawrence. Gunnar
Ekelöf (1907-1968), que comenzó su actividad poética en
el campo surrealista, elabora más tarde una obra extraordina-
ria, utilizando principios musicales de estructura poética, así
como una sintaxis no-lógica, y telescopía verbal, al modo
de James Joyce.
 Hay más lectores que deportistas en Suecia y sus bibliotecas
resultan más visitadas que sus estadios. Ya hemos publicado
poemas de Tranströmer, así como de otros varios poetas sue-
cos. Es que el género poético sigue siendo el género literario
por excelencia en Suecia. Como ocurre en otros países nórdi-
cos -claramente a la cabeza de la civilización de todos los
tiempos, a mi entender- los escritores pueden dedicarse de
lleno a su tarea, ya que reciben un gran apoyo del estado.
Recuerdo ahora la visita de un escritor finlandés a la Argen-
tina y su entrevistador le pregunta a qué se dedica, cómo se
gana la vida. Él le responde que es "escritor". Entonces el
cronista insiste, "Sí, ¿pero de qué vive?" - "No entiendo la
pregunta", le dice el finlandés, "le dije que soy escritor".
Hubo que explicarle que las cosas no funcionaban así en
otras partes. Entonces comentó que el Estado compra una
cantidad de ejemplares de cada libro editado... para distri-
buirlos entre las múltiples bibliotecas de su país. Y que ese
ingreso, por sí sólo, bastaría para sostenerse económicamen-
te. No necesitó mencionar las becas y subvenciones.


 WERNER ASPENSTRÖM (1918-1997)

 CARTA DE NIEVE

Una carta te envío ahora,
hermana en la baranda azul,
una carta escrita con nieve
en respuesta a tus preguntas.
Un caballo y un jinete de nieve
la llevarán hasta tu puerta.

Es verdad que la llanura es dolorosamente libre
y su severo rey es el silencio.
Dadme una montaña y un eco, pide la voz.
Un horizonte suave los ojos demandan a menudo.
Con todo, tu inquietud es demasiado grande, hermana:
pueden alzarse torres de pájaros en estas campiñas,
y palomas blancas atravesar la neblina nocturna,
los recuerdos construir sus cuevas,
y los sueños encender sus lámparas.

Es verdad lo que preguntas sobre el viento.
A menudo fuimos inducidos a salir por descuido:
alguien oyó pasos; alguien, voces.
Siempre fue el mismo viento filoso
entremezclando nieve con nieve.
Por eso el día puede hacerse largo, pero quienes esperan
comparten su espera.
Los que están despiertos comparten su vigilia
y los que duermen se dan cita en los sueños.

Por supuesto que hay calor entre nosotros,
aunque hayamos sido hechos de nieve;
un fuego hacia el que tendemos las manos,
aunque no arda con llamas.
Quienes tan largamente vivimos bajo bóvedas de escarcha,
podemos ser alzados de repente como por una ola,
podemos ser atravesados por un amor desconocido,
un himno inmenso que los frágiles tubos del órgano de la
                                                                                 [sangre
nunca nos hizo oír.

Una carta te escribo,
hermana en la baranda azul,
un mensaje de que habré de quedarme
y quizá nunca volveré.
He tomado un vino de nieve,
amo a una mujer de nieve.
De nieve es el jinete, de nieve el caballo
que esta carta lleva ahora hasta tu puerta.


 LARS HULDEN (n. 1926)

 Amar la tierra natal
 era en un tiempo la cosa más hermosa
 que podías hacer.
 Y sigue siendo hermoso todavía
 según el modo de pensar de mucha gente
 (aún el mío).
 Pero tienes que recordar
 que este tipo de amor es unilateral.
 Tu tierra natal te matará
 sin el más leve reparo.
 Trepa a un árbol y salta,
 y tu tierra natal te matará.



ERIK LINDEGREN (1910-1968)

 LA PRADERA

Amo el día en nuestros cuatro ojos
  lo invisible en estas flores
  el ombligo de las palabras

(la gota de un recuerdo)

(una vez quisieron ahogarme)
    por fin libre
la fe de la mariposa en el viento.


 GUNNAR EKELÖF (1907-1968)

 ENSUEÑO

Solo, de noche, me encuentro mejor:
solo con la misteriosa lámpara,
libre del inoportuno día,
inclinado sobre un siempre inconcluso trabajo.
¿No sale el 'solitario'? ¿Y qué?
Tengo la noche. En algún lado,
muy lejos, todos duermen. En mi memoria
se escuchan flautas de coribantes que anuncian:
El gran Pan ha renacido
y la verdad ya fue dicha una vez.
¿Por qué, por lo tanto, inquietarse?
Mas escuchen aquí,
distraídos, al viento en la noche
y la lengua de los eternos caminantes.



JOHANNES EDFELT (1904-1997)

DOS
                     A Brita Elisabeth Ester

 Tu mano en la mía, juntos vamos hacia la noche y las
cenizas. Tú, cuyos pasos oigo a mi lado, las heridas de
tu vida se volvieron mías, tu dolor y tu alegría resonaron
en mí como fugas en tubos de órgano. Tu mano en la mía-
hasta, cuando llegue el tiempo, que uno de nosotros afloje
su apretar en el otro y se deslice hacia la innombrabilidad
de la noche.


 HARRY MARTINSON (1904-1978)

 MITO TROPICAL

 La lluvia arrojó su red sobre la selva,
atrapando al demonio de la sequía.
Los relámpagos sostuvieron alta su lámpara,
titiló, se apagó, se volvió a encender
hasta que todo hubo terminado
y los árboles se sacudieron la humedad.
Todo se volvió claro de nuevo.
Los monos tejieron
a la ascendente luna
en una blanda cesta de lianas.
La luna escapó
pero soltó ascuas
sobre los voladores monos carayá en sus ramas
de los árboles de mora:
Así es como nacieron las luciérnagas.


ARTUR LUNDKVIST (1906-1991)

 EL TENEDOR

Con él prolongas la mano, reemplazas la garra del ave de
                                                [rapiña y la zarpa de la fiera.
Con el tenedor perforas la carne más cruda sin mancharte
                                                             [los dedos de sangre.
Con el tenedor mantienes distancia con el animal muerto.
Con el tenedor puedes comer de guante blanco, y conservar
              [tus manos refinadas y bien cuidadas y no necesitas
                                              [quitarte los anillos para comer.
Gracias al tenedor puedes pulirte las uñas o pintártelas, cor-
            [tártelas al ras o dejarlas crecer, pálidas, frágiles, co-
                           [mo las sombras transparentes de una zarpa.
En realidad deberías comer con un tenedor en cada mano y
                   [rasgar la carne con ambos. El cuchillo es sólo
                   [el instrumento propio del crimen y no debería
                   [estar nunca en la mesa (los tajos de cuchillo en
                   [la carne arruinan su sabor y hacen brotar sangre.
Sabes distinguir perfectamente entre el tenedor de carne y el
                    [de pescado: por sus dientes cortos y anchos, es-
                    [te último nos recuerda el arpón de pesca, el tri-
                    [dente del dios del mar.
El tenedor es tu intermediario, tu criado fiel: con él extiendes
                    [tu señorío y estableces una distancia digna con
                    [tus acciones. No precisas tocar siquiera a la víc-
                    [tima, ni siquiera al comértela.



 ARNE JOHNSSON (n. 1950)

De Cambios

 BOCETO XXV

 El balde del aguatero está lleno,
él derrama su amor sobre
el ganado, los cazadores y la gente. Ahora es
Agosto, el mes del depredador:
                                                 Agua, cenizas, tierra caliente,
el mes de fuego. Somos niños que por un tiempo
borran a la muerte. No puedo hacer más, me dices.
No te olvides del río, te digo con la lengua de un león. Es
Agosto,
el aguatero derrama
su lluvia sobre nuestras
espaldas, nos levanta. Quiero que tú
me digas que no hay ninguna
muerte. Él baja su balde, lo llena
derrama nuestro edén terrestre sobre nosotros.
Nos convertimos una y otra vez
                           (muero de aquello que no me dices)



BRUNO ÖIJER (n. 1951)

 El lago dormía
bajo una frazada
una frazada de olas
los viejos
caminos de gravan dormían
dormían con sus brazos rodeando las casa
el trueno dormía
un peine
y un espejo dormían
todo dormía
todo aquello que alguna vez durmió
tu rostro dormía
una rama dormía
dormía en un jarrón



KATARINA FROSTENSON (1953-   )

SONETO DE SOMBRA DE UN REGALO

Día de Cecilia, Día de Celan
después de y en el otro
la delgada dicha de la monotonía
lenta incolora llovizna
Música miope sobre el campo
El peso es lo que debería sentirse
Sólo una clase de luz trabajando
en las tiras de neón y blanco gráfico
Sobre una elevación una casa
monolítica y gris-niebla
es la condición,
lo que es urgente, lo que suave
penetra, proviene
de vos



 EVA RUNEFELT (n. 1953)

CLAVEL

Un ramo
de relámpagos de verano,
destellos de rosado profundo

A través de los cristales de la ventana los grandes pájaros
de la humedad y la plata
dividen la montaña azul con facilidad: dentro
el brillo rojo sangre de la elusiva roca
mientras nuestras manos se mezclan
en tus negros guantes

La esfera del sol detrás de una sábana de ceniza
y caballos grises como surgidos de las chimeneas
Las cabezas soltándose de sus cuerpos
Entre el rincón derecho de mi boca
y mi mejilla izquierda
tú plantas una súbita media-luna
con el sabor de un clavel


 ANN JÄDERLUND (n. 1955)

 EL JARDÍN ABANDONADO

 Hoy sale un sol helado
 sobre el jardín
 Una mujer está muerta
 Sus pequeños huesos y posesiones
 yacen desparramados
 en el pasto.
 
 Entonces se levanta viento
 Y su vestido
 se alza
 en la luz.



 ELIZABETH RYNELL (1954)


 EL VIENTRE

 La cuestión de la matriz de
 la mujer. Un bote ungido de miel
 y así empujado al agua
 afuera con el bote ¿Quién
 rema? Puede
 que un dios sea el que reme  Él tiene
 manos de oro   Toma los remos

 Extraño  Ahora
 ella está siendo remada  Ahora él encuentra
 el ritmo   Ahora ella es remada
 El agua se aparta
 para ella
 y ella no pierde
 su virginidad     Salvo
 por aquel que nunca viene

 trabajo de madre
 en virginidad toda  se abren
 intocados
 para la criatura
 mientras los hombres beben
 llenos de su propia fuerza   de dientes
 beben la bebida de las mujeres  excavan
 en los cuerpos de las mujeres   saborean
 saborean esos labios

 La cuestión de las matrices de la concha qué
 decir  cómo hablar acerca de ellas  Todas las impurezas
 lanzadas sobre ellas  Bote embadurnado
 con miel  con leche   Bote
 embadurnado con semillas   Bote agujereado

 y como en los viejos tiempos
 allí está preparada
 para un invitado inesperado
 allé está preparada
 en espera  un fuentón  un vaso   Bebe
 mi amigo

 La matriz. La cuestión
 de la matriz

 a lo lejos en
 la niebla del placer ella permanece
 intocada   Rémame
 dice ella  Déjame
 partir las aguas





 KIELL HJERN (1916-1984)

 SENTIDO PARA LA VIDA


Me siento solo y abandonado por Dios y por el hombre
y la desesperanza no está lejana. Entonces me acuerdo de
repente que tengo un par de zapatos que debo retirar de lo
del zapatero, por los cuales ha estado esperando más de un
mes que se los pague. Mi depresión ha desaparecido en un
fino aire y descubro que todavía queda algún sentido para
la vida.




 ANN JÄDERLUND (n. 1955)

 Un poema de Pronto el verano caminaré

 Dentro de un campo el sol cayó en claros colores muertos.
Y la tierra también cayó a las lombrices. Llevaron un cisne al campo y lo enterraron en la tierra negra. Un picaflor de cuello
negro. Un corazón de mantarraya con boca de paraíso. Faméli-
co respiraba más y más hondo. Enterraron sus plumas en el
campo. Y cosieron al cisne con sus propias feas semillas. Olía
como los muertos. Pero resurgió como los amados. Un resto
de garganta con ojos hermosos. Sobre el radiante collar de la
tierra. Y formó una flor.




 HÄKAN SANDELL (n. 1962)

 Nature morte: iv. Sobre una cáscara de huevo.

 La materia está muerta, supongo.
 Una vez, allá en el siglo veinte,
 encontré olvidada en mi cabina
 en el tren a Berlín, en los coches dirigidos a Polonia,
 una cáscara de huevo chupada y punzada con
 un pedazo de pajita como un rayo de sol.
 Vacía como una pelota de ping pong,
 redonda como un capullo de gusano de seda,
 un pequeño cráneo -el de a laucha, tal vez-
 de la cual alguien desconocido, un dios del destino
 o un demonio, había succionado la vida
 dejando sin embargo completamente indivisos
 cielo y tierra como uno en ese óvalo.
 Como si oyese en un caracol que contuviese el océano
 oí en esa cáscara dura
 veranos desaparecidos, lágrimas silenciosas,
 los batidos de alas sobre campos infantiles
 de pájaros, abejas y libélulas;
 oí el eco de patios escolares vacíos
 y toqué esa armadura calcárea,
 me agaché sobre esos dibujos en el asfalto,
 esas cándidas representaciones
 de los misterios del sexo más oscuro.
 Un mundo preservado y encerrado
 detrás de frágiles paredes y totalmente vivo,
 casi como sobre ese quebrado sol.



 ÖSTEN SJÖSTRAND (1925- 2006)

 LA REMOTA LUZ LUNAR DE LA MEMORIA

 La remota luz lunar de la memoria
 ensombrece el cuarto con imágenes;
 las columnas de la Acrópolis blanca como la nieve-
 
 La punta de una aguja brilla
 como escamas de pescado cerca del film de aire del mar.



 LARS LUNDKVIST (1928-2012)

 DOS VIDAS
                        Para David Wagoner

 Me acuerdo de él,
 el chico que se convirtió en un salmón

 y fue asesinado por su padre
 en la ignorancia y la confusión.
 
 Cuando el padre vio su sangre
 cavó un foso

 y se acostó en él
 sin Biblia ni libro de himnos, sin fe.

 La línea de pesca y el cuchillo de pesca
 se tragó.

 La fecha en la que esto sucedió
 no puede determinarse.


 MÄRTEN WESTÖ (n. 1967)

 OTOÑO

 Las grúas se han disuelto en el gran ojo verde
 que mira de lo bosques. Sólo la sombra
 de su arado aún se estremece como
 una señal del camino en el cielo. El viento
 del mar hace vibrar la porcelana
 en las abandonadas casas de campo. Y donde
 él cayó dormido las primeras nieves
 han construido nuevos paisajes, los castillos de arena
 del verano se han deshecho, como una
 respuesta a una de sus preguntas.



 PÄR HANSSON  (n. 1970)

 ABEDULES

 Miro televisión, observo lo que se muestra. Una casa gran-
de, de madera roja es transportada por un tractor remolque
a lo largo de la calle principal de un pequeño pueblo; la gen-
te del pueblo se alinea a lo largo de la calle y su mirada sigue
la ruta del tractor oruga. Una pareja mayor le ha iniciado jui-
cio a la municipalidad porque dos abedules de su lote han si-
do cortados sin su permiso. Los árboles estaban en el camino
cuando pasaba la casa. Los árboles bloqueaban el avance de
la casa y fueron talados por manos hábiles. Primer plano: El
sollozar contenido de la señora mayor mientras narra cómo
su propia madre siendo joven había plantado los dos abedu-
les. Segundo primer plano: Los pies de su marido, como si
se hubiesen vuelto de piedra, junto a los tocones y el serrín
desparramado en el pasto. La casa es transportada delante del 
mercado del pueblo de Vänäs; la calle está alineada de gente.
Hombres y mujeres asienten y charlan, los chicos comen ca-
ramelos y helados. Parece un desfile.  Como un collar de cabe-
zas en frente de un bosque ardiente. Veo lo que veo. Veo lo
que es visible y me siento muy cerca de la pantalla de TV,
corro mi dedo sobre el seco, polvoriento cristal y trato de dis-
tinguir las caras en la multitud.




FUENTES

William Jay Smith/ Leif Sjöberg. The Forest of Childhood.
New Rivers Press, 1996.

Edita Page. The Baltic Quintet: Poems from Estonia, Finland,
Latvia, Lithuania and Sweden. Wolsack and Wynn, 2008.

Anni Sumari & Nicolai Stockholm. The Other Side of Land-
scape. An Anthology of Contemporary Nordic Poetry. Slope
Editions, 2006.

Wayne Miller and Kevin Prufer. New European Poets. Gray-
wolf Press, 2008.

Versiones del inglés: Robert R. Rivas (c)



Otros textos vinculados:

sábado, 10 de octubre de 2015

DOS VOCES DEL CUERPO Y UNA EXTRAÑA NOTA




1

 Y de pronto,
 así como los fuertes vientos
 que durante toda la tarde
 batieron una y otra vez
 las persianas abiertas
 de la casa abandonada,
 y que parecían inextinguibles,
 con el anochecer
 se apagan misteriosamente,
 así se pliega sobre sí misma
 esta enorme planta
 que habitaba
 hasta ahora
 mi cabeza


 2

 En el macizo central,
 en las cordilleras y encrucijadas del cuerpo,
 vive la herida.
 Herida no vuela, no corre.
 Corta, saja, lacera, hiende.
 El día la abre
 y la noche no la cierra.
 Reposa en un limo fresco
 como un gordo pez de espinas y filos.
 Asentándose como una roca que siente
 y exsiente
 extendiendo día a día sus dominios.
 Muchas veces parece ser lo único vivo
 en el silencio del cuerpo.
 Herida sorda y sobre todo ciega, que siega.
 ¡Qué herida!
 En algún momento parece que se alzará
 de su lecho
 y echará a rodar 
 su por ahora inmóvil ejército
 de un millón de fichas-espina.
 Como que el cisne negro se alzara del agua
 para convertirlo todo en noche.

 Hasta entonces, piensa la Herida,
 seré siempre quien no he sido.


 LA NOTA

 Del diario del explorador Hossmunssen: "¡Qué poca certi-
dumbre nos queda! ¡Y el camino de regreso es infinitamente
largo! Uno de los perros aún nos es leal, y si logramos que
convenza al resto, todavía tendremos esperanza. Unas cabras
salvajes andan de a un paso mientras arrancan la escasa hier-
ba que queda entre las piedras heladas. Grandes grietas se han
abierto al comenzar el deshielo. ¿Cómo pueden, realmente, es-
tar cabras y paisaje tan ajenos a nosotros y a nuestras graves preocupaciones?"



UN PUÑADO DE POEMAS DEL TARDÍO T'ANG

 Encontré estas traducciones que hice ya hace unos cuan-
tos años. Después buscaré las fuentes. O no. Mejor lanzar-
los, así como el viento arranca pétalos y hojas sin preguntar
a quién le pertenecen.


 HAN YÜ (768-824)



 UN ÁRBOL MARCHITO

Ni un vástago ni una hoja del viejo árbol.
El viento y la helada ya no lo dañarán.
Un hombre podía atravesar el agujero de su panza,
las hormigas se arrastran buscando bajo sus despegadas
                                                                         [cortezas.
Su único huésped, el hongo que muere en una mañana.
Los pájaros ya no lo visitan al atardecer.
Pero su madera aún puede chispear yesca.
Aún no es su deseo ser el corazón del vacío.


["El corazón del vacío", es tanto el hueco en el interior
del árbol como el ideal budista de la mente liberada de lo
ilusorio de un cuerpo material. Leía en estos días "Vacío
y plenitud", de Francois Cheng, que se proclama discípulo
de Lacan, que se proclama discípulo de Cheng, que la no-
ción de vacío es absolutamente fundamental en las filoso-
fías chinas derivadas del Libro de las mutaciones.]

 HAN YÜ

 ANOCHECER: PARA CHANG CHI Y CHOU KUANG

La luz del sol se hace más fina, el paisaje se vacía:
De regreso de un paseo, yazgo bajo los aleros del frente.
Las nubes de buen tiempo como lanilla rasgada
Y la luna nueva como la hoz afilada.
Un goce por los campos y los páramos se agita en mí.
La ambición de las túnicas oficiales hace rato que se ha
                                               [convertido en repugnancia.
Mientras viva, ¿tomaré nuevamente tu mano
Suspirando porque pronto se acabarán nuestros años?


TU MU (803-852)



 POEMA DE DESPEDIDA

La pasión demasiado profunda no se parece a nada.
Mientras bebemos, nada se muestra excepto la sonrisa
                                                                  [que no vendrá.
Las velas de cera sienten, sufren en las despedidas:
Sus lágrimas gotean por nosotros hasta que el cielo se aclara.


VIAJANDO EN LAS MONTAÑAS

En lo alto de las heladas montañas el sendero de piedra
                                                                               [decliva:
Donde nacen las nubes blancas has casas de personas.
Detén el carro, siéntate y disfruta de la llegada de la noche
                                                             [en el bosque de arces;
Las escarchadas hojas están más rojas que las flores del se-
                                                                            [gundo mes.

                            Fragmento de escritura de Tu Mu


EL FRÍO DEL NORTE

El cielo brilla, un lado negro y tres lados púrpura.
El hielo del Río Amarillo se cierra, peces y dragones mueren.
Cortezas de tres pulgadas de espesor se parten a través del
                                                                                     [grano.
Carros de doscientos kilos de peso montan el agua del río.
Flores de escarcha sobre le pasto, grandes como monedas.
Blandientes espadas no atravesarán el cielo neblinoso,
Rompiéndose estrepitosamente el hielo vuela en los arremo-
                                                                        [linados mares,
Y las cascadas cuelgan insonoras en las montañas, arco iris
                                                                                    [de jade.


LI SHANG YIN (813-858)



(Chang O robó la hierba de la inmortalidad y huyó a la luna.
Porque la luna es blanca, se la denomina 'la Belleza Blanca'.
'En el tercer mes de otoño, la Doncella oscura emerge para
enviar la escarcha y la nieve'. De Tu Fu, 'Los despojos del
otoño, N° 4'.)

CH'ANG O

La lámpara brilla profunda en la pantalla de mica.
El largo río desciende lentamente, la estrella de la mañana
                                                                              [se ahoga.
¿Está arrepentida Ch'ang O de haberse robado la hierba má-
                                                                                       [gica,
Entre el cielo azul y el océano esmeralda, pensando noche
tras noche?


LUNA ESCARCHADA

Primeros llamados de los gansos migrantes, no quedan ciga-
                                                                                         [rras.
Al sur de esta torre de treinta metros el agua corre derecho al
                                                                                        [cielo.
La Doncella Oscura y la Belleza Blanca resisten juntas el frío,
Rivales en elegancia entre la escarcha de la luna.

viernes, 2 de octubre de 2015

UNA SUTIL POETISA SUECA: JOHANNA EKSTRÖM

 


Nació el 9 de mayo de 1970, en Estocolmo. Hija de Per Wäs-
tberg y de Margareta Ekström, ambos críticos literarios, adop-
tó el apellido materno, por razones que desconozco. Escrito-
ra y artista visual, ha publicado varias colecciones de poemas,
un libro de cuentos y una novela, así como ha exhibido su arte, consistente en instalaciones, esculturas y fotografías, en diver-
sos lugares de Suecia. Está casada con Tomas Lappalainen, un
periodista sueco que se ha destacado por sus publicaciones a-
cerca de la Cosa Nostra.


 (a)

 La criatura que no puede darse vuelta en su madriguera
 cava aún más estrecho
 conozco a la criatura
 que rebusca en su cubil
 que se obliga a respirar con calma
 entre las engañosas raíces en el barro

 La criatura se rehúsa a retroceder
 no hay lugar para darse vuelta
 se arrastra en las profundidades
 se piensa a sí misma ahí
 y más allá



 (b)

 Quiero petrificarme después de todo
 ¿Cómo puedes cerrar los canales?
 Todo puede ser destruido y
 ser entregado
 estoy nadando contra una suave
 suave corriente
 tengo un mensaje

 Tengo un ojo de oscuridad
 quiero ser una
 sola palabra




 (c)

Me estoy enterrando en un agujero
 en la tierra
 y vos no podés encontrarme
 ¿De quién es la culpa?
 Tengo un agujero en mi corazón
 Te arrulla el dormir

 El olor de las raíces
 perlas
 bajo la nieve



 (d)

 Cuando los caminos permiten ser deambulados
 donde el trasfondo emerge con el día
 y todo se deja a sí mismo expuesto
 ser atravesado por el brillo así
 nosotros que nos movemos ahí nos volvemos
 señales unidimensionales
 Sobre los acantilados junto al mar
 la tentación del cuerpo
 ya no un recurso
 Hay moradas vacías
 noqueadas derramadas
 como encinas de mar
 Están en el aire
 como lo está la sal



 (e)


 Graneros después de la luz
 su tiempo de respirar
 con negras bocas-diurnas

 En una noche de diciembre
 la negrura se intercambia
 por un espacio más amplio
 un conocimiento silencioso
 que el día torna obsceno

 El granero porta
 el tiempo de la oscuridad en su boca



FUENTE

Edita Page (ed.), The Baltic Quintet: Poems from Estonia,
Finland, Latvia, Lithuania and Sweden. Wolsak and Wynn
Publishers Ltd., 2008.
 
 Versiones del inglés: Robert R. Rivas (c)