jueves, 9 de septiembre de 2010

TEXTOS DE LOS INDIOS DE AMERICA DEL NORTE


"CAMBIO DE MUNDOS" es otro libro inédito, como "ORÍGENES" y como "BLILKLA- IDIOMAS OLVIDADOS".
Reúne algunos centenares de textos de los Indios de Amé-
rica del Norte, o, mejor dicho, de América al Norte del Río 
Grande (Estados Unidos y Canadá).
¿Es necesario decir que no existe ningún otro libro en caste-
llano de estas características? ¿Sirve de algo saberlo?
¿Le interesará a alguien todavía saber lo que cantaron, conta-
ron y dijeron esos hombres y mujeres pertenecientes a 600 tri-
bus distintas, pero unidos por una concepción del mundo (na-
tural y humano)?

CAMBIO DE MUNDOS está constituido por canciones tradi-
cionales de los pueblos originarios y por testimonios que son
producto de las acciones del conquistador blanco.
Más de 350 años después de la caída de los Grandes Imperios Indígenas, Mayas, Aztecas e Incas, los Indios de América del 
Norte seguían luchando por sus territorios físicos y culturales.
Según John Collier, Comisionado de los E.E.U.U. para los 
Asuntos Indios desde 1933 a 1945, "entre 1862 y 1867, las 
guerras contra los Sioux, los Cheyenne y los Navajo solamente 
le habían costado al Gobierno de los E.E.U.U. 100 millones de dólares. El Comisionado para los Asuntos Indios en 1868 esti-
mó oficialmente que el costo por Indio muerto rondaba el mi-
llón de dólares.
Mi gran amigo Horacio Cardo desconfía de esa cifra descomunal. En ese caso, me remito a la obra de Collier: "Indians of the Americas", A Mentor Book, 1951.

Estos son algunos de los textos incluidos en "Cambio de Mun-
dos. Poemas y Textos de las seiscientas tribus." El título pro-
viene de las palabras del Cacique Seattle (de las tribus Suqwa-
mish y Duwamish): "Cada parte de este suelo es sagrado para 
mi pueblo(...) A la noche, cuando las calles de sus ciudades es-
tén silenciosas y ustedes las crean desiertas, bullirán de
retornantes anfitriones que una vez poblaron y aún aman esta hermosa tierra. El hombre blanco jamás estará solo.
Esperemos que sea justo y que conviva amablemente con mi pueblo, ya que los muertos no carecen de poder. ¿Muertos, di-
je? No hay muerte, sólo un cambio de mundos."


 CANCIÓN (PAPAGO)

El sol está partiendo lentamente,
Se vuelve lento al ponerse,
Negros murciélagos se precipitarán cuando el sol se haya ido,
Eso es todo.

Los niños-espíritu están debajo,
Se mueven hacia atrás y hacia adelante,
Ruedan jugando sobre manojos de plumón de águila blanca,
Eso es todo.


LAS ÚLTIMAS PALABRAS DEL CACIQUE CROWFOOT (PIES NEGROS)

¿Qué es la vida? Es la llamarada de una luciérnaga en la noche.
Es el aliento de un búfalo en tiempos de invierno.
Es la pequeña sombra que corre a través de la hierba y se pierde
en el atardecer.


 FIORDO DE PRIMAVERA (ESQUIMAL)

Yo había salido en mi kayak
navegaba mar afuera en él
Yo remaba
muy suavemente en el fiordo Ammassivik
Había hielo en el agua
y en el agua un petrel
Giró su cabeza hacia acá hacia allá
No me vio remando
De pronto nada sino su cola
Luego nada
Se sumergió pero no por mí:
enorme cabeza sobre el agua
gran foca peluda
gigantesca cabeza con ojos gigantes, bigote
toda brillosa y chorreante
Y la foca vino suavemente hacia mí
¿Porqué no la arponeé?
¿Tuve lástima de ella?
¿Fue el día, el día primaveral, la foca
jugando en el sol
como yo?


CANCIÓN DE AMOR DE UN HOMBRE JOVEN (KWA-
KIUTL)

Cuando quiera que como, como el dolor de tu amor, señora.
Cuando quiera tengo sueño, sueño con mi amor, mi señora.
Cuando quiera me acuesto en la casa, me acuesto sobre el
                                                   dolor de tu amor, señora.
Ya que cuando quiera camino por ahí, piso sobre el dolor de
                                                                   tu amor, señora.

DISCURSO DE RENDICIÓN DEL CACIQUE JOSEPH 
(NEZ PERCÉ)

Estoy cansado de guerrear. Nuestros caciques están muertos.
Cristal-de ver está muerto. Toohulhusote está muerto. Los
hombres ancianos están casi todos muertos. Son los hombres
jóvenes los que deciden sí y no. El que guiara a los hombres
jóvenes está muerto. Hace frío y no tenemos mantas. los niños
pequeños se mueren de frío. Mi pueblo, algunos de ellos, han
huido a las colinas y no tienen ni mantas, ni comida... tal vez
estén muriendo de frío. Yo quiero tener tiempo para buscar a
mis niños y ver a cuantos de ellos puedo encontrar. Tal vez los
encuentre entre los muertos. Escúchenme, mis caciques, estoy
cansado. Mi corazón está triste y enfermo. Desde donde está
parado el sol ahora, no pelearé nunca más.


CANCIÓN DE UN SUEÑO (WINTUN)

Del viejo lugar de acampar
viene un relumbrón de flores.
Yo amo las flores.
Denme flores.
Las flores aletean
Mientras el viento las alza.
Yo amo las flores.
Denme flores.


ESCUCHANDO (CHIPPEWA)

El sonido de paseantes pies
sobre la pradera:
¿Son hombres o dioses
que emergen del silencio?


CANTOS DE ORIOL (PIMA)

 1.
 Estoy sentado,
 Entre una multitud,
 Una multitud de copetes pluma-gacha,
 Fluctuante de cantos.

  2.
 Hay un nuevo sol.
 Arrójalo al este.
 Trepará,
 Alumbrará el suelo,
 Pasará sobre mí,
 Se hundirá en el oeste.

  3. 
 Montaña de Hierro,
 Montaña de Hierro,
 Sonidos poco atractivos.
 El viento corre ahí,
 Luego se detiene,
 Luego ulula.

  4.
 Voladores nocturnos,
 Pájaros que vuelan de noche
 Yéndose,
 Copetes-llama quemándose en la oscuridad.

  5.
 El sol muere,
 El sol muere.
 La tierra oscura en todas partes.
 Recién entonces cada pájaro deja de arrullar.
 La tierra no hace eco.
 Un arrendajo habla lastimeramente.
 Solitario habla a lo lejos.

  6.
 Y ahora dejamos de cantar y nos dispersamos.
 Los vientos primaverales de nuestro lugar de canto,
 Corren de aquí para allá,
 Borrando las huellas de la gente.
 Al final no queda nada.



 PALABRAS DE TECUMSEH (SHAWNEE)

 ¿Dónde están hoy los Pequot? ¿Dónde están los Narranga-
set, los Mohicanos, Los Pokanoket, y muchas otras tribus
antaño poderosas de nuestro pueblo? Han desaparecido ante
la avaricia y la opresión del hombre blanco, como la nieve an-
te un sol de verano.
 ¿Nos dejaremos destruir nosotros también, sin luchar? ¿En-
tregaremos nuestros hogares, nuestra tierra cedida a nosotros
por el Gran Espíritu, las tumbas de nuestros muertos, y todo
lo que nos es querido y sagrado? Sé que gritarán conmigo,
 "¡Nunca!
  ¡Nunca!"


 CANCIÓN (NAVAJO)

 De un modo sagrado
 Vivo.
 Los cielos 
 Miré.
 De un modo sagrado yo vivo.
 Mis caballos
 Son numerosos.



 PALABRAS DE NUBE ROJA (OGLALA SIOUX)

 ¿De quién fue la primera vos que se escuchó en esta tierra?
 La voz de los hombres rojos que sólo tenían arcos y flechas...
Lo que se ha hecho con mi nación yo no lo he querido, ni lo
pedí; los hombres blancos atravesando mi nación... Cuando
el hombre blanco viene a mi país, deja detrás suyo un sende-
ro de sangre... Tenemos dos montañas en este país -las Coli-
nas Negras y la Montaña Cuerno Grande. No quiero que el
Gran Padre trace caminos entre ellas. He dicho estas cosas
tres veces, ahora he venido a decirlas por cuarta vez.



CANTO DE DESPEDIDA DEL CAZADOR (WABANAKI)

 Mira a menudo río arriba, a menudo, a menudo.
 En primavera cuando se quiebra el hielo, mira a menudo.
 Puede ser que me veas llegando en mi canoa.
 Mira a menudo río arriba, mira de nuevo, y de nuevo.

[En el otoño, el joven guerrero parte hacia la larga cacería
de invierno, y se separa de su amada. Los Wabanakis llaman
a estas canciones "cantos de soledad".]



 PALABRAS DE ESKIMINZIN (APACHES ARAVAPA)

 De no haber sido por la masacre, habría mucha más gente
aquí ahora; pero después de la masacre, ¿quién podría haber-
lo soportado? Cuando hice la paz con el Teniente Whitman,
mi corazón estaba henchido y feliz. La gente de Tucson y de
San Javier debe estar loca. Actuaron como si no tuvieses ca-
bezas ni corazones... deben sentir sed de nuestra sangre...
Esta gente de Tucson escribe para los diarios y cuentan su
propia historia. Los Apaches no tienen a quién contarle su
historia.



 LES PREGUNTÓ QUÉ COSAS SABÍAN Y ELLOS LE
CONTESTARON (SÉNECAS)

 Sé todo acerca
 De estas  
 Diversas
 Aldeas
 Es todo 
 Lo que sé

 jiyojowehheyjiyojoeyyeheijiyojowey

 Sé todo acerca
 De estas
 Diversas
 Colinas
 Es todo 
 Lo que sé

 jiyojowehheyjiyojoeyyeheijiyojowey

 Sé todo acerca
 De estos
 Diferentes
 Ríos
 Es todo
 Lo que sé


 jiyojowehheyjiyojoeyyeheijiyojowey



 PALABRAS DE WAMDITANKA (ÁGUILA GRANDE)
(SANTEE SIOUX)

 Los blancos siempre trataron de hacer que los Indios aban-
donaran su modo de vida y viviesen como los hombres blan-
cos -ir a cosechar, trabajar duro y hacer lo mismo que ellos-
y los Indios no sabían cómo hacerlo, ni querían hacerlo de to-
dos modos... Si los Indios hubiesen intentado hacer que los
blancos viviesen como ellos, los blancos se hubiesen resisti-
do, y eso mismo es lo que ocurrió con los Indios.



 UNA PROFECÍA (KALAPUYAS)

 En los viejos tiempos, junto a las confluencias del Santiam,
 Un hombre Kalapuya se acostó en un bosquecillo de alisos
 Y soñó su sueño más lejano, Cuando se despertó en la noche
 Le dijo a su gente: "Esta tierra subyacente
 Era toda negra, toda negra en mi sueño."
 Ningún hombre pudo saber lo que significaba
 Ese sueño de nuestra enverdecida tierra.
 Nos olvidamos. Pero entonces vino el hombre blanco,
 Esos labradores de hierro, y los vimos arar el suelo,
 Los prados de flores, las pequeñas praderas junto al Santiam.
 Y supimos que íbamos a penetrar en su sueño
 De la tierra excavada y negra para siempre...



 EL ORIGEN DEL POTLATCH (QUILLAYUTE)

 Una vez apareció un extraño pájaro en el océano, delante
del poblado. Todos los jóvenes Quillayute salieron y trata-
ron de derribarlo, pero nadie le pudo acertar. Todos los días
Grajo Azul, esclavo del Águila Dorada, observaba a los ca-
zadores tratando de derribar al extraño pájaro.
 Un día Águila Dorada le dijo a Grajo Azul: "Eh, mis hijos
pueden atrapar a ese pájaro extraño."
 "Ah, no", repuso rápidamente Grajo Azul. "Son niñas".
 Las hijas de Águila Dorada oyeron lo que decían los dos
hombres, pero no dijeron nada. Al día siguiente las dos her-
manas menores se fueron a los bosques y permanecieron ahí
todo el día. Pasaron muchos días en los bosques sin contarle
a nadie lo que estaban haciendo. Aunque eran mujeres, ima-
gínense... ¡estaban haciendo flechas!
 Una mañana, antes del alba, fueron al bosque y trajeron las
flechas que habían hecho. Cuando regresaron al pueblo, to-
dos los cazadores habían ya partido en sus canoas para in-
tentar nuevamente dar caza al extraño pájaro. Las dos her-
manas se enmascararon atándose el pelo delante de la cara.
Nadie podía reconocerlas. Entonces remaron su canoa en
zigzag hasta que estuvieron cerca del ave. La mayor de las
hermanas lo mató con su tercera flecha.
 Esa noche las chicas le dijeron a su padre: "Atrapamos al
pájro y luego lo ocultamos en los bosques. Queremos usar
sus plumas como regalos, ya que son plumas de muchos co-
lores. ¿Le dirías a Grajo Azul que invite a todos los pájaros
a tu cabaña mañana?" A la mañana siguiente Grajo Azul 
partió con la invitación. Muy pronto toda clase de pájaros
se habían reunido en el pabellón de Águila Dorada. "Mis
hijas han cazado al ave extraña", explicó el dueño de casa,
"el ave de muchos colores. Ellas quieren darle un regalo a
cada uno de ustedes."
 Las niñas le dieron ciertos colores a los diferentes pájaros-
plumas amarillas y marrones a la alondra de los prados,
rojas y marrones al petirrojo, marrones solas al abadejo,
amarillas y negras al pequeño pinzón. Le dieron a cada pá-
jaro los colores que iba a tener. Las siguieron repartiendo
hasta que ya no les quedaron plumas.
 Desde entonces y para siempre, ciertos pájaros han tenido
determinados colores. Y desde entonces, ha habido potlat-
ches. Éste fue el primer potlatch, la primera distribución de
regalos de la gente que invitaba a la gente que era invitada.


[Un pequeño recuerdo para el precioso libro de Arturo Ca-
rrera, llamado justamente "Potlatch".]



 PALABRAS DEL CACIQUE SOL (HOPI)

 Había aprendido muchas palabras en inglés y podía recitar
una parte de los Diez Mandamientos. Sabía cómo dormir en
una cama, rezarle a Jesús, peinarme el pelo, comer con cuchi-
llo y tenedor, y usar un inodoro...
 También aprendí que una persona piensa con su cabeza en
lugar de hacerlo con el corazón.

 [Educado en su juventud entre los blancos en California,
regresó más tarde a vivir con su tribu. Este es un mínimo
fragmento de su autobiografía.]



 IREMOS TÚ Y YO  (WINTU)

 Es hacia arriba que iremos tú y yo
 A los largo de la Vía Láctea iremos tú y yo
 A lo largo del sendero de flores iremos tú y yo
 Arrancando flores por el camino iremos tú y yo



 DOS CANCIONES DE AMOR (APACHE CHIRICAHUA)

 1.
 Muchacha, tú me hablas suavemente,
   Tú, seguramente lo recordaré,
 Seguramente te recordaré en la soledad,
 Tus palabras son tan amables,
   Tú, seguramente lo recordaré.


 2.
 Mi amada, sin duda podríamos haber ido a casa,
 ¡Pero tú temías!
 Cuando era de noche sin duda podríamos haber ido a casa,
 ¡Pero tú temías!

[Comenta Morris Olper, en An Apache Life Way: "Hacia la
mañana de la primera de las tres noches del Rito Puberal pa-
ra niñas, las canciones sagradas se vuelven canciones socia-
les. Las canciones del tercer amanecer pueden llamarse verda-
deras canciones de amor, y uno de los informantes me comen-
tó: <Son las que más nos gustan. Las personas sencillamente
se enamoran allí cantándolas.>"]



 PALABRAS DE OURAY (UTE)

 Comprendo el destino último de mi pueblo. Seremos extir-
pados por la raza que domina, que ocupa y retiene nuestros
territorios de caza, cuyo número y fuerzas habrán de, en po-
cos años, arrancar la última traza de nuestra sangre. Caere-
mos como las hojas de los árboles cuando la helada o el in-
vierno llegan, y las tierras que hemos recorrido y habitado
durante incontables generaciones serán entregadas al mine-
ro y al arado... y nosotros seremos enterrados lejos de la vis-
ta de la nueva civilización.



 CANCIÓN DE LA DANZA DE INVIERNO (ACOMA)

 Allí en la cámara turquesa del este
 Allí esta mañana un pichón de águila
 Ha nacido.



  LA DANZA DE LOS VENADOS (COCHITI)

 La gente de Cochiti estaba viviendo en la meseta. En Je-
mez llevaron a cabo una danza de los venados (heemishi-
kia). Los danzantes se convirtieron en venados y treparon
corriendo las montañas. Jamás regresaron. Durante cuatro
días realizaron ceremonias en Jemez para traerlos de vuel-
ta, pero no lo lograron.



 PALABRAS DE COCHISE (APACHE CHIRICAHUA)

 Ustedes deben hablar rectamente para que sus palabras
viajen como rayos de sol a nuestros corazones.

 [Nos recuerda estas palabras del Cacique Joseph, de los
Nez Percé: "No requiere muchas palabras decir la verdad".
 Cochise, que en apache se llamaba Shi Kha She, lideró la 
revuelta de los apaches y su heroica resistencia a entregar
las tierras de sus antepasados. A su muerte, en 1874, fue
sucedido por el cacique Gerónimo (Goyaalé).
 Y también podemos citar al General Will Harney, de la Ca-
ballería de los Estados Unidos: "Todavía no conocí a un 
Cacique Indio que rompiera su palabra."]



 CANCIÓN DE AMOR DE UN HOMBRE JOVEN
(KWAKIUTL)

 Cuando quiera que como, como el dolor de tu amor, señora.
Cuando quiera tengo sueño, sueño con mi amor, mi señora.
Cuando quiera me acuesto en mi casa, me acuesto sobre el
                         dolor de tu amor, señora.
Ya que cuando quiera camino por ahí, piso sobre el dolor
                         de tu amor, señora.



 PALABRAS DE BLACK HAWK (HALCÓN NEGRO)
(SAUK)

 Qué maleable debe ser el idioma de los blancos, si pueden
hacer que lo correcto parezca errado, y lo errado parezca
correcto...
 Yo estaba... anonadado de enterarme de cómo la gente blan-
ca razonaba, ¡y comencé a dudar acerca de si tenían algún
patrón de medida del bien y del mal!

 Versiones del inglés: Robert R. Rivas (c)



martes, 7 de septiembre de 2010

VIDA -UN CATÁLOGO


Y la vida es un dulce que quiero comer también
Paul BIROT

El que me vivió,
y murió abandonado en la tumba de otro
Thomas BERNHARD

¿Dónde están hoy los males de ayer? ¿Dónde estarán mañana las
felicidades de hoy?
CHAUTEBRIAND

Al final, ¿qué importa más: vivir o saber que se está viviendo?
Clarice LISPECTOR

Como el agua que no tiene sino un sonido mil veces repetido
No hay descanso para tí, oh vida mía.
Georges SCHEHADÉ

La fuerza que por la verde mecha impulsa a la flor
Dylan THOMAS

Para la mayoría de nosotros la vida verdadera es la vida que no
llevamos.
Oscar WILDE

La vida es un lapso de aprendizaje musical del silencio
Alejandra PIZARNIK

Y los días no son lo suficientemente plenos
Y las noches no son lo suficientemente plenas
Y la vida pasa deslizándose como una laucha de campo
Sin sacudir la hierba
Ezra POUND

si hay un pecado contra la vida, acaso no sea tanto desesperar
de ella como esperar otra distinta y esquivarse a la implacable
grandeza de ésta.
Albert CAMUS

Contigo la muerte fue anterior
y efímera y la vida prevalece
José LEZAMA LIMA

Nosotros/ no sabemos, sabes/ nosotros no sabemos
qué es
lo válido
Paul CELAN

¿Quién quiere vivir aún?
Las promesas son más bellas.
Giogio De CHIRICO

La vida es arderse con las preguntas
Antonin ARTAUD

¿Qué es la vida? Es la llamarada de una luciérnaga en la
noche. Es el aliento de un búfalo en tiempo de invierno.
Es la pequeña sombra que corre a través de la hierba y
se pierde en la puesta del Sol.
Las últimas palabras del Cacique CROWFOOT

¡Farsa continua! La vida es la farsa que todos debemos
representar.
Arthur RIMBAUD

Tu vida es lo que diste
Giorgos SEFERIS

Vivir significa: creer y esperar, mentir y mentirse
E.M. CIORAN

Tanto peso en el pecho/ tanta agua en la jarra
Tanta sombra en el suelo/ Tanta sangre en la rampa
Jamás se acaba/ Este sueño de cristal
Pierre REVERDY

¡Oh vida, tan antigua! ¡Y tan obstinada!
André MALRAUX

Vista en su grandeza, la existencia es trágica: de cerca
es mezquina hasta el absurdo.
Jean GRENIER

Mantén despierta la esperanza y podrás hacer cualquier
cosa, y así es como el mundo va dando vueltas, así es
como hacen que siga girando. Tanta esperanza para cada
persona. Y maldito sea si no está admirablemente bien
pensado. ¿Pero qué ocurre cuando ya no esperas nada,
cuando se te ha partido el espinazo? ¿Qué es lo que pasa
entonces?
Jean RHYS

No se puede descender 2 veces el mismo río.
A los que descienden les alcanzan incesantes nuevas y
                                                        nuevas aguas.
Nosotros mismos en nuestro estado fluyente existimos
                                                      y no existimos.
HERÁCLITO de EFESO

¿Quién no se ha sorprendido alguna vez al salir del metro
al aire libre y verse caminando, arriba, a plena luz del sol?
Y, sin embargo, el sol brillaba con la misma claridad unos
minutos antes, cuando él bajó. Así de rápido ha olvidado qué
tiempo hacía en el mundo de arriba. Y éste, a su vez, lo
olvidará con igual rapidez. Pues, ¿quién puede decir de su
existencia algo más que esto: que ha pasado por la vida de
dos o tres personas con la misma dulzura y proximidad con
que va cambiando el tiempo?
Walter BENJAMIN

La vida consiste en salir de las cosas
Benjamin CONSTANT

Las mil heridas de cada instante se transformaron en cenizas
del tiempo que ya no es.
Juan Carlos PAZ

No existe la vida: sólo existen seres vivientes.
LINNEO

a quien la está viviendo la vida se le ensancha
Hugo von HOFMANNSTHAL

"Este mundo no ha sido creado según el deseo de la Vida", se dice
en el Ginza, texto gnóstico de una secta de Mesopotamia.
Emile N. CIORAN

Lo que el espíritu crea está más vivo que la materia
Charles BAUDELAIRE

Llené 3 cuadernos y la mitad de otro. Entonces escribí: "Oh, Dios
mío, sólo tengo 20 años y tengo que seguir viviendo, viviendo y
viviendo".
Jean RHYS

La verdadera vida, la vida al fin descubierta y dilucidada, la única
vida, por lo tanto, realmente vivida, es la literatura.
Marcel PROUST

No poder más vivir sin saber qué vive en lugar mío
(ni escribir si para herirme la vida toma formas tan extrañas)
Alejandra PIZARNIK

Hoy es hoy, el dios ha vencido.
Ha vencido a la muerte.
La ardiente mañana es signo de su victoria.
Los AYMARÁ

Como arruinaste aquí tu vida,
en este pequeño rincón, así
en toda la tierra la echaste a perder.
Constantino CAVAFIS

incluso hoy todo me habla aunque sólo sea para decirme
que no estoy que no pertenezco que la vida
está en otro sitio que es otra cosa
Giogio BASSANI

Siempre imaginamos que los otros encuentran fácil aceptar
sus vidas, mientras nuestras propias vidas tienen problemas
inherentes que otras podrían no tener.
Paul BOWLES

Todos llevamos un nido de gusanos que nos corroen colgado
del cuello a lo largo de nuestras vidas. El problema es fingir
que no existe.
Alan WALL

Según la teoría confucianista la vida ideal es aquella que,
aunque teniendo un muy alto entendimiento del universo,
continúa dentro de los límites de las 5 relaciones humanas
básicas (entre soberano y súbdito, entre padre e hijo, entre
marido y mujer, entre hermano y hermano y entre amigo y
amigo).
FUNG YU-LAN

Esta vida parece insoportable, otra inalcanzable.
Franz KAFKA

La vida qué festín/ -las flores, la noche-
del que tan poco participamos
El blanco se muere/ El negro perfuma y todo arde/
nada en la nada.
César MORO

Como seres de niebla
pasamos a través de sueños y sueños.
Nelly SACHS

...dice un verso de Rosanna Paroni Bertoja, la vida se
hunde en la hierba de los años.
Claudio MAGRIS

Y bebes este alcohol ardiente como tu vida
Tu vida que tu bebes como un aguardiente
Guillaume APOLLINAIRE

Toda mi vida y no ha venido a algo más que a esto: belleza
y terror.
Mary OLIVER

Vida, todo lo ocultas si puedes pero el Suicida te juzgó. Pero
el Suicida te escapó, se te hizo inalcanzable. Y el Fakir te
ignora y te vive; vive sin tí.
Macedonio FERNÁNDEZ

DE COMPRAS
Ella estaba comprando un elixir
en una ciudad
de tiempos pasados
pero deberíamos pensar en ella
ahora cuando los hombros son tan blancos
y las muñecas tan delgadas
la carne tan dulce
¡Oh, vida vertiginosa!
Jean FOLLAIN

Y, sin embargo, los modos de pasar por alto nuestras
vidas
son la vida.
Randall JARRELL

Uno no debería escribir una sola autobiografía, sino una
docena o un centenar, ya que, si bien tenemos una vida,
tenemos innumerables maneras de narrarnos esta vida a
nosotros mismos.
J.B. PONTALIS

Un punto de acuerdo entre la filosofía Oriental y la Occidental:
los hombres viven como idiotas.
Charles SIMIC

Una vida completa tal vez sea la que termine en tal plena
identificación con el no-yo, que no quede ningún yo para morir.
Bernard BERENSON

A cada hombre y a cada mujer se le presentan tres caminos en la
vida: 1)Los placeres puramente pasivos y degradantes- el alcohol,
la droga, etc; 2) El trabajo y la ambición social; 3) La pura
contemplación artística o religiosa.
Michel TOURNIER

Schopenauer dice en alguna parte: el individuo puede hacer lo
que quiera, pero no elige querer lo que quiere(...) Nuestra vida
nos hace eso que somos y nosotros hacemos nuestra vida: ambas
cosas son ciertas.
Tsvetan TODOROV

la vida es un laberinto en el cual nos equivocamos de bifurcación
antes incluso de haber aprendido a andar.
Ciryl CONNOLLY

Desde el nacimiento hasta la muerte, conectamos nuestra existencia
a un piloto automático, y hace falta una valentía sobrehumana para
cambiar de rumbo.
Fréderic BEIGBEDER

La vida es un cubo de mierda cada vez más lleno que tenemos que
arrastrar hasta el final. Esto debe de haberlo dicho San Agustín...
Cees NOOTEBOOM

Horror me causa, estar en vida
Sor HADEWYCH (s.XVIII)

Hice de mí lo que no supe,
Y lo que podía hacer de mí no lo hice.
El disfraz que vestí era equivocado,
Me tomaron luego por quien no era y no desmentí
y me perdí.
Cuando quise apartarme la máscara,
Estaba pegada a la cara.
Cuando la tiré y me vi en el espejo,
Ya había envejecido.
Fernando PESSOA

El arte de vivir es el arte de saber creer en las mentiras.
(Lo tremendo es que, sin saber quid sit veritas, sabemos
empero qué es la mentira)
Césare PAVESE

No la vida eterna, sino la verdadera vivacidad, eso es lo
que me importa.
Federico NIETSZCHE

La literatura sólo vive si se propone objetivos desmesurados,
incluso más allá de toda posibilidad de realización
Italo CALVINO

Nadie sabe cuando están las cosas ahí en la vida. El otro día
me decías que la vida solía estar como doblada. Es exactamente
lo que siento: mi vida es una película doblada, mal montada, mal
interpretada, mal ajustada, un error en suma.
Marguerite DURAS

¿Has aprovechado la vida? Cuando empiezas a preocuparte de
ello es ya demasiado tarde.
Thomas BERNHARD

¡qué hermosa me parecería esta vida si en lugar de vivirla la
mirara vivir!
Jules RENARD

Leyendo a Plotino se concluye que la vida es al mismo tiempo
principio y ausencia, emanación primordial e imposibilidad de de-
terminación mensurable. En suma, es un río sin orillas. Narrarla
es una voluntariosa manera de levantar diques, de hacer que
discurra por un cauce. Obviamente, es una ilusión.
Antonio TABUCCHI

Había tenido la única oportunidad concedida a todo mortal:
había tenido la oportunidad de su vida.
Henry JAMES

Y se le ocurrió que un paseo por el campo era una especie de
epítome del paso por la vida. Uno nunca se tomaba el tiempo
de saborear los detalles; uno se decía: otro día será, pero
siempre con la convicción secreta de que cada día era único
y definitivo, que nunca habría otra vez, otro regreso.
Paul BOWLES

la vida no es para una sola vez
Macedonio FERNÁNDEZ

El Dalai Lama se pasa la vida investigando qué es la vida y un
tipo que quiere saber qué es la vida le pregunta: "¿Qué es la
vida, Dalai Lama?" y él responde (en italiano) "E un fiume".
-"¿Un fiume?", dice el fulano sorprendido. "¿Perqué, no é un 
fiume?", repregunta al Dalai Lama.
citado por Verónica COHEN


Otros textos vinculados:



domingo, 5 de septiembre de 2010

TEXTOS SIN LIBRO: LA PIEDRA EN CHILX



 Y hablaban de espíritus como si hablaran de manzanas y 
describían sus facciones, entre risas, ya que esos espí-
ritus venidos de los lugares y de las épocas más estrafa-
larias, hacía siglos que no reparaban en sus aspectos.
En la piedra de la ciudad hay cavidades, que es donde 
convergen los espíritus. "Sí, y también tenemos un mer-
cado, que es donde convergen las manzanas", dicen los 
Chilx.
La voluntad del miedo es muy débil en esa zona.
No logra 'aflojar los clavos de la madera'.
´Madera', por otra parte, en Chilx, es 'persona' o 'cuerpo',
pero también 'hábitos', 'sustancia', 'alharaca', 'tienda', 'náufrago' y, si la estiramos un poco, 'parásito'.
Ah,los huecos en la piedra de la ciudad.
Esta piedra estaba ahí, trabajándose a sí misma, desde 
siempre.
Es una piedra gris, abrumadora, ni tan dura ni tan blanda; 
que no se resiste en exceso al corte y al ensamble. Alberga 
y envuelve al pueblo de Chilx, como lo ha hecho con otros, 
ya idos hace rato.
 Tuvo en algún momento la propiedad de retorcerse sobre sí, 
formando graves grietas y profundos ombligos. Cada edificio
tiene estos caprichosos enrosques tanto en pisos como en pa-
redes, y hasta los antiguos muros que rodean a la ciudad son 
un muestrario de la variedad de contorsiones que la piedra 
solía realizar.
Es la piedra dominante.
Con ella, sobre ella y a pesar de ella, han construido los 
Chilx su sociudad.
Sus remolinos, como ojos-ombligo, lo ven y lo soslayan todo.
En el edificio-primero, construido cuando la piedra aún no 
había terminado su gestación, hay en la pared frontal un 
verdadero cráter que, si se lo propusiera, podría absorber 
toda la sustancia física de la ciudad y de sus alrededores. 
Nadie sabe hasta donde llega. Como una raíz de vacío se hun-
de en forma de espiral atroz en las profundidades del suelo. 
Los Tagmag pensaron que podía ser el orificio respiratorio 
de la tierra.
El cuello del cráter es angosto y por su recorrido en espi-
ral, muy pronto se pierde cualquier posibilidad de explora-
ción visual o por sonda.
En ocasiones surge de esa brecha un sonido muy lejano, mez-
cla de queja y amenaza. Lejano y lento brota, y en cuestión 
de días impregna el aire Chilx hasta volverlo casi asfixian-
te. Los cuerpos-madera sienten vibrar sus clavos, se hinchan 
un poco, reciben toda clase de sensaciones inequívocas e inexpresables. 
Luego regresa la calma.
Los espíritus apenas si se alojan en los labios de las 
grietas. Como si sorbieran tiempo de la piedra mientras 
descansan un poquito, antes de reemprender su viaje sin 
destino.

En las afueras de Chilx, el espinazo de la piedra ha hecho 
largos recorridos subterráneos, dejando anchas trincheras 
en las que fósiles de inmensas hormigas zapadoras están 
volcados tanto dentro como a los costados de esas desga-
rradas fosas. Los pájaros sobrevuelan interminablemente 
ese lugar, como en estado de sueño hipnótico.
Las hormigas gigantes, según se dice extinguidas, han dejado 
sin embargo grandes templos-cueva cavados durante millardos 
de años en la roca cruda.
Caminos que no son tales, brechas abiertas por centellas en-
cendidas en los cielos que recorren los haces nerviosos de la tierra.
Entre esos parajes se yergue Chilx, barcaza en un mar de 
piedra.

viernes, 3 de septiembre de 2010

UN NUEVO CATÁLOGO DE OLORES



Se detuvo en el umbral para ponerse los guantes de trabajo y 
fue como si husmeara el claro aire vespertino, antes de tomar la carretilla y llevársela por el césped. La roca contra la que mi pa-
dre daba mazazos olía a pólvora, a pino de los leños detrás de la valla de piedra, a tierra recién excavada y a bosque, y en el sua-
ve viento del norte había un aroma a sal.
Karl Ove KNAUSGARD. La muerte del padre.

Deberías tener ahora el olfato/
de la polilla emperador; así
sentirías, cruzando la autopista,/
el vaho -que se aleja y se dispersa
en el viento- de pólvora mojada.
8A. (pseudónimo de John OCHOA). En '50 estados'.

El autobús de Barwinek olía a viento
Andrzej STASIUK. El mundo detrás de Dukla.

Un olor áspero del serrín de los establos de los tigres.
Tomas TRASNTRÖMER. Deshielo a mediodía.

Fanny Targioni Tozzetti, ya decrépita, a una niña que le pre-
guntaba por qué no había correspondido al amor de un poeta
como Leopardi: "Hedía, hija mía."
Guido CERONETTI. El silencio del cuerpo.

De la calle subía un olor a pan tostado, el olor fresco del pa-
vimento húmedo y ese olor sutil que tiene el aire de París al
amanecer, cuando el polvo se despierta y se desvanece.
Curzio MALAPARTE. Diario de un extranjero en París.

Pero cuando caía la noche y venía Sorcha y los demás cochini-
llos a dormir, entonces empezaba lo que en realidad escapa a
toda descricpción oral o escrita. Hubo veces en medio de la no-
che que creímos que no llegaríamos vivos a la mañana. Frecuentemente se levantaban mi madre y el Viejo y salían a ca-
minar diez millas bajo el aguacero para escapar de la pestilencia.
Flann O'BRIEN. La boca pobre.

Recordaba que aquellas conversaciones sobre el divorcio 
tenían un aroma especial, un perfume. Era un olor sofocante, 
como lo había sido Italia cuando estuvieron de viaje allí. Pol-
vo, pan, sol, un ardor en el fondo de la garganta de tanto beber.
Joy WILLIAMS. Cuentos escogidos.

El instructor habló después de los "agentes asfixiantes", cuyos
olores podían ser diferentes: a heno recién cortado, a ajo, a pes-
cado y a geranios.
Jon Lee ANDERSON. La caída de Bagdad.


Quiero apretar la cabeza contra el muro abierto de sus ingles. 
Está firme y madura, un oscuro compuesto de alfalfa para el 
ganado y Madonna del Incienso. Es incienso y mirra, penetran-
tes olores hermanos de la muerte y la fe.
Cuando sangra, los olores que conozco cambian de color. Du-
rante esos días tiene hierro en el alma. Huele como un arma de fuego.
Jeanette WINTERSON. Escrito en el cuerpo.

Estoy condenada a recordar toda mi vida los olores de Páv-
losk, como si fuera ciega y sordomuda. El primero es el olor
a humo de una locomotora antiquísima, que nos transportaba
a Tiárlevo, al parque y al salón de musique; el segundo, a ma-
dera encerada y a algo que llegaba de una peluquería; el terce-
ro, a fresas que vendían en una tienda de la estación (¡de Páv-
losk!); el cuarto, a reseda y a rosas de los frescos ramitos hú-
medos que vendían en el quiosco de flores; luego a los ciga-
rros y a la comida con mucha grasa del restaurante.
Anna AJMÁTOVA. Réquiem y otros escritos.

Es curioso, una de las cosas que me retienen es el recuerdo de 
un camino embarrado que conozco, bordeado de terraplenes de 
tierra batida y, por encima, unas hayas que se inclinan. Es una especie de olor frío, a tierra, del que mi olfato no logra liberarse nunca.
W. SOMERSET MAUGHAM. El caballero del salón.

¡Ah, ese dulce y febril 
último  olor saliendo delos jardines!
Gottfried BENN.Poesía1912-1920

En la cruda mañana velada de primavera flotan tenues aromas
de París matinal: anís, aserrín húmedo, masa caliente de pan; y
mientras cruzo el Pont Saint Michel las aguas azulacero en vela
me enfrían el corazón.
James JOYCE. Giacomo Joyce.

(Los incendios forestales tienen la característica de exhalar de
cerca un olor picante y áspero,que a varios kilómetros de dis-
tancia se vuelve muy aromático y agradable.)
Lars GUSTAFSSON. Muerte de un apicultor.


Se había ya fumado todo el tabaco y debía estar fumándose la
pipa misma, a juzgar por el fastidioso olor.
Flann O'BRIEN. El tercer policía.

yo indolente y vencido y solo
tu rubio perfume he vuelto a evocar.
Dino CAMPANA. Cantos Órficos.

los caminos arenosos que llevan a la costa
los frescos almiares de heno
y las camas hechas que huelen a mar
Henrik NORDBRANDT. Nuestro amor es como Bizancio.

       de esas flores de dulce olor
que pueblan la
        vía

               láctea.
William Carlos WILLIAMS. The Collected Poems.

Con la gente soy amable. Me pongo
un sombrero rígido al uso de ellos.
Digo: son animales de un olor muy especial.
Y digo: no importa, yo también lo soy.
Bertolt BRECHT. Cien poemas.

Un perfume sin nombre, fétido, dulzón, al que la gangrena 
añadía su almizcle negro, revolvía el estómago.
Jean COCTEAU. Thomas el impostor.

Con esta carta te envío un recuerdo del campo de batalla, terriblemente deso-
lado, cubierto con innumerables cuerpos y penetrado de olor 
a cadáver.
Federico NIETZSCHE. Correspondencia.

Azucenas, en cambio,
tan seguras de sí mismas,
insospechado perfume findeañero que da ganas de llorar.
Laura WITTNER. La tomadora de café. En Diario de poesía, 
N° 70.

y siento el olor a vainilla y semillas de amapola que viene de la
cocina, y ya no dudo que viajaremos. Tortas de semilla de ama-
pola significan viaje, no hay ninguna duda de eso.
Danilo KIS. Jardín, cenizas.

Alrededor de su cabeza, una mínima fragancia de epilepsia.
Roberto CALASSO. Los cuarenta y nueve escalones.

Tenía en sus manos el pañuelo que Rosa acababa de planchar 
que todavía estaba caliente. Todavía tenía el olor maravillo-
so, infantil, obsesionante, tan apacible, de la plancha y el lien-
zo mojado que se sigue evaporando.
Pascal QUIGNARD. Sobre lo anterior.

Una hora nos llevó el ascenso por un cinturón de hagenias, 
altos árboles de hojas dentadas entrelazadas con variedades de hipérico, y lo hicimos atravesados por el fascinante aroma del hinojo salvaje y el apio gigante, como si en alguna parte estu-
vieran cocinando una inmensa sopa de verdura.
Lukas BÄRFUSS. Cien días.

Stephen Ross-Colby, un solterón, el compañero de pintura de 
mi madre: el aroma de su estudio en la calle St. Mark era el a-
roma de un mito personal.
Mavis GALLANT. Los cuentos de Linnet Muir.

Así olían los dos pastores de la tasca alemana de Spring, así 
huelen los confines de Nagykállö y así huele el tren Chervo-
na Ruta que al amanecer sale de Dilyatyn en dirección a 
Kvasy, y así huelen las casas viejas de Sulina.
Andrzej STASIUK. De camino a Babadag. (El más asombroso 
libro de viajes)

el olor a nogal del papel viejo
Zygmunt MILOSZEWSKI. La mitad de la verdad

Más penetrante que el olor de los eucaliptos es el del
     amoníaco
de los retretes de la playa, había neblina pulverizada en el aire.
Derek WALCOTT. El Testamento de Arkansas.

Otro problema era el olor que yo tengo, el olor de mi vagina,
el olor de mi flujo. En aquella época era muy fuerte. A mí
siempre me había avergonzado. Un olor que rápidamente se 
apoderaba de todos los rincones de la habitación en donde estu-
viera follando. Y la casa de A. era tan pequeña y hacíamos el
amor tan a menudo que mi olor no quedaba reducido al ámbito
del dormitorio sino que pasaba a la sala, separada del dormitorio 
por una cortina, y a la cocina, un cuartito minúsculo que ni si-
quier tenía puerta.
Roberto BOLAÑO. Los detectives salvajes.

Aquí los juncos tienen el olor
del durazno maduro, de la rosa
marchita, de la miel mala y la muerte.
Gabrielle D'ANNUNZIO. En R. Herrera, "Stabat Nuda Aes-
tas".

Es el perfume desaparecido que vuelve al bosque.
André BRETON, Rebé CHAR y Paul ELUARD.

¿A qué se debe que una de mis azucenas huela -o parezca oler- 
mal por la mañana y bien a última hora de la tarde? ¿Es un e-
fecto químico o es el efecto de una relación (porque a última 
hora de la tarde están abiertas las cuadras)?
Ernst JÜNGER. Pasados los setenta I. (1965-1970)

a veces recostaba la cabeza sobre su hombro y notaba su olor, 
que era un olor que no entendía, parecía inventado sólo para 
su piel.
Francesco PICCOLO. Momentos de inadvertida infelicidad.

No, el corazón humano
es incognoscible.
Pero en mi lugar natal
Las flores aún huelen
Igual que siempre.
KI no TSURAYUKI

En la raíz de cada flor,
aroma de pan horneado.
Forrest GANDER.

La cerveza, la semilla de alcaravea, la cera de abeja, el café, 
los troncos de pino y la nieve en fusión se combinaban con el humo de gruesos y cortos cigarros que impregnaban la atmós-
fera de un grato aroma en el que de vez en cuando se percibía 
el fantasma del Sauerkraut.
Patrick Leigh FERMOR. El tiempo de los regalos.

Las avispas zumbaban sobre la grupa sudorosa de los caba-
llos; las mariposas jaspeadas huían del acre olor de esa tropa 
en marcha.
Victor SERGE. El caso Tuláyev.

Apenas hubo atravesado el carro fúnebre el umbral de la gran 
verja de entrada -y al atravesarlo dio un lento brinco- un olor penetrante, de heno cortado, llegó de improviso hasta el corte-
jo fúnebre oprimido por el calor y lo alivió.
Qué alivio. Y qué paz. Se produjo de repente un brusco, casi 
alegre, agitarse simultáneo.
Giorgio BASSANI. El olor del heno.

El olor como símbolo del celo en los animales. El olor a vaini-
lla de la vagina. ¿Hay que elevarse por encima de lo animal o 
lo correcto sería, por el contrario, el retorno a lo natural? La preferencia por el propio olor, ¿es una degeneración o un fundamento de la conciencia de la propia raza? ¿Existen
respuestas para estas preguntas?
Robert MUSIL. Diarios. 1899-1941/2.

Las mujeres gordas, sentadas una a cada lado de nosotros, comentaron el
hecho con deleite, a los gritos, para escucharse por encima del 
rugido del motor. A medida que el sol las hacía sudar, el olor a 
ajo se volvía más repulsivo. Armstrong y yo encendíamos un cigarrillo tras otro, el último con el anterior: los golpes de aire apagaban los fósforos.
Julian MALAREN-ROSS. Veneno de tarántula.

 Deliciosas mandarinas olorosas de la Sra Croisset, útiles para 
 evocar el calor
 terriblemente ausente. Escríbeme una larga carta.
Jean COCTEAU (a su madre)

aroma de frambuesas recién recogidas, dispuestas en numero-
sos cestos para su venta en el pequeño puerto.
Annemarie SCHWARZENBACH. Todos los caminos están 
abiertos.

Las habitaciones de los hoteles de lujo andan bien durante los primeros días, pero no tarda en desprenderse de sus paredes y 
de sus muebles mortecinos la misma tristeza que de los hoteles 
de mala muerte. Lujo insípido; olor dulzón por los pasillos, que 
no consigo identificar, pero que debe ser el mismísimo olor de 
la inquietud, de la inestabilidad, del destierro y de la pacotilla.
Patrick MODIANO. Villa Triste.

Siguieron dos o tres ambientes todavía, de nuevo casi com-
pletamente a oscuras, en los que reinaba un extraño perfume 
como de muebles raramente usados, palo de rosa y barnices 
de cuadros viejos.
Alexander LERNET-HOLENIA. El estandarte.

Las fresias cortadas que hay en el florero de acero
huelen como la mismísima alma
de la cama del hospital.
Henrik NORDBRANDT. 3 X Nordbrandt.

Desde la constelación del Can Mayor, Sirio dominaba el cielo. 
Su ardiente hedor se hundía un pie bajo el suelo. En esos días, cuando el Sol se vuelve hacia la Tierra y los días masculinos acorralan a los femeninos, la mordedura de un perro puede ser venenosa, los perfumes que destilan las flores flotan sobre el
mar como nieblas, envenenan a los peces y sus huevas huelen 
a miel.
Milorad PAVIC. Paisaje pintado con té.

Amsterdam, como siempre, olía a arenque, a humo, a canela, 
a frutas podridas y a ese penetrante, inolvidable desabrimiento 
del agua estancada.
Orson WELLS. Mister Arkadin.

Sentir la sal en la cara es sólo una imaginación, es cierto; no, 
en cambio, las hierbas salvajes del borde del camino, el tomillo, 
la salvia, el romero (todos ellos más fuertes, más pequeños y 
más genuinos -en cada hoja y en cada pincho está ya la esencia 
de la especia- que en nuestros huertos), la vaharada de la menta nudosa, africana casi, la resina, que gotea de los pinos, las bolas 
de los enebros, que hacen pensar en una bebida fuerte (sin peli-
gro de que con ella te emborraches).
Peter HANDKE. La repetición (está en el Karst)

En las 3 perfumerías, también se olía ácida y maravillosamente 
a chucrut guardado en barriles de madera, a queso blanco con cebollitas de verdeo o con páprika, a smétene fresca, a jugoso salchichón de pato (nunca supe por qué se llamaba de pato, ya 
que, por supuesto, descarto cualquier posibilidad de que se ela-
borara con pato. Quizás aludía a la condición del cliente), a 
las terroríficas cantidades de ajo de los wurschtn que colgaban 
del techo, a miel y a léicaj y a knishes y a béigalaj y a matze
hasta en ocasiones, uno creía percibir lejanísimos aromas ence-
rrados en frascos de legítimo caviar ruso, o en latitas redondas 
de sprätn ahumadas del Báltico.
Jorge SCHUSSHEIM. Todo al costo.

Lo mismo que una partícula de almizcle llena toda la casa, así 
la más mínima influencia del judaísmo basta para colmar toda 
una vida. ¡Oh, qué fuerza tiene su aroma!
¿Podía, acaso, no darme cuenta de que en las casas auténtica-
mente judías olía de distinto modo que en las casas de los a-
rios? Y no se trata tan sólo del olor de la cocina, sino también 
de las personas, las cosas, la ropa. Recuerdo ahora cómo me vi envuelto por ese dulzón olor judío en la casa de madera de mis
abuelos de Riga, en la calle Kliucheváia.
Ossip MANDELSTAM

Lo más maravilloso del olfato es que no implica ninguna pose-
sión. En plena calle, uno puede sentirse apuñalado de placer 
por el perfume que lleva alguien no identificado. Es el sentido 
ideal, distinto en eficacia al oído, siempre tapado, distinto en discreción a la vista, con modales de propietario, distinto en sutileza al gusto, que sólo disfruta si hay consumación. Si vivié-
ramos a sus órdenes, la nariz haría de nosotros unos aristócratas.
Amelie NOTHOMB

La noche huele a gente de pelo negro.
Pierre KEMP

Las cimas de los picos más latos de
La Sierra Nevada de California
Están impregnados con el aroma de
Una flor que sólo crece allí- la
Azul Polemonium Confertus Eximium, de
Un azul suave y profundo, como
Los ojos de la inocencia invulnerable.
Kenneth REXROTH. Actos sacramentales.

Venecia está aquí, sentada a orillas del mar, como una bella 
mujer que se extinguirá con el día; el viento de la tarde alboro-
ta sus perfumados cabellos; muere saludada por todos los en-
cantos y todas las sonrisas de la naturaleza.
CHATEAUBRIAND

Pero el dolor se evaporará con el tiempo, exactamente igual 
que el olor.
Slavenka DRAKULIC

viejas mantas ásperas hechas jirones -un caballo se estremece-
ría de horror si le cubrieran el lomo con ellas-, que huelen curiosamente a ácido fénico y a lisol, a sudor humano, a moho 
y a lanas animales.
Arthur ROESSLER

A veces percibo un olor que despliega ante mí la fantasmagoría 
de un pasado tan vívido que por momentos me hace vacilar. Pe-
ro enseguida reflexiono que no he hecho más que percibir un o-
lor nuevo, de una especie tan particular que despierta en mí sensaciones que llamo recuerdos pero que no lo son, simplemen-
te porque no hay nada que recordar.
Juan José SAER. (Cuentos completos)

¡El olor de la noche y de los cubos de basura me dice
mucho más sobre mi Soberana que el olor de manos o piel!
Mi Soberana está muerta, o se ha ido, o la han esparcido
en miles de olores y todos tienen algo de Ella...
Gunnar EKELÖF

El olor de los cuerpos que se descomponen es insoportable, 
pesado, dulzón, repugnante, penetrante como una pasta viscosa. Flotaba tan densamente sobre las llanuras, después de las gran-
des batallas, que los hombres más hambrientos se olvidaban de 
comer.
Ernst JÜNGER

Escaleras de metro arrojan aire muerto
Rudolf PEYER

a partir del 4° piso, una especie de tufo extraño descendía hacia 
mí, un olor frío de tierra y piedra que conocía de maravilla por-
que en la habitación formaba parte de mi vida.
Maurice BLANCHOT

observaba cómo volvía la cabeza para contemplar el desfile de anuncios en las paredes y aspirar el subterráneo olor a electrici-
dad, humedad y desodorante rancio
Amitav GHOSH

Tengo conmigo 450.000 soles prensados en forma de bloque; el paquete pesa bastante, como un ladrillo. Cuando me quise acos-
tar a dormir el paquete olía tan intensamente a sudor antiguo y 
ácido que envolví la plata en una bolsa de plástico y la até con fuerza.
Werner HERZOG

Es ese frío sutil que congela hasta el vello de las fosas nasales 
y posee un aroma propio: tenue, penetrante, levemente amonia-
cal.
John CHEEVER

En mi soledad a fuerza de husmear el olor de las muchachas
Mi cabeza se hincha y mi nariz pronto va a caer
Blaise CENDRARS

Dice Zola en Nana que, cuando se descomponen, los nardos
tienen un olor humano.
Guido CERONETTI. El silencio del cuerpo.

La muerte estaba en el aire. La respirabas. Ni siquiera había amanecido cuando nuestros cuerpos afeitados, untados y lava-
dos ya estaban de pie desnudos en la nieve alemana de febrero.
Boris PAHOR

¿No ves que siempre que la solicito,
hallo en ella aroma aún sin haber perfume?
IMRU'L-QUAYS (s. VI)

El olfato es una vista extraña. Evoca paisajes sentimentales 
mediante un súbito dibujo del inconsciente.
Fernando PESSOA

Me gustaba el olor de las curtiembres, sobre todo en las maña-
nas húmedas. Era un olor a moho, vinagre y trenes. Una mezcla 
de olores (a piel de oveja, al ácido de corteza de roble que se u-
saba para curtir y a humo de carbón) típica de la ciudad.
J. MITCHELL

Me quedé en un motel junto a la E3.
En mi cuarto había un olor que antes había sentido
entre las colecciones asiáticas de un museo.
Tomas TRANSTRÖMER

Me basta sentir el olor de sus iglesias
El olor de sus ríos en sus ciudades
El perfume de las flores en las plazas
Oh Cornelio Agrippa el olor de un perrito me hubiese bastado
Para describir exactamente a tus conciudadanos de Colonia
Guillaume APOLLINAIRE

En 1967, mientras Saul Bellow se movía entre los cadáveres 
en el Sinaí ("es un olor 'agridulce', como a cartón podrido, que 
acaba convirtiéndose en un sabor de boca")
Martin AMIS

Y la nota de fondo del perfume de tal mujer era el nardo.
Patrick MODIANO

el olor de los comercios, de las habitaciones -esa mezcla de col 
roja y de soda cáustica.
Michel TOURNIER

La primera vez que descubrí una gruta, me adentré tanto en ella 
que al final no me llegaba luz del exterior. El suelo y las paredes estaban mojados y escamosos de guano. Un fuerte olor a ahuma-
do dominaba el aire, un olor viejo como las ascuas de una extra-
ña lumbre de carbón de azúcar.
Tash AW

Si no hubieran esparcido por todos los cuartos manzanas frescas, 
dijo mi padre, no se hubiera podido aguantar el olor de los 2 vie-
jos y el perro lobo.
Thomas BERNHARD

Picasso me decía: "el olor del opio es el olor menos estúpido del mundo."
Sólo podría comparársele al olor de un circo o al de un puerto de mar.
Jean COCTEAU

Según ella, el National Geographic tenía un aroma a almidón caliente, mientras que la edición de ultramar del Daily Mirror 
olía a galletas de avena; Harper's Bazaar le recordaba el aliento 
de su perrito y Punch  poseía un tenue aroma a jabón y menta 
verde. El Illustrated London News tenía un ligerísimo perfume 
a créme de menthe en tanto que Life era puro serrín mojado.
Russell LUCAS

y así leían a Livio-oh estación de brotes-
entre el olor a tiza a aburrimiento a la nafta con la que se frega-
                 ba el piso
Zbigniew HERBERT

Grey y esta mujer Snyder mataron al marido de ella por el dinero del seguro. Walter Lippman asistió al juicio un día, y ella pasó 
muy cerca de él. ¿Cómo se llamaba? Lee Snyder. Walter dice 
que le pareció muy raro inhalar el perfume o ser rozado por el vestido de una mujer que iba a ser electrocutada.
James CAIN

los desfiladeros entre mostradores, mesas y cajones y atravesan-
do un sinfín de olores, de los cuales el del alcanfor contra la po-
lilla y el del jabón de murguete eran siempre los que resaltaban, mientras que la borra y el Loden sólo le subían a uno a la nariz cuando el clima era húmedo, y el arenque y el aceite de linaza cuando hacía calor.
Winfred G. SEBALD

Y cuando sor Rosemary la besó en la frente pudo aspirar esa fragancia a tomillo silvestre y almidón tibio combinada con la 
acre intimidad del sudor en contacto con las prendas de hilo.
Russell LUCAS

La grava, pequeña como guisantes, se mueve bajo mis pies y de 
ella se levanta un polvo liviano, el perfume de la ciudad.
James SALTER

Dentro de una cabaña masai el olor a humo y a pequeños ani-
males cuelga pesadamente en el aire. Ningún masai (...) deja 
de asociar el olor caliente de esos animales con la humanidad.
Justin CARTWRIGHT

Te consuela aspirar la furia de los animales
con el aroma de los bosques
que rodean tu calma.
Thomas BERNHARD

el olor dulzón que despedían las escamas de piel leprosa achicharrada (tratamos
con 1906) llenaba el dispensario.
Graham GREENE

En el aire de la habitación de la mujer amada hay algo tan ínti-
mo, unas emanaciones voluptuosas, como un aire balsámico, 
que un amante al que se obligara a escoger entre ese lugar y el paraíso no dudaría un instante en la elección.
CASANOVA

Le dí un hachazo
y me asombró su aroma,
bosque invernal.
BUSON

California rueda hacia/ el verano soñoliento, y el aire
está cargado con el humo agridulce/ del pasto que arde
en las colinas de San Francisco.
Kenneth REXROTH

Hay perfumes frescos como carne de niño, dulces como oboes, verdes como praderas. Y hay otros corrompidos, ricos y triun-
fantes, que tienen la expansión de las cosas infinitas, como el 
ámbar, el almizcle, el benjuí y el incienso, que cantan los trans-
portes del espíritu y los sentidos.
Charles BAUDELAIRE

Si de mierda se trata, la bosta de vaca y de caballo es relativa-
mente más agradable. Puede inclusive provocar nostalgia. Hue-
le a grano fermentado y hay un rastro lejano de heno y hierba 
en su olor. La mierda de las gallinas es desagradable e irrita la garganta por la cantidad de amoníaco que contiene. Mientras
se limpia un gallinero hay que salir de vez en cuando a tomar 
un poco de aire fresco. El olor del excremento de los cerdos y 
de los hombres sin embargo, es el peor, porque el hombre y el 
cerdo son animales carnívoros y su apetito es indiscriminado. 
Tiene un resabio dulce, nauseabundo de podredumbre. Hay un
rastro lejano de muerte.
John BERGER

mientras el humo del pequeño cigarro negro de Wang, que me recuerda los
Grandson, me transporta como por arte de magia a un vagón de 
3° entre Lausana y Berna.
Ella MAILLART

De la escarcha nocturna no quedaba más que el aroma fresco.
Nadine GORDIMER

en estos vetustos muros, el aroma agridulce del lúpulo y la ce-
bada recuerda el olor de la estepa tras el aguacero.
Danilo KIS

en los climas templados la pobreza tiene un olor acre, pero en 
las regiones cálidas tiene un olor dulzón y repugnante.
Peter MATTHIESSEN

Cuando las naves todavía estaban aproximándose, 10 millas 
mar afuera, los capitanes derramaban canela sobre la cubierta 
e invitaban a los pasajeros de a bordo a oler Ceylan antes de 
que la isla fuese siquiera visible.
Michael ONDAATJE

Catálogo de libros antiguos: uno los hojea y siente el universo 
de la escritura como "hospital universal", como camposanto 
lluvioso. olor de crisantemos, ganas de salir.
Gesualdo BUFALINO

Hacía un día muy caluroso. Todas las puertas y algunas ventanas estaban abiertas.
Olía a cebolla, pescado, grasa y fruta, a niños de pecho, agua-
miel, ropa sucia y alcantarilla.
Joseph ROTH

Dentro se ve un horroroso montón de mierda. Tantos judíos 
murieron en Auschwitz
que las cosas que dejaron -el pelo, las piernas de madera de los veteranos que habían
luchado por Polonia en la Primera Guerra Mundial, los zapatos 
de los niños, etcétera- llenan las vitrinas de habitaciones enteras, dentro de las cuales se pudren y apestan.
Josh BAZELL

Sus hondonadas más sombrías albergaban entonces especial olor a hongo, que hace
que las narices rusas se dilaten: una oscura, húmeda y agradable combinación de
musgo húmedo, tierra rica, hojas en putrefacción.
Vladimir NABOKOV

Al amanecer el aire está húmedo y el dulce olor de la tierra 
se mezcla con los del humo, el pescado frito y las aguas muer-
tas del río. No es casual que semejante muestra de luz y color 
nos conmueva; es nada menos que la diferencia entre la cordu-
ra y el horror.
John CHEEVER

por última vez lavo la camisa/ de mi padre que murió.
La camisa huele a sudor. Recuerdo ese sudor desde mi infan-
cia (...)
De todos los cuerpos del mundo,/ animal, humano,
sólo uno exudaba ese sudor.
Lo aspiro por última vez. Lavando esta camisa
lo destruyo/ para siempre.
Anna SWIR

el sofocante calor de la sala de lectura le molestó. La cúpula parecía cerrada hermé-
ticamente impidiendo que saliese el aire viciado. Se cernía sobre la escena como un
cielo tropical antes de una tormenta; y el tenue y acre olor de los libros y cubiertas
carcomidas era como el hedor de la vegetación podrida de algún estancado y fétido
río oriental.
David LODGE

Es la hora preferida de las mujeres porque entonces se visten con sus más preciosos
saris, perfuman sus cabellos con aceite de canela...
Mircea ELIADE

Celeste (nombre del mucamo de Proust)
con su rigor, dulce, me hunde en el jugo negro
de vuestra pieza
que huele a corcho tibio y a hogar apagado.
Paul MORAND

Oh vivir en ese aroma a naranja en niebla fresca
Valery LARBAUD

El olor fino solitario de tus axilas
César MORO

Hacia 1932, en el Estudio 28, un jueves de Mayo por la tarde, 
sólo, vi "El Perro Andaluz"; al salir, a las 5 de la tarde, la calle Tholozé olía a café con leche, que tomaban las lavanderas entre planchado y planchado.
Roland BARTHES

aquel oscuro bosque de Inglaterra que olía a sótano...
Giorgos SEFERIS

En la escalera, Av. de los Castaños N° 30, por la tarde a las 
cuatro y media olía
fugazmente
a ratones muertos absortos
Elke ERB

Mientras limpio la maleza alrededor de las peonías oigo las manzanas arrancadas
por el viento; las oigo caer al suelo y golpear las ramas du-
rante la caída. El aroma
inmemorial de las manzanas, viejo como el mar. Mary hace 
compota. El aroma de las manzanas sale de la cocina, sube por 
la escalera y penetra en todas las habitaciones.
John CHEEVER

Si la teoría estereoquímica de los olores desarrollada por 
AMOORE es correcta, las diversidades caulitativas que a nivel sensorial es imposible analizar e incluso describir
adecuadamente pueden reducirse a simples diferencias entre las propiedades geométricas de las moléculas odoríficas.
Claude LEVI-STRAUSS

Olía a jarcia, a navegación y a mercancías exóticas, un olor 
que conocía bien pero que dolía, como el olor de los abrigos de 
piel de las mujeres bajo la lluvia.
Malcolm LOWRY

Los motores rugieron como espectadores de un lejano partido 
de fútbol y el húmedo olor a polímeros de la comida calentada 
en el microondas invadió lentamente el aire estancado de la ca-
bina.
Hari KUNZRU

Al mismo tiempo, una concienzuda ama de casa desenvuelve 
un queso curado deleditorial de su periódico favorito, y se sien-
te un tufillo a política y comida.
Joseph ROTH

Olor a máquina de mis camisas de la Nava, guardadas allí todo 
el invierno, usadas verano tras verano, no mudadas en siete días. Poso de sudor fresco, de chorros de sudor, buena fatiga.
Jaime GIL de BIEDMA

El olor de las flores no va contra el viento, ni el del incienso ni 
el del sándalo ni
el del jazmín.
Pero el perfume de la virtud sopla contra el viento: el Justo se expande en todos
los sentidos.
El DAMMAPADA

El perfume que exhalaba su cuerpo tenía el dejo de los hongos, 
esa carne de tierra que huele a humedad concentrada y es, a la 
vez, tan seca, mezclado con el aroma del aceite de ámbar, que 
es una enfermedad íntima del mar, como si la muchacha
hubiese invadido un sueño temeraria e íntegra.
Djuna BARNES

Entró en el templo con esos pensamientos; el aroma del in-
cienso, mezclado con el aroma de las ramas de abedul acaba-
das de cortar, con el sudor de los numerosos campesinos, la 
cera de sus botas lustradas y la inevitable tela roja se filtraban
agradablemente por su nariz...
Andréi BIÉLI

Mi infancia y su perfume
a pájaro acariciado.
Alejandra PIZARNIK

Dulce es el jazmín. Dulce es la fragancia de los árboles del 
Paraíso. Dulce es el saúco, ay, qué fiero, mareante y dulce. 
La más dulce es la acacia blanca que acaba de florecer, hay 
toda una hilera de acacias aquí abajo, camino a la cabecera
del puente. Las dulces emanaciones de las tupidas flores me 
asfixian, me entran a borbotones por la boca y la nariz, como 
el gas, quiero quedar ciego y sordo con ellas.
Ernö SZÉP. La manzana de Adán.

siempre que pienso en esa época de mi vida noto el olor de 
la nieve, que es más bien como un frescor que te congela los pulmones y acaba por confundirse, para mí, con el olor del éter.
Patrick MODIANO

ese olor a cadáver que exhala la carne mal lavada de los presos, 
sus ropas, todo lo que tocan o llevan.
Curzio MALAPARTE

Es, no hay duda, el aroma a reparación y rehabilitación de 
viviendas a gran escala.
Madera recién aserrada, PVC blanco y limpio, el tufillo a le-
jía de Sakrete, el picor de la silicona, el efluvio dulzón de la te-
la asfáltica y el alcohol desnaturalizado. La almidonada esencia 
del Tyvek mezclada con la urdimbre sulforosa del mar y el he-
dor proveniente de la bahía de Barnegat.
Richard FORD

Mi recuerdo más antiguo se refiere a mi niñera. Se llamaba Ber-
tha, era alta, gruesa y bondadosa(...) Cuando pienso en ella es 
como si la oliera. Un perfume bueno, seco, de sudor, como el 
que despiden los vestidos que no se cambian ni con mucha ni 
con poca frecuencia. Yo debía tener por entonces unos 4 ó 6 
años.
Robert MUSIL

Argentina me ha dado los olores del campo. Cada país tiene su propio olor, su yuyo,
su yerba. A mí me cautivan los aromas de mi tierra. es como 
cuando uno vuelve a casa a
caballo y hay un momento en que el animal levanta la cabeza y relincha, porque sabe que
está oliendo su pago. ¿Porqué no lo va a hacer la persona que va arriba?
Atahualpa YUPANQUI

Debe de haber miríadas de pequeñas partículas en movimiento 
en la atmósfera. Sí, eso es. Ya que esas islas perfumadas, las Molucas, esos cingaleses esta mañana, se les huele a leguas de distancia. Voy a decirles a ustedes lo que es. Como un velo, 
muy fino, muy fino,o una red que tienen sobre la piel, tenue 
como se llaman filamentos y eso se teje y salen todo tiempo 
más fino que nada, impalpable como el a
James JOYCE



Otros textos vinculados: